BBVA se enfrenta otra vez a Guindos al no presentar oferta por CatalunyaCaixa

BBVA ha vuelto a dar calabazas al Gobierno a la hora de echar una mano en la reestructuración del sistema financiero español. Francisco González ha decidido no presentar ninguna oferta por CatalunyaCaixa, la entidad nacionalizada que el ministro de Economía, Luis de Guindos, quiere privatizar para ir cerrando la reforma del sector bancario. Su postura ha generado un profundo malestar, que se suma al provocado por su negativa a contribuir en la constitución de la Sareb o banco malo.

El grupo presidido por González había contratado los servicios de Morgan Stanley para cursar una oferta por el banco catalán, por el que presuntamente tenía mucho interés tras hacerse con Unimm hace justo un año. Sin embargo, el pasado jueves, fecha en la que vencía el periodo para poner encima la propuesta no vinculante, el Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB) se llevó la sorpresa de que BBVA había optado por retirarse del proceso.

La decisión no sentó nada bien en el Ministerio de Economía, que pretendía que el segundo mayor banco español compitiera a cara de perro con Santander, el candidato con más opciones para quedarse con CatalunyaCaixa. El grupo presidido por Emilio Botín es el único que todavía no ha comprado ningún banco nacionalizado, por lo que se daba por hecho que echaría el resto en esta subasta. Pero para forzar un precio alto de venta era imprescindible que BBVA pujase con interés.

Lejos de esa pretensión, el banco con sede en Bilbao ha hecho caso omiso del ultimátum que dio el FROB el pasado viernes, cuando les pidió a los cuatro grandes que revisaran sus ofertas, las cuales había considerado insuficientes. El acento se puso en BBVA, que no había llegado ni a poner una propuesta en firme encima de la mesa. Ayer lunes, cuando finalizó el plazo para cursar la oferta, González opto por no enviar ningún papel a Economía.

Es la segunda vez que el financiero gallego deja plantado al Gobierno, con el que se le suponía cercanía cuando el PP llegó al poder en diciembre de 2011. González fue el primero en mostrar su apoyo a Mariano Rajoy días después de que José Luis Rodríguez Zapatero adelantase las elecciones generales en julio del pasado año. Sin embargo, quince meses más tarde sus relaciones son absolutamente frías, en especial con Luis de Guindos. 

En manos de Botín

González criticó abiertamente en septiembre que el Ejecutivo no pidiera el rescate nacional a la Unión Europea cuando la prima de riesgo se movía en las cercanías de los 500 puntos. Esta declaración iba en contra de la estrategia marcada por Rajoy y De Guindos, los cuales tenían como objetivo número uno no recurrir a los fondos europeos para sacar a España del atolladero. Después, tal y como adelantó El Confidencial, el presidente de BBVA se enfrentó cara a cara al ministro de Economía al negarse a poner 600 millones para crear la Sareb, provocando un enfado monumental en sus competidores, como Santander y la Caixa.

Tras ese enfrentamiento, González hizo algunos guiños al Gobierno. Primero, al asegurar en un acto con los representantes del Ejecutivo de Turquía que España no estaba tan mal como se pensaba. Segundo, al indicar, en una entrevista en Bloomberg TV,  que el país podía sobrevivir sin ayuda financiera externa. Tercero, al salir en defensa de la honestidad de Rajoy por el presunto cobro de sobresueldos en dinero negro. El presidente de BBVA dijo estar “convencido” de la honradez de su paisano, acusado por un supuesto caso de contabilidad secreta por la publicación de los papeles de Luis Bárcenas.

Sin embargo, a la hora de la verdad, González ha dejado otra vez claro que toma sus decisiones pensando en lo mejor para accionistas y no en función de los intereses del Ejecutivo. Un Gobierno que ha considerado insuficiente la única oferta real, la de Banco Santander –la de Popular no se ha tenido en consideración- para vender CatalunyaCaixa, y por tanto ha suspendido la subasta para quedarse como accionista de la entidad catalana durante los próximos tres años.