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El complicado parto del rescate de Chipre: una historia de europeos, rusos y 7.000 millones
  1. Economía
LAS CLAVES DE LA CRISIS

El complicado parto del rescate de Chipre: una historia de europeos, rusos y 7.000 millones

Parece que fue ayer. Pero no. Chipre solicitó el rescate formalmente a Europa el 25 de junio de 2012. Este lunes, justo nueve meses después, el

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El complicado parto del rescate de Chipre: una historia de europeos, rusos y 7.000 millones

Parece que fue ayer. Pero no. Chipre solicitó el rescate formalmente a Europa el 25 de junio de 2012. Este lunes, justo nueve meses después, el parto amenaza emociones fuertes y, sobre todo, históricas. El país tiene hasta pasado mañana para sellar un acuerdo con la troika –y/o con Rusia- que le permita completar su rescate. De lo contrario, le aguarda el abismo financiero y el riesgo de convertirse en el primer país en salir del euro. Conozca las claves del último coletazo –por ahora- de la crisis del euro.

1. Los protagonistas

Chipre. Incorporado al euro en 2008, Chipre es una isla en la que habitan 1,1 millones de personas. Sus problemas residen en un sector bancario hipertrofiado que ahora necesita reforzar su capital para seguir funcionando. Sus activos totales ascienden a 145.000 millones de euros, en tanto que cuenta con unos depósitos de 72.000 millones. Teniendo en cuenta que el producto interior bruto (PIB) de Chipre en un año es ligeramente inferior a los 18.000 millones de euros, los activos multiplican por ocho al PIB y los depósitos, por cuatro. En España, por ejemplo, los depósitos no llegan a alcanzar el 100% del PIB. 

Sumando estos problemas a los que atraviesa su economía –en 2012 se contrajo un 2,3% y este año podría hacerlo un 3,5% con una tasa de paro que podría crecer del 12,1 al 13,7%-, Nicosia ya levantó la mano en junio de 2012 para pedir formalmente el rescate.  

La troika. La santa trinidad de los rescates. La Comisión Europea, el Banco Central Europeo (BCE) y el Fondo Monetario Internacional (FMI) conforman un tres en uno que, coloquialmente, ha quedado bautizado como la troika. Su opinión es determinante porque representa a los intereses de quienes pagan los rescates. Por este motivo, en última instancia es la que debe dar el visto bueno o no a los rescates.

El Banco Central Europeo. Por su relevancia, merece un lugar propio, pese a ser uno de los integrantes de la troika. Más que nada, porque la entidad presidida por Mario Draghi se ha encargado de marcar la fecha límite que tiene Chipre: el martes 26 de marzo. Si para entonces no hay rescate y, como está previsto, los bancos reabren sus puertas, el BCE dejará de suministrar liquidez a las entidades chipriotas, con lo que estas se quedarán sin dinero para atender la retirada de efectivo de los clientes. En ese supuesto, el pánico bancario y el colapso financiero estarían servidos y la salida del euro sería una opción cada vez más real.

Rusia. En Chipre hay colegios y medios de comunicación rusos. Los vínculos entre ambos países son notables: atraídos por el bajo impuesto de sociedades de Chipre –del 10%- y los altos intereses de sus depósitos, el capital ruso ha fluido hacia la isla, un paraíso no sólo geográfico, sino también fiscal y financiero, en pleno Mediterráneo. Rusia también ha apoyado a Chipre en la ONU cuando ha habido tensiones geopolíticas con sus vecinos turcos, una ayuda que en 2011 adquirió también una dimensión financiera, puesto que Moscú prestó 2.500 millones de euros a la isla.

Con este precedente, el Gobierno de Nicos Anastasiadis ha tratado de jugar la baza rusa en su rescate. Se ha especulado con la posibilidad de que Chipre conceda a Rusia el control y la explotación de sus recursos energéticos –sobre todo, gas natural- a cambio de que Moscú proporcione el dinero que necesita. Por el momento, sin embargo, Rusia se ha resistido a aceptar.

2. Las cifras

Las cuentas están claras. El rescate de Chipre se cifra en 17.000 millones de euros. Del total, la troika está dispuesta a aportar 10.000 millones. El resto debe obtenerlo Chipre de donde pueda. ¿Por qué, a diferencia de los rescates de Grecia, Irlanda y Portugal, la troika no carga con todo el rescate? Porque 17.000 millones es muchísimo dinero para ese país; prácticamente equivale al 100% de su PIB. Como se trataría de un préstamo que incrementaría la deuda pública chipriota, esta podría dispararse hasta situarse en el 180% del PIB. Es decir, en ese caso habría 180 euros en deuda por cada 100 que genera la economía, una carga insostenible que, previsiblemente, desembocaría en una futura –y no lejana- reestructuración de la deuda como la realizada hace un año en Grecia, un acontecimiento que en su momento fue definido como "único" y "especial", por lo que la troika no quiere exponerse a repetirlo.

