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IAG trata de 'seducir' al consejero John Snow para meter en vereda a Iberia
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IAG trata de 'seducir' al consejero John Snow para meter en vereda a Iberia

Tras el estancamiento de las negociaciones con los sindicatos y ante la amenaza de una enésima huelga otra vez sobre la mesa, la dirección de Iberia

Foto: IAG trata de 'seducir' al consejero John Snow para meter en vereda a Iberia
IAG trata de 'seducir' al consejero John Snow para meter en vereda a Iberia

Tras el estancamiento de las negociaciones con los sindicatos y ante la amenaza de una enésima huelga otra vez sobre la mesa, la dirección de Iberia parece resignada a presentarse con las manos vacías ante el consejo de International Airlines Group (IAG). La reunión del máximo órgano ejecutivo de la casa matriz está anunciada para el próximo jueves 24 de enero, un día que puede resultar especialmente largo para los responsables de la aerolínea si previamente no se produce lo que se dice un milagro en las tortuosas relaciones laborales de la antigua compañía española de bandera.

El primer ejecutivo de IAG, Willie Walsh, espera con impaciencia los resultados de ese acuerdo marco que el equipo encabezado por Antonio Vázquez suscribió con los sindicatos a mediados de diciembre y al que posteriormente se ha incorporado también el Sepla. El mandamás del grupo fusionado está convencido de que Iberia sólo podrá alcanzar un acuerdo de mínimos, insuficiente en todo caso para asegurar la viabilidad de la empresa y, en lógica consecuencia, totalmente reprobable por el consejo de administración de la casa matriz.

La irrupción de los pilotos en el proceso de negociaciones ha complicado la estrategia diseñada por Rafael Sánchez Lozano que pretendía arroparse en el resto de colectivos profesionales para marcar una frontera estructural en las relaciones laborales con el Sepla. El consejero delegado de Iberia es consciente de que IAG quiere aprovechar el Plan de Transformación para cambiar también el marco de actuación que tradicionalmente ha permitido a los pilotos mantener la sartén por el mango cada vez que se plantea un conflicto con la dirección de la empresa.

El margen de maniobra de Iberia para llegar a un pacto laboral es muy limitado porque no se trata solamente de abordar un ajuste de plantilla, sino también de alcanzar unos niveles de productividad que, como señalan en medios sindicales, obligan a un “recorte de salarios con alfanje”.  En el primero de los objetivos, los excedentes de empleo podrían acordarse suavizando en torno al 15% la cifra prevista de 4.500 trabajadores y utilizando los esquemas antiguos de regulación que, si el Gobierno no lo impide, permitirían abordar casi la totalidad de los despidos por la vía de  jubilaciones anticipadas. En el segundo de los escenarios no hay una salida tan fácil porque IAG ha marcado una línea roja que obliga a bajar la retribución de los pilotos en un 30%.

Dentro de Iberia se puede entender que las espadas están en todo lo alto y nada tendría de extraño que esta misma semana la representación sindical volviera a la carga con una segunda convocatoria de huelga. Los trabajadores consideran que la empresa no se ha movido un ápice del guión trazado desde Londres , lo que infunde, a su entender, plena legitimidad para reanudar el calendario de movilizaciones que fue desconvocado a instancias de la ministra de Fomento, Ana Pastor, en los días previos a las fiestas navideñas.

Los siete consejeros' españoles' de Iberia

Las cañas se han tornado de nuevo en lanzas pero lo más grave es que IAG sigue con el hacha de guerra levantada y la representación española en el consejo de la compañía multinacional tampoco las tiene todas consigo. La empresa resultante de la fusión entre British Airways e Iberia cuenta con una estructura paritaria de poder pero los siete hombres sin piedad que defienden los intereses de la compañía británica pueden sumar alguna que otra adhesión de su contraparte española a poco que alguno de los llamados administradores independientes se resistan a entrar en una confrontación abierta con Willie Walsh.

Hay que recordar que el Plan de Transformación de Iberia fue concebido en su génesis por acuerdo unánime del máximo órgano de decisión de IAG. La única forma de replantear el proyecto inicial sería con una alternativa negociada que, además de asegurar la paz social, garantizase también el horizonte financiero de la casa matriz. De los siete consejeros “españoles” está claro que Antonio Vázquez y Rafael Sánchez Lozano cuentan, de entrada, con el apoyo de César Alierta, José Manuel Fernández Norniella y José Pedro Pérez-LLorca. Más dudosa es la posición del representante de Bankia, Manuel Lagares, y, principalmente, la de John Snow.

Por extraño que resulte, el antiguo secretario del Tesoro de Estados Unidos con George W. Bush se sienta en IAG por la cuota de Iberia pero ni su pasaporte ni su condición de independiente aseguran que pueda enfrentarse a Walsh si, al final, el conflicto laboral se termina convirtiendo en una batalla empresarial dentro del grupo fusionado.

Tras el estancamiento de las negociaciones con los sindicatos y ante la amenaza de una enésima huelga otra vez sobre la mesa, la dirección de Iberia parece resignada a presentarse con las manos vacías ante el consejo de International Airlines Group (IAG). La reunión del máximo órgano ejecutivo de la casa matriz está anunciada para el próximo jueves 24 de enero, un día que puede resultar especialmente largo para los responsables de la aerolínea si previamente no se produce lo que se dice un milagro en las tortuosas relaciones laborales de la antigua compañía española de bandera.

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