Oliu se descuelga de la candidatura al Círculo de Economía para dedicarse a su banco

El presidente del Banco Sabadell, Josep Oliu, no optará a presidir el Círculo de Economía de Barcelona en sustitución de Josep Piqué, presidente de Vueling. Una fuente cercana a Oliu señala a El Confidencial que “es cierto que mucha gente le pidió que sea el nuevo presidente del Círculo, pero ha decidido que en estos momentos no está disponible”.

La explicación oficial es que se trata de “una cuestión de principios. Teniendo una responsabilidad tan grande en un momento de expansión del banco tan delicada podría haber elementos estratégicos que no pudiera enfocar adecuadamente. No hay que olvidar que preside el cuarto banco español y eso te puede limitar a la hora de asumir las funciones de presidente del Círculo”. Pero en sectores empresariales también se comenta que la compatibilización de presidente del Círculo con máximo ejecutivo de la entidad bancaria le impediría “estar al 100% en cualquiera de las dos funciones”. Por ello, no es de extrañar que sus socios le pidan exclusividad.

La partida de la sucesión de Piqué, pues, se presenta a partir de ahora con diferentes elementos en juego. “La cuestión está entre elegir a un académico o un empresario”, dice a El Confidencial un miembro de la actual junta. El nombre de Antón Costas, catedrático de Política Económica de la Universidad de Barcelona (UB), sigue sonando como el adalid del poderoso lobby que representa el Círculo de Economía. Y algunos apuntan, incluso, a Alfred Pastor, profesor de IESE Business School. Pero subrayan que el 'sector académico' podría naufragar si sus integrantes se dividen en candidaturas alternativas.

Lo que se busca ahora es un candidato del mundo empresarial. Fuentes cercanas a Oliu admiten que “está en estos momentos ayudando a Piqué a encontrar un candidato sustituto”. Pero no concretan el perfil que debería tener dicho aspirante. Lo que parece descartado, de momento, es la candidatura del otro vicepresidente, Artur Carulla, presidente de Agrolimen. En su contra, está el hecho de que el fiscal pidió el día 2 a la Audiencia de Barcelona la reapertura de la investigación sobre algunos miembros de la familia Carulla por presunta evasión. En concreto, le reclama 330.840,13 euros que dejó de ingresar en las cuentas públicas, una bomba de relojería que podría pasarle factura a medio plazo. 

Los nombres que suenan

Entre los miembros del Círculo, sin embargo, han comenzado a circular algunos nombres que podrían optar al cargo. Por un lado, está Ángel Simón, presidente ejecutivo del Grupo Agbar. Es un empresario bien visto políticamente y económicamente. Por otro, en algunos cenáculos se apunta al nombre de Marc Puig, presidente de la perfumera Puig. Son dos pesos pesados de los círculos económicos catalanes que, además, pertenecen a la actual junta directiva del Círculo. “Simón ya había sonado en otras ocasiones como posible candidato. En estos momentos, sólo tiene en su contra el hecho de que hace mucho tiempo que no asiste a las reuniones de la junta”, señala una de las fuentes consultadas. Además, Agbar está inmersa, en estos momentos, en un monumental pleito con la Generalitat como consecuencia de la adjudicación de la empresa pública Aigües Ter-Llobregat (ATLL) a Acciona, asunto que está en los tribunales y que ha sido paralizado por orden judicial.

Ambos podrían tener algunas opciones de relevar a Josep Piqué, ya que algunas fuentes consultadas señalan que ha habido antecedentes de que el presidente elegido no ha tenido que ser necesariamente un vicepresidente en activo. Pero ninguno de los dos ha movido ficha para dar pasos en el sentido de tomar posiciones. De todos modos, no hay que descartar maniobras para detectar los apoyos con los que pueden contar en caso de asumir el reto.

Otras fuentes van más allá e incluso apuntan a que “no sería de extrañar que finalmente se eligiese a un empresario que no está en la junta”, lo que sería una situación inédita en la institución barcelonesa. De hecho, en el Círculo no hay elecciones entre los socios, sino que el presidente se elige por un sistema de “cooptación” entre los expresidentes.