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Blesa se negó a que la banca de inversión hiciera una valoración real del City National
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SÓLO PIDIÓ UN INFORME A KPMG PARA LA DUE DILLIGENCE

Blesa se negó a que la banca de inversión hiciera una valoración real del City National

Caja Madrid hizo la mayor adquisición de su historia a pecho descubierto, sin la ayuda de ningún experto, como es habitual en transacciones corporativas de gran

Foto: Blesa se negó a que la banca de inversión hiciera una valoración real del City National
Blesa se negó a que la banca de inversión hiciera una valoración real del City National

Caja Madrid hizo la mayor adquisición de su historia a pecho descubierto, sin la ayuda de ningún experto, como es habitual en transacciones corporativas de gran tamaño. Así lo decidió Miguel Blesa, presidente de la caja, y Rafael Sánchez Lozano, su mano derecha, que rechazaron el asesoramiento de varios bancos de inversión internacionales para valorar el precio a pagar por el City National Bank of Florida. Solo se apoyaron en un informe superficial de KPMG para la due dilligence, que no entraba en la valoración.

Diversas fuentes financieras han confirmado que tanto el primer ejecutivo de Caja Madrid como el director de Desarrollo Internacional e Inversiones Españoles se negaron a contratar a ningún asesor que les echara una mano para conocer el mercado bancario del sur de Estados Unidos. Lo consideraron innecesario pese a que la caja madrileña controlada por el PP no tenía apenas ninguna experiencia internacional, más allá de una pequeña inversión en México que quebró (Hipotecaria Su Casita).

Sánchez-Lozano se basó en su conocimiento en operaciones de fusiones y adquisiciones, ya que antes de entrar a trabajar en Caja Madrid había pasado siete años en JP Morgan, entre 1991 y 1998. También contó con el apoyo de Borja Múrube, un ejecutivo formado en UBS Warburg y que se había desplazado a Miami en 2005 para empezar a analizar oportunidades de inversión en el Estado de Florida. Era el responsable de lo que se llamó la División América, hasta que volvió a Madrid en 2011 para prejubilarse con una suculenta indemnización a finales de 2012.

Sin embargo, ni Blesa ni Sánchez-Lozano consideraron oportuno contar con la validación de un experto internacional, como es normal en cualquier operación corporativa de este tamaño. Telefónica, Repsol, Gas Natural, Ferrovial, ACS, La Caixa, BBVA o Santander suelen utilizar los servicios de entidades como Morgan Stanley, Citi, Goldman Sachs, Merrill Lynch, Rothschild, UBS, Société Générale o Barclays para contrastar la calidad del activo que compran, el precio que desembolsan y la financiación.

Se trata de un modo de asegurarse que la inversión se hace de la forma adecuada posible para obtener el mejor retorno y de protegerse ante posibles demandas de accionistas minoritarios, que pueden reclamar que la adquisición no se hizo de forma correcta. O que se pagó un sobreprecio, como ahora denuncia el juez Elpidio José Silva, quien ordenó la prisión con fianza para Blesa.

Sin luz ni taquígrafos

La caja también rechazó el ofrecimiento de varios bancos de inversión, como Lazard, para realizar un informe adicional que se suele solicitar a petición del consejo para cubrirse las espaldas. Este tipo de análisis, conocidos como fariness opinion, son obligatorios cuando una empresa compra a otra o cuando se lanza una Oferta Pública de Adquisición (OPA).

Lo cierto es que el presidente de Caja Madrid tan solo pidió un informe a KPMG para que la consultora verificara la información contable y fiscal de City National Bank of Florida de los últimos años. Es lo que se conoce en el argot financiero como due dilligence. Según han confirmado fuentes financieras, KPMG no descubrió ninguna irregularidad en las cuentas del banco hipotecario de Miami, por lo que no hizo ninguna advertencia al consejo de administración de Caja Madrid.

Otras fuentes añaden que ese informe fue realizado por el equipo de banca de KPMG en Estados Unidos, no por el de las oficinas en Madrid, dirigido por Francisco Uría. Además, agregan que el estudio de la consultora no se utilizó para hacer la valoración del City National Bank, que fue aprobada por unanimidad por todos los consejeros pese a no tener un informe de un experto independiente que justificase el precio.

La labor de KPMG, defienden, se limitó a comprobar que la contabilidad de la entidad americana había sido la correcta en los últimos años. No obstante, desde que Caja Madrid compró el CNB en 2008, la cuenta de resultados entró en pérdidas al aflorar numerosos créditos impagados de clientes particulares por la crisis inmobiliaria. Entre ese año y 2010, Caja Madrid tuvo que hacer provisiones por 342 millones de euros hasta que la institución financiera volvió a ganar dinero en 2011. El cambio de los gestores, con el fichaje del cubano Jorge González en sustitución dell hombre de Blesa, Ramón Ferraz, se tradujo en un beneficio de 3,3 millones de euros, que creció hasta los 122 millones el pasado ejercicio.

Caja Madrid hizo la mayor adquisición de su historia a pecho descubierto, sin la ayuda de ningún experto, como es habitual en transacciones corporativas de gran tamaño. Así lo decidió Miguel Blesa, presidente de la caja, y Rafael Sánchez Lozano, su mano derecha, que rechazaron el asesoramiento de varios bancos de inversión internacionales para valorar el precio a pagar por el City National Bank of Florida. Solo se apoyaron en un informe superficial de KPMG para la due dilligence, que no entraba en la valoración.

Miguel Blesa