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La industria del juguete vuelve a España
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POR EL GIRO DE LA ECONOMÍA MUNDIAL

La industria del juguete vuelve a España

Los Reyes Magos llegarán la madrugada del 6 de enero a los hogares españoles con regalos pero también con buenas noticias, porque su industria, la juguetera,

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La industria del juguete vuelve a España

Los Reyes Magos llegarán la madrugada del 6 de enero a los hogares españoles con regalos pero también con buenas noticias, porque su industria, la juguetera, parece haber encontrado una salida a la avalancha de datos negativos que la han cercado durante los últimos años. Las empresas de este sector que se marcharon al principio de la década pasada a países emergentes para producir más barato han comenzado a volver a España. Y no solo para pasar las vacaciones de Navidad. La tendencia afecta cada vez a más compañías y podría dar un empujón a una industria que tradicionalmente había gozado de un fuerte arraigo en España pero que prácticamente había desaparecido de la geografía nacional por el incremento de los costes de producción.

La situación está cambiando. La deslocalización inversa del juguete tiene que ver con el giro copernicano que ha dado la economía mundial en los últimos cinco años. “Para las empresas del sector del juguete, esto es un fenómeno nuevo”, apunta José Antonio Pastor, presidente de la Asociación Española de Fabricantes de Juguetes (AEFJ). “Los motivos son varios: el aumento del precio de las materias primas, de la mano de obra y del transporte, un tipo de cambio euro/dólar favorable, las exigencias de la nueva directiva europea de Seguridad de los Juguetes... Todo esto ha hecho que los jugueteros hayan decidido regresar de nuevo la producción a sus centros españoles”, explica el presidente de la patronal juguetera. El fenómeno es incipiente pero da muestras de fortaleza.

Los salarios chinos se disparan

De todos los factores involucrados, la evolución de los costes laborales es probablemente el más determinante. La crisis ha reducido los salarios de España, pero en China, que fue el destino que escogieron en su día la mayoría de empresarios españoles para fabricar a menor coste, no han dejado de incrementarse. Desde el pinchazo de la burbuja del ladrillo, los costes laborales españoles son los que más descensos acumulan de todas economías de la OCDE. Mientras tanto, el gigante asiático, ha visto aumentar las nóminas de su sector privado entre un 15% y 20% cada ejercicio. La nueva legislación laboral española, además, que prácticamente universaliza el despido con 20 días de indemnización, anima a los empresarios a la contratación.

“Cuando llegamos en 2003, en las fábricas se le pagaba a los obreros un dólar por día”, apunta Luis Berbegal, director general de la juguetera Injusa, una firma familiar que acaba de abandonar China para instalarse por completo en Alicante. “Sólo siete años después, en 2010, los obreros chinos ya cobraban 2,60 euros al día. Y los costes han seguido subiendo. No parece mucho dinero, pero es evidente que las cosas han cambiado. En estas condiciones, para nosotros era más interesante fabricar en España, aunque aquí pague 18 euros por hora a la gente que trabaja en mi fábrica”, apunta. “Después de todo, el coste de las materias primas es exactamente el mismo en España que en China”.

Injusa, que está especializada en la fabricación de coches y motos con y sin baterías, columpios, toboganes y bicicletas, tiene una media anual de 110 empleados contratados. “Hemos invertido mucho en maquinaria para tratar de reducir los procesos que requerían más mano de obra. Con innovación, deja de ser económicamente interesante estar en Asia. Y obviamente, por motivos sentimentales, preferimos estar en España. Cuando llegó el momento de tomar la decisión, el Consejo de Administración lo tuvo clarísimo”, asegura Berbegal.

Una vuelta condicionada

En realidad, Injusa, como muchas otras industrias jugueteras, nunca llegaron a marcharse del todo. “La máxima cuota que tuvimos en China fue de un 35% de nuestra producción total. Nunca cerramos la fábrica de Alicante. Y por eso hemos podido volver”, asegura Berbegal, aportando otra clave. En su opinión, “algunos no podrán regresa porque no tienen donde instalarse. Cuando se fueron lo cerraron todo y aquí ya no tienen ninguna infraestructura. Si China se encarece, tendrán que irse a Vietnam o la India, que está muy de moda. Nosotros hemos vuelto porque manteníamos la fábrica”.

