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Sánchez-Lozano presionó a Bankia para que apoyara el plan radical de los británicos en Iberia
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MIENTRAS TRATA DE LLEGAR A UN ACUERDO CON LOS SINDICATOS

Sánchez-Lozano presionó a Bankia para que apoyara el plan radical de los británicos en Iberia

Rafael Sánchez-Lozano, primer ejecutivo de Iberia, intentó la semana pasada convencer a la desesperada a los consejeros de Bankia de que apoyaran el llamado Plan de

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Sánchez-Lozano presionó a Bankia para que apoyara el plan radical de los británicos en Iberia

Rafael Sánchez-Lozano, primer ejecutivo de Iberia, intentó la semana pasada convencer a la desesperada a los consejeros de Bankia de que apoyaran el llamado Plan de Transformación con el que IAG, la sociedad matriz, quiere cortar por lo sano los millones de pérdidas que sufre la aerolínea española. Según han confirmado fuentes conocedoras de las conversaciones, el consejero delegado se reunió en la sede del banco nacionalizado para forzar un apoyo que no consiguió.

El encuentro tuvo lugar el pasado martes, un día antes de que el Consejo de Iberia se reuniese para decidir si ratificaba o no el expediente de regulación de empleo (ERE) que afecta a 4.500 empleados, el 25% de la plantilla. Fuentes próximas a Bankia aseguran que dicho comité solo tenía como objetivo preparar el acto del día siguiente, como suele ser tradicional cuando una empresa participada por el grupo financiero congrega a su Consejo de Administración.

Pero otras fuentes indican que la reunión fue mucho más tensa. Sánchez-Lozano procuró persuadir a Manuel Galarza, Carlos Stilianopoulos y Fernando Manzanedo, los tres directivos de Bankia en el Consejo de Iberia, de la necesidad imperiosa de aprobar el plan de ajuste en las condiciones anunciadas a principios de noviembre. Pero se encontró con la oposición de estos tres consejeros, que previamente habían recibido las instrucciones de la ministra de Fomento, Ana Pastor, tal y como adelantó El Confidencial.

Precisamente, Galarza, Stilinianopoulos y Manzanedo habían asistido previamente a un encuentro confidencial convocado por la titular del Ministerio de infraestructuras para hacerles saber su posición contraria a la virulencia del plan de despidos y del cierre de determinadas rutas con el extranjero. Después de las dos reuniones, los tres directivos, junto con Jorge Pont, en representación de El Corte Inglés, mostraron su desacuerdo con el planteamiento de Sánchez-Lozano en el Consejo que Iberia celebró el pasado miércoles, pese a que en noviembre lo habían respaldado por unanimidad.

IAG celebró un día después, el jueves 24, su convocatoria mensual, una cita en la que quedó patente la división entre los consejeros que quieren llevar hasta las últimas consecuencias el Plan de Transformación y los que prefieren que el ajuste se haga de forma más suave. La postura más radical la defendió Willie Walsh, el consejero delegado del holding, mientras que la paliativa la propuso, curiosamente, Sánchez-Lozano, un cambio de actitud que llamó la atención de los sindicatos de Iberia.

Porque Sánchez-Lozano ha sido el firme defensor de la urgencia de ajustar la plantilla, bajar los salarios, cerrar rutas y desprenderse de los negocios que no son estratégicos. El consejero delegado de Iberia así lo expresó a mediados de noviembre cuando se reunió con los periodistas para explicar los números internos de la aerolínea española, según los cuales pierde un millón de euros al día. Otras fuentes señalan que el primer ejecutivo de la compañía de bandera está jugando a dos bandas al comprobar la actitud beligerante de Ana Pastor. Por una parte, corrobora la tesis de Walsh y, por otra, se muestra flexible con la solicitud de la ministra.

Plan de beneficios para la cúpula 

El problema de Sánchez-Lozano es que los consejeros de Bankia, el mayor accionista de IAG -12% del capital- y de Iberia -87%- ya no son de su cuerda, al contrario de lo que sucedía cuando éste fue ascendido a número dos de la aerolínea. Porque el directivo fue puesto en la empresa de transporte de pasajeros y de carga por Miguel Blesa en 2009, después de haberle asesorado en varias adquisiciones de entidades financieras en el exterior . Ahora, los consejeros han sido nombrados por José Ignacio Goirigolzarri, que a su vez ha sido puesto por el Estado.

Lo que tiene claro el CEO de Iberia es que al Consejo del próximo viernes tiene que ir con un acuerdo cerrado con los sindicatos que satisfaga las pretensiones del consejero delegado de IAG, que se juega mucho en el envite. Especialmente porque es el principal beneficiado de los planes especiales de retribución, por el que los directivos más importantes pueden ganar cerca de 15,5 millones de euros si se cumplen dos objetivos.

El primero es que IAG supere en evolución bursátil a la media de sus competidores europeos, según el índice MSCI European Transportation. El segundo es que la holding obtenga un determinado beneficio por acción en un plazo de tres años. El primer plan de retribución fue concedido el 31 de marzo de 2011, por un total de 2,54 millones de acciones. El segundo fue comunicado oficialmente el pasado 7 de agosto y supondría la entrega de 3,60 millones de acciones de la matriz. Además de Walsh, los otros tres ejecutivos a los que más opciones se les ofrece es a Keith Williams, el propio Sánchez-Lozano y Enrique Dupuy, el director financiero.

Rafael Sánchez-Lozano, primer ejecutivo de Iberia, intentó la semana pasada convencer a la desesperada a los consejeros de Bankia de que apoyaran el llamado Plan de Transformación con el que IAG, la sociedad matriz, quiere cortar por lo sano los millones de pérdidas que sufre la aerolínea española. Según han confirmado fuentes conocedoras de las conversaciones, el consejero delegado se reunió en la sede del banco nacionalizado para forzar un apoyo que no consiguió.

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