La Generalitat busca nueva sede a la Bolsa de Barcelona por falta de fondos

La Bolsa de Barcelona tiene una ubicación privilegiada, en Paseo de Gracia, 19. Pero esta sede de lujo tiene los días contados, ahora que ya pasó aquella época en la que el Paseo de Gracia era la ubicación perfecta para oficinas de prestigio y caros despachos de abogados. Hoy, oleadas de turistas recorren el bulevar y compran en tiendas como Jimmy Choo, Chanel o Brioni. En la Bolsa de Barcelona corren tiempos de mudanza.

La razón, la falta de fondos de la Generalitat. La administración catalana tiene puesta a la venta más de una docena de inmuebles y Paseo de Gracia 19 es la joya de la corona. Pero hay una piedra en el zapato que torpedea una y otra vez la operación: en los bajos y el primer piso está ubicada la Bolsa de Barcelona que tiene el usufructo de este espacio hasta el 2030 y que no quiere renunciar a ese derecho.

La relación entre la Generalitat y el mercado de valores de la capital catalana, entre el conseller de Economía, Andreu Mas-Colell  y el presidente de la bolsa, Joan Hortalà, es cada vez más tensa. Inversores como Ram Bhavnani  han estudiado embarcarse en la operación para descartar la idea después, según confirman fuentes del sector inmobiliario. La razón: la parte más valiosa del activo está ocupada y el inquilino tiene todo el derecho legal a quedarse.

En Bolsa de Barcelona estarían dispuestos a vender el usufructo, pero la operación sería cara. Calculan el valor de este usufructo entre 30 y 40 millones de euros. Y eso siempre que la Generalitat les facilitase un edificio similar que permitiese la instalación de los carísimos equipos informáticos que hacen que el mercado de valores catalán opere en tiempo real.  

Ciertamente la operación de referencia es mucho más alta. Así, en octubre del 2012, Amancio Ortega pagó 80 millones de euros por las dos plantas de Paseo de Gracia 1 donde está ubicada la mayor tienda Apple de Barcelona. Con esa comparativa, hay que entender que las expectativas de Bolsa de Barcelona se sitúen en la franja alta. 

Tiendas de lujo

En un mercado inmobiliario de capa caída, las marcas de lujo de todo el mundo hacen cola para conseguir un hueco en el Paseo de Gracia de Barcelona, emplazamiento privilegiado para llegar a los pudientes turistas rusos y chinos que visitan la capital catalana. Por eso, los locales de Paseo de Gracia 19 son tan valiosos.  

En un primer momento la Generalitat intentó vender sólo las oficinas de los pisos superiores, pero los inversores desconfiaban de que la administración catalana, agobiada por sus problemas de caja, pudiese hacer frente a los alquileres. El inmueble lleva casi dos años a la venta.

Hoteleros interesados

Ahora hay hoteleros interesados en la operación, pero la misma es mucho más rentable para la Generalitat con el bajo y la primera planta ocupados por el parqué catalán incluidos en el lote. En la Generalitat creen que podrían obtener 80 millones si se vende todo el edificio, que cuenta con diez plantas. 

La Generalitat mantiene una deuda de miles de millones con diversos proveedores, de los que más de 1.300 millones corresponden sólo al sector de salud. Por tanto, la gestión de tesorería es crucial y la venta de inmuebles una prioridad clave. Ante este panorama, se impone llegar a un acuerdo con la Bolsa de Barcelona, porque ésta no va a renunciar a sus derechos históricos. 

La operación se remonta a 1994, cuando la Cámara de Comercio de Barcelona abrió un conflicto con ella al inscribir en el registro como de su propiedad el edificio de Llotja de Mar, donde ambas entidades compartían sede. La Generalitat acabó avalando la inscripción, pero para compensar de la pérdida a la Bolsa de Barcelona, recibió de esta entidad 1.600 millones de pesetas de la época que sirvieron para comprar a la Agrupació Mutua Paseo de Gràcia, 19 por 7.000 millones de pesetas en el año 2000 y otorgar el usufructo de los bajos y la primera planta a la operadora de mercados bursátiles. A la Generalitat de la época, que todavía presidía Jordi Pujol, le pareció una manera barata de contentar a todo el mundo. Ahora, con perspectiva, todo a apunta a que lo barato saldrá muy caro.