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La economía europea, al borde del precipicio estadounidense
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EL 1 DE ENERO SE DESENCANARÍA EL 'FISCAL CLIFF'

La economía europea, al borde del precipicio estadounidense

Faltan 48 horas para que se desencadene el abismo fiscal en Estados Unidos, si las negociaciones de Barack Obama con los republicanos no lo impiden. Los

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La economía europea, al borde del precipicio estadounidense

Faltan 48 horas para que se desencadene el abismo fiscal en Estados Unidos, si las negociaciones de Barack Obama con los republicanos no lo impiden. Los expertos confían en una solución parcial de última hora al problema que evite el parón de la primera economía del mundo y el efecto en cadena en el resto del globo, en especial, en Europa, donde el crecimiento es mucho más débil que en otras regiones. La puesta en marcha de las medidas automáticas el 1 de enero supondrían un recorte del 4% en el PIB de Estados Unidos y provocaría un efecto contagio en los mercados de deuda.

El fiscal cliff (precipicio fiscal) permite la entrada en vigor de una serie de medidas automáticas previstas por la legislación estadounidense si no hay acuerdo en materia fiscal para resolver el déficit del país. Estas medidas automáticas suponen la suspensión de las exenciones fiscales aprobadas por George W. Bush, lo que elevaría los impuestos para las rentas más altas, y un importante recorte del gasto.

Los expertos coinciden en que lo más probable es un acuerdo de mínimos que evite el fiscal cliff y permita ganar tiempo a la administración para resolver sus problemas fiscales y de deuda. Las consecuencias de una falta de acuerdo serían tan devastadoras para la economía real que ni a republicanos ni a demócratas les interesa, explica Rafael Pampillón economista del IE Business School. El Fondo Monetario Internacional en su último número del Monitor Fiscal -informe periódico- estima que el impacto provocaría la contracción del 4% de la economía del país. Y la Oficina de Presupuesto del Congreso calculó que si se cae en el abismo fiscal el país sufrirá una recesión que elevará la tasa de paro hasta el 9% en la segunda mitad de 2013.

Los republicanos han tensado las cuerdas al máximo y las negociaciones entre Barack Obama y los líderes republicanos continúan este fin de semana, antes de que domingo tenga lugar la reunión extraordinaria en el Congreso para votar las medidas a desarrollar. De entrada, en el encuentro mantenido el viernes ha terminado con ciertos avances, tal y como indicó a la salida del encuentro la líder de la minoría demócrata en la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi

Por su parte, el presidente estadounidense se mostró "moderadamente optimista" de que se pueda alcanzar un acuerdo y pidió a los líderes demócrata y republicano del Senado que presenten un plan común para votarlo antes de que acabe el año. Obama dijo que el senador Harry Reid (demócrata) y Mitch McConnell (republicano) trabajarán en las próximas 24 horas en un plan bipartidista que pueda obtener el respaldo tanto de la Cámara de Representantes como del Senado.

Consecuencias para Europa

“Provocaría una contracción del producto interior bruto (PIB) de Estados Unidos en un momento en el que el crecimiento es todavía débil y eso para Europa tiene unas consecuencias muy negativas”, explica Miguel Ángel Bernal, profesor del IEB (Instituto de Estudios Bursátiles). “El parón estadounidense provocaría la recesión europea y agravaría las consecuencias actuales de la crisis de los países periféricos”, añade.

El crecimiento de la economía de Estados Unidos está proporcionando cierto alivio a los países centrales de Europa, como Francia y Alemania, ante la caída de la demanda de sus socios, como España e Italia, donde la crisis y la recesión han reducido el consumo. ""Si Estados Unidos afloja, dejará de comprar a China y a Alemania, China tendrá menos ingresos y también reducirá las importaciones de Alemania. Es un efecto en cadena", comenta Pampillón. Alemania ha estado apoyando su crecimiento, fundamentalmente, en las exportaