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Repsol espanta los fantasmas del ‘bono basura’ con la venta del GNL a Shell
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LA DEUDA CORPORATIVA SE REDUCE A LA MITAD, HASTA 2.200 MILLONES

Repsol espanta los fantasmas del ‘bono basura’ con la venta del GNL a Shell

La venta de los activos de gas natural licuado (GNL) supone un punto de inflexión en las complicadas relaciones de Repsol con las agencias de rating.

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Repsol espanta los fantasmas del ‘bono basura’ con la venta del GNL a Shell

La venta de los activos de gas natural licuado (GNL) supone un punto de inflexión en las complicadas relaciones de Repsol con las agencias de rating. La expropiación de YPF por el Gobierno argentino redujo el patrimonio de la multinacional española asediada desde entonces por el fantasma del ‘bono basura’ como calificación crediticia en los mercados de capitales. Shell pagará 5.000 millones de euros, incluyendo 1.700 millones en asunción de deudas vinculadas a los activos objeto de desinversión, lo que permite a la petrolera limpiar su balance rebajando a la mitad el pasivo neto financiero.

La deuda neta corporativa de Repsol pasará con esta operación de 4.400 millones a 2.200 millones de euros, permitiendo a la compañía que preside Antonio Brufau elevar la relación entre la caja generada y el endeudamiento ajustado hasta un 41%, frente al 30% que exige Standard & Poor´s. En el caso de Moody´s, el ratio se contabiliza descontados los dividendos, y la petrolera alcanza un listón de caja sobre deuda del 32%, frente al 21% que solicita esta agencia de calificación. Por último, Fitch fija una frontera de solvencia atendiendo a un nivel de deuda que no puede sobrepasar en tres veces el volumen de cash-flow. La operación con Shell reduce este baremo a la mitad, de manera que la deuda de Repsol equivale ahora a 1,5 veces su generación de caja. 

La venta de los activos a la multinacional anglo-holandesa se ha llevado a cabo después de una intensa negociación en la que han participado los más importantes gigantes de la industria petrolera, incluyendo la compañía rusa Gazprom, las chinas Sinopec y CNOOC, la india Gail o la francesa Gas de France (GdF), entre otras. La capacidad financiera de Shell desequilibró el concurso a favor de esta opción con un acuerdo que permite a Repsol contabilizar la operación con fecha de 30 de septiembre pasado y, por lo tanto, incluir los resultados en las cuentas anuales de 2012.

Repsol generará una plusvalía de casi 2.700 millones de euros y dotará 1.000 millones para provisionar el negocio fallido de Canaport, la planta de regasificación adquirida en 2005 por la petrolera cuando las expectativas comerciales no se habían visto afectadas por el desarrollo del shale gas, o gas pizarra, acumulado en las formaciones rocosas, que se ha revelado como una extraordinaria fuente de energía. La especificidad del GNL en el mercado petrolero y la volatilidad de su peso en los balances de las compañías petroleras ha intensificado el criterio de mayor prudencia por parte de las agencias de calificación. Baste con señalar que, a efectos de rating, la deuda total de Repsol se elevaba a cifras de entre 11.000 a 13.500 millones de euros. En consecuencia, el ajuste que ahora efectúan los tres valoradores se estima en una horquilla de 4.000 a 5.000 millones. 

El balance de Repsol obtiene un balón de oxígeno que alivia su reputación en el mercado de hidrocarburos y constituye, además, el punto de partida para el canje de los 3.000 millones de participaciones preferentes que acumula la compañía. El propio Antonio Brufau ha reiterado la intención de amortizar esta deuda de baja calidad en sintonía con la misma práctica que ya han seguido otras grandes empresas no financieras, como son los casos de Sol-Meliá y, más recientemente, Telefónica. La supresión de las preferentes fortalecerá también la estructura de capital de Repsol y facilitará una mejora de la nota de solvencia.

En la actualidad, el rating de la petrolera se sitúa en márgenes muy bajos, cercanos al ‘bono basura’, que permiten augurar una perspectiva positiva, una vez se materialice el deal con Shell a lo largo de los próximos meses. El acuerdo establece un plazo de un año para formalizar la venta, si bien la intención de Repsol consiste en cerrar la transmisión de los activos antes de que finalice el presente ejercicio 2013.

La venta de los activos de gas natural licuado (GNL) supone un punto de inflexión en las complicadas relaciones de Repsol con las agencias de rating. La expropiación de YPF por el Gobierno argentino redujo el patrimonio de la multinacional española asediada desde entonces por el fantasma del ‘bono basura’ como calificación crediticia en los mercados de capitales. Shell pagará 5.000 millones de euros, incluyendo 1.700 millones en asunción de deudas vinculadas a los activos objeto de desinversión, lo que permite a la petrolera limpiar su balance rebajando a la mitad el pasivo neto financiero.

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