Este condicionante provoca que Chipre tenga que pagar parte de su propio rescate –de ahí que se hable de bail-in-. Y es ahí donde comienza el baile. Nicosia tiene que procurarse de donde pueda una cantidad equivalente al 40% de su PIB.

3. Los hechos

Con unos bancos poco capitalizados y que tampoco poseen muchos bonistas a los que aplicar quitas, la troika y Chipre se saltan el orden de prelación y la garantía de los depósitos y anuncian, en la madrugada del 15 al 16 de marzo, un impuesto a los depósitos. Del 6,75% a los productos con menos de 100.000 euros y del 9,9% si se supera ese umbral.

Tras soltar esta bomba vinieron las retractaciones. Primero por parte de las autoridades europeas, que renegaron del castigo a los depositantes, y luego del propio Parlamento chipriota, que el martes votó contra la primera versión del rescate.

A continuación comenzaron las negociaciones contrarreloj con Europa y con Rusia. Hasta que el jueves Chipre, con su banco central al frente de las operaciones, maniobró con un plan B, cuyo eje central es una reforma bancaria que pretende afianzar la solvencia del sistema que resulte de ese proceso. El objetivo, evitar que el BCE abandone a su suerte a las entidades del país.

Todo ello en un clima de estado de excepción financiera, puesto que los bancos han permanecido cerrados toda la semana. Un corralito, el primero en la historia de la Eurozona. Pero con fecha de caducidad, porque las autoridades chipriotas anunciaron el miércoles que los bancos volverán a abrir sus puertas el martes 26.

4. Las posibilidades

Tratándose de Europa y su polémica gestión de la crisis del euro, todo está abierto. Incluso que se vuelva al plan original de imponer pérdidas a los depositantes. Hay un abanico de posibilidades esperando, aunque, sobre todo destacan, cuatro alternativas.

Acuerdo antes del martes. Desde la petición del primer rescate por parte de Grecia, solicitado el viernes 23 de abril de 2010, varias de las páginas más relevantes de la crisis del euro se han escrito durante los fines de semana. Y el guion va a volver a repetirse. Este fin de semana, los ministros de Economía y Finanzas de la Eurozona –el Eurogrupo-, el FMI y el BCE se han reunido para intentar cerrar un acuerdo con Chipre. Lograrlo sería la solución más favorable, e incluso podría ser el salvoconducto para que Rusia participara finalmente en la aportación de los recursos que necesita Chipre. A priori, la flexibilidad de todas las partes se antoja clave para lograrlo; más que nada, porque sin tocar los depósitos resulta complicado adivinar de dónde puede sacar Chipre el dinero.

Además, no conviene olvidar que el núcleo de Europa no ha mostrado demasiada voluntad de moderar su postura. Con las elecciones alemanas esperando en septiembre, Angela Merkel tendría difícil vender a su electorado otro rescate rebajado.

Sin acuerdo: retraso de la reapertura de los bancos. Si las negociaciones se complican y el lunes no hay acuerdo, el Gobierno podría prorrogar la decisión de mantener cerrados los bancos para ganar más tiempo para encontrar una solución.  

Sin acuerdo: los bancos abren, pero con restricciones de capital. Otra variante que está sobre la mesa consiste en que los bancos abran aunque no haya acuerdo, pero con restricciones de capital para evitar una fuga masiva de dinero. La Comisión Europea y el BCE apoyan esta opción en medio de las excepcionales circunstancias actuales y han urgido a las autoridades chipriotas para que acomoden “inmediatamente” su normativa con el fin de implementar esos límites. Conviene recordar que uno de los pilares de la Unión Europea consiste, precisamente, en la libre circulación de capitales.

Sin acuerdo: pánico bancario. La posibilidad más extrema sería que todo saltara por los aires. Es decir, que no hubiera acuerdo antes del martes, que Chipre siguiera adelante con su idea de reabrir los bancos ese día y que lo hicieran sin aplicar restricciones de capital. En ese caso, estallaría un pánico bancario que desembocaría en una masiva fuga de capitales. Y en ese supuesto el siguiente paso sería una especie de cisne negro: la posibilidad de que Chipre se convierta en el primer país en salir del euro.

En este sentido, hay voces que apuntan que este último extremo no es visto con malos ojos en el núcleo de Europa. Reforzaría la posición de los líderes políticos ante su electorado y, además, podría ser empleado como ejemplo disciplinante para el resto de los eurosocios más díscolos. Increíble, pero todo es posible en esta Europa. 

Parece que fue ayer. Pero no. Chipre solicitó el rescate formalmente a Europa el 25 de junio de 2012. Este lunes, justo nueve meses después, el parto amenaza emociones fuertes y, sobre todo, históricas. El país tiene hasta pasado mañana para sellar un acuerdo con la troika –y/o con Rusia- que le permita completar su rescate. De lo contrario, le aguarda el abismo financiero y el riesgo de convertirse en el primer país en salir del euro. Conozca las claves del último coletazo –por ahora- de la crisis del euro.