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Unesa pone el ‘grito en el cielo’ ante un nuevo recorte de 700 millones en distribución eléctrica
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ADVIERTE SOBRE UNA PARALIZACIÓN AUTOMÁTICA DE INVERSIONES

Unesa pone el ‘grito en el cielo’ ante un nuevo recorte de 700 millones en distribución eléctrica

Las grandes compañías eléctricas han empezado a temblar ante el anuncio del Ministerio de Industria de un nuevo recorte en la retribución de la distribución eléctrica, una

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Unesa pone el ‘grito en el cielo’ ante un nuevo recorte de 700 millones en distribución eléctrica

Las grandes compañías eléctricas han empezado a temblar ante el anuncio del Ministerio de Industria de un nuevo recorte en la retribución de la distribución eléctrica, una actividad que se concentra en torno a cinco grandes compañías: Iberdrola, Endesa, Gas Natural Fenosa, E.ON España (antigua Viesgo) y EDP-Hidrocantábrico. Unesa, la patronal que defiende los intereses de estas entidades, ha entonado su particular ‘grito de socorro’ para advertir de los riesgos que entraña este eventual ajuste, que implicará una congelación automática de las inversiones en el sector.

La reforma eléctrica es un objetivo ineludible que el Gobierno quiere tener listo antes de que termine el mes de junio, y el ministro José Manuel Soria viene afilando la tijera de manera indiscriminada desde hace ya algunas semanas, lo que induce a pensar que las nuevas rebajas se van a extender a todos y cada uno de los costes regulados del sistema eléctrico. La distribución es, de lejos, el que afecta más directamente a las llamadas empresas incumbentes agrupadas en Unesa. 

El Ministerio de Industria considera que estas cinco compañías tienen un negocio asegurado en España que les proporciona beneficios acumulados cada año de 3.000 millones de euros en el mercado doméstico. Los portavoces del sector matizan la significación de esta cifra y aseguran que dicho margen representa tan sólo la mitad del 6% que cuesta cada año financiar el activo instalado en el mercado eléctrico, estimado en 100.000 millones de euros. 

Desde la patronal se recuerda también que el sector ya tuvo que penar en marzo de 2012 con una reducción de la retribución, previamente acordada por la Comisión Nacional de Energía (CNE), que supuso una merma de 700 millones de euros en la cuenta de resultados de las cinco grandes eléctricas. La tentación del Ministerio de Industria para apretar las tuercas ahora de manera similar es algo que, según Unesa, ‘clama al cielo’ y puede obligar a un replanteamiento de los programas de inversión en el mercado eléctrico español. 

La Secretaría de Estado de Energía, que dirige Alberto Nadal, entiende que la evolución del mercado durante los últimos años justifica la reducción de los costes de la distribución. No en balde, la demanda eléctrica ha bajado en 2012 un 1,3% adicional al 3,2% de caída experimentada en 2011. De una manera más elocuente, se puede decir también que en estos momentos el consumo en el sector se encuentra a los mismos niveles que en el año 2005.

Reducir el consumo y arrancar los interruptores

Las empresas consideran, en cambio, que la recesión del mercado de la luz no es un motivo suficiente para recortar la remuneración a las distribuidoras, porque ello implicará una retracción de las inversiones en detrimento de unos niveles de servicio que ya se encuentran en España por debajo de la media comunitaria: “No por el hecho de que uno tenga que reducir su consumo de luz es necesario acto seguido arrancar de cuajo los  interruptores”, señalan a modo ilustrativo y con cierta sorna en Unesa.

La patronal trata así de amortiguar daños ante una reforma estructural que los técnicos del Ministerio de Industria están ultimando estos días para su presentación en Consejo de Ministros en las próximas semanas. Después de una ronda de consultas con los distintos grupos de interés, el equipo encabezado por Alberto Nadal se ha refugiado en la torre de cristal de la Plaza de Cuzco con el fin de que nadie pueda perturbar el rumbo de unas decisiones que, como reconoce el propio José Manuel Soria, “no van a dejar contento a nadie”.

La reforma del mercado eléctrico implicará una refinanciación de las primas a las renovables, así como un ajuste del sobrecoste del servicio en las islas Baleares y Canarias junto a la rebaja de la retribución en las actividades reguladas de transporte y la ya comentada de la distribución. La primera de las medidas, sin duda la más relevante y compleja, afectará especialmente a las constructoras que se han metido en el negocio de la energía fotovoltaica y termosolar. La segunda provocará una reducción del negocio extrapeninsular de Endesa. La tercera reducirá los ingresos de Red Eléctrica y la cuarta se reflejará en la cuenta de resultados de las grandes sociedades cotizadas del sector. Dicho en otras palabras, el que esté libre de recorte ya puede ir empezando a tirar piedras.

Las grandes compañías eléctricas han empezado a temblar ante el anuncio del Ministerio de Industria de un nuevo recorte en la retribución de la distribución eléctrica, una actividad que se concentra en torno a cinco grandes compañías: Iberdrola, Endesa, Gas Natural Fenosa, E.ON España (antigua Viesgo) y EDP-Hidrocantábrico. Unesa, la patronal que defiende los intereses de estas entidades, ha entonado su particular ‘grito de socorro’ para advertir de los riesgos que entraña este eventual ajuste, que implicará una congelación automática de las inversiones en el sector.