Sousa se considera imprescindible: Pescanova recurre el auto que le aparta de la presidencia

El presidente de Pescanova se considera imprescindible. Así lo manifiesta Manuel Fernández de Sousa en el recurso que ha presentado la compañía ante el juzgado por la destitución de su cargo, alegando que dejar la gestión del grupo pesquero en manos de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) aboca a la compañía a la liquidación.

Fernández de Sousa apoya su argumentación asegurando que Pescanova es una empresa sin parangón en España. En el mercado nacional, dice, el sector pesquero es Pescanova y, por ello, sería muy complicado encontrar un sustituto al máximo ejecutivo de la sociedad.

El titular del Juzgado Mercantil número 1 de Pontevedra, Roberto de la Cruz, optó la semana pasada por destituir a Fernández de Sousa y al resto del consejo y pedir a la CNMV que designase un administración concursal. El organismo regulador de los mercados se decantó por Deloitte.

Fernández de Sousa asegura en su recurso que esta decisión del juez pone en peligro la continuidad de Pescanova, que impide que se tomen decisiones “ágiles” y subraya la gran complejidad que supone dirigir el grupo pesquero, con múltiples filiales fuera de España.

Ni en el recurso de Fernández de Sousa, ni en el auto del juez que le revocó de su cargo se cifra el volumen de deuda de Pescanova, que es el origen de los problemas del grupo. Pese a que la multinacional gallega reconocía sólo 1.520 millones de euros, algunas fuentes aseguran que el pasivo total de la empresa supera los 3.000 millones, con lo que como mínimo habría tanta deuda oculta como declarada. En todo caso, el juez de la Cruz tampoco dio como buena la cifra de pasivo que había declarado Pescanova al presentar el concurso.

Tiro por la culata

Pese a su recurso, no hay que olvidar que fue Fernández de Sousa quien judicializó el caso y presentó el concurso de acreedores, en contra de la opinión de socios como Damm o la firma luxemburguesa Luxempart. La intención de Fernández de Sousa era utilizar el proceso concursal para mantenerse en el cargo en régimen de interinidad, ya que su mandato como presidente finalizó el pasado 23 de abril.

Pero el juez Roberto de la Cruz, que ya había llevado grandes y polémicos concursos de acreedores como el del Celta de Vigo FC, decidió destituir al presidente y a Fernández de Sousa le salió el tiro por la culata. La primera decisión que tomó el juez fue cesar al consejo de Pescanova, presidente incluido.

Crisis industrial

Los graves problemas de Pescanova suponen una crisis industrial para Galicia, donde la compañía da empleo a 1.500 personas sobre una plantilla total de 10.000 trabajadores. Precisamente garantizar el futuro del grupo pesquero es el principal argumento de Fernández de Sousa en su recurso.