Es noticia
Royal Bank of Scotland salva 'in extremis' a Svenson, la empresa de crecepelos de BBVA
  1. Economía
REFINANCIA LA DEUDA TRAS REGISTRAR FUERTES PÉRDIDAS

Royal Bank of Scotland salva 'in extremis' a Svenson, la empresa de crecepelos de BBVA

Después de muchos meses de negociaciones, BBVA ha conseguido evitar la suspensión de pagos de Svenson, la empresa dedicada a la salud capilar que adquirió en

Foto: Royal Bank of Scotland salva 'in extremis' a Svenson, la empresa de crecepelos de BBVA
Royal Bank of Scotland salva 'in extremis' a Svenson, la empresa de crecepelos de BBVA

Después de muchos meses de negociaciones, BBVA ha conseguido evitar la suspensión de pagos de Svenson, la empresa dedicada a la salud capilar que adquirió en 2006. El banco, que hizo esta inversión a través de su división de capital riesgo, ha convencido a The Royal Bank of Scotland (RBS) para alargar el vencimiento de un crédito sindicado al que la compañía madrileña no podía hacer frente.

Svenson estaba en tal coyuntura que PricewaterhouseCoopers, el auditor de sus cuentas, había advertido de la situación de insolvencia por presentar un fondo de maniobra negativo de más de 50 millones de euros. Un agujero ahondado por las pérdidas registradas entre 2009 y 2011 y por la clasificación como pasivo corriente del crédito sindicado concedido en 2006 por el banco británico.

Ante esa proximidad del abismo, Svenson, participada por BBVA en cerca de un 30% a través de Valanza, puso en marcha un plan de ajuste que pasaba inexorablemente por renegociar la deuda de cerca de 100 millones de euros con la banca acreedora y los accionistas que le habían dado líneas de financiación. Ese acuerdo llegó el pasado viernes tras más de ocho meses de conversaciones y concesiones de prórroga por parte del sindicado liderado por RBS.

Dicho crédito, que tenía un tipo de interés del 4,28%, había saltado por los aires al incumplir la compañía determinadas ratios financieras o covenants. El Grupo Svenson estaba obligado a mantener un nivel mínimo de resultados de explotación o ebitda, el cual debía oscilar entre los 4,25 y los 8,20 millones de euros entre 2010 y 2015. En 2011, último año auditado, el beneficio antes de intereses, impuestos, amortizaciones y depreciaciones reflejó unos números rojos de 16,4 millones de euros, cifra negativa que fue similar en 2010.

La empresa, que tuvo a varios futbolistas como imagen para relanzar sus ventas, arrastraba intereses devengados pendientes de pago de más de 400.000 euros. Con el nuevo acuerdo con RBS, la firma capilar participada por BBVA consigue una ampliación del plazo de vencimiento, una flexibilización del calendario de amortización, un incremento del coste financiero sin exigibilidad de desembolso del mismo hasta el vencimiento y una mejora de la capacidad de preservar la tesorería en función del nivel de los anticipos de los clientes.

Además del crédito sindicado, Svenson tiene dos préstamos participativos concedidos por sus dos socios. Uno por importe de 22,35 millones de euros y otro de 17,03 millones, los cuales vencen en 2016. Ambas líneas de financiacion devengan un interés fijo del 10%, más un variable en función del ebitda anual generado por el grupo. En el último ejercicio cerrado, el diferencial fue del 11,5%, un coste muy difícil de mantener para una empresa que rozaba la disolución.

Por este motivo, la Junta General de Accionistas de 2012 propuso la reducción del capital social para solventar el desequilibrio patrimonial. La operación se llevó a cabo en agosto de 2008, al minorar el capital en 23,73 millones de euros, una operación que supuso un duro golpe para los socios, entre ellos BBVA, que en 2010 ya llevó a cabo una provisión de su inversión ante los malos resultados de Svenson.

Después de muchos meses de negociaciones, BBVA ha conseguido evitar la suspensión de pagos de Svenson, la empresa dedicada a la salud capilar que adquirió en 2006. El banco, que hizo esta inversión a través de su división de capital riesgo, ha convencido a The Royal Bank of Scotland (RBS) para alargar el vencimiento de un crédito sindicado al que la compañía madrileña no podía hacer frente.