El camino de Injusa también lo han recorrido otras firmas españolas como Famosa o Moltó, por ejemplo. Y muchas multinacionales extranjeras que habían dejado España en un segundo plano están volviendo a aumentar la carga de trabajo de sus factorías en territorio nacional, por la reestructuración de la economía mundial. La tendencia se aprecia también en sectores como el textil o del calzado, que también sufrieron en su día dramáticas deslocalizaciones en Asia. En el juguete, el movimiento está más generalizado.

Los costes de transporte, en realidad, apenas han aumentado. Enviar un contenedor de China a España cuesta alrededor de 2.000 euros, una cifra perfectamente asumible. Pero la lejanía de los centros de producción perjudica al control de la calidad y reduce la flexibilidad del servicio. “Antes, cuando estábamos en China, no nos era rentable vender menos de 1.000 cochecitos, por ejemplo, porque los contenedores hay que llenarlos enteros si no se quiere perder dinero”, revela el director general de Injusa. “Además, necesitaba que los clientes me hicieran los pedidos con dos meses de antelación. Pero ahora, si un cliente ruso me pide cinco coches, a lo mejor me interesa enviárselos. Y si me los pide un lunes, el miércoles los tiene en su nave. Aunque esté en la otra punta de Europa”.

La capital de la industria se recupera

Ibi (Alicante), capital nacional del juguete, comienza a ver luz en sus estadísticas. Hace 15 años, el 90% de sus empresas estaban relacionadas con esta industria. Ahora, sólo el 30%. Pero sus expectativas mejoran. “Para la localidad es una gran noticia, qué duda cabe”, apunta Mayte Parra, alcaldesa de Ibi. “Es una tendencia creciente. No vamos a recuperar los niveles que había antiguamente pero las cosas están cambiando y se nota. Sobre todo está aumentando la producción de juguetes con grandes volúmenes, que por el espacio que ocupan y el coste asociado a su transporte ya no es rentable fabricar tan lejos”.

Parra espera que el retorno de empresas continúe. “Para ello será clave que no aumenten los costes laborales. Nuestra industria local es una gran consumidora de luz, y el aumento de las tarifas nos perjudica muchísimo. El capítulo de impuestos también es importante. Aprovecho para pedirle al Gobierno que tenga estas cosas en cuenta, porque queremos que nuestra industria pueda seguir siendo competitiva”, remata la primera edil de Ibi.

Suscribe esa petición el presidente de la patronal, José Antonio Pastor, que recomienda al “Gobierno gobierno y a las Administraciones Públicas que sepan aprovechar este fenómeno”. “Que se esté produciendo este regreso es una buena señal para el sector, el empleo y la economía nacional”, subraya.

Aumento de las exportaciones

El entorno favorable para esta industria se aprecia también en su proyección internacional. “Tradicionalmente hemos estado muy orientados a las exportaciones, pero en estos momentos ya se vende fuera un 60% de la producción nacional”, afirma Pastor. En la Comunidad Valenciana, el territorio en el que se concentra mayoritariamente la fabricación juguetera, las exportaciones del ramo crecieron un 13% en 2011. Respecto a 2010, el aumento de toda España en el pasado ejercicio, según los datos de la Secretaría de Estado de Comercio, ascendió al 23,5%. “Y se han abierto nuevos mercados, como Rusia, donde las muñecas españolas son muy demandadas", recuerda el presidente de AEFJ. "Las ventas a ese mercado crecieron un 80% el año pasado”.

Las muñecas y sus accesorios son los juguetes nacionales que más se demandan en el extranjero, seguidos de cerca por los coches y motos montables. Hong Kong y Tailandia son líderes en la confección de juguetes con alto contenido tecnológico, pero España se ha convertido en una referencia mundial en la producción de juguetes de gran tamaño. Es un avance. Hasta ahora, que los Reyes llegaran a casa un juguete fabricado en España era casi un milagro. El próxima fin de semana, probablemente, el milagro sólo serán los Reyes.

Los Reyes Magos llegarán la madrugada del 6 de enero a los hogares españoles con regalos pero también con buenas noticias, porque su industria, la juguetera, parece haber encontrado una salida a la avalancha de datos negativos que la han cercado durante los últimos años. Las empresas de este sector que se marcharon al principio de la década pasada a países emergentes para producir más barato han comenzado a volver a España. Y no solo para pasar las vacaciones de Navidad. La tendencia afecta cada vez a más compañías y podría dar un empujón a una industria que tradicionalmente había gozado de un fuerte arraigo en España pero que prácticamente había desaparecido de la geografía nacional por el incremento de los costes de producción.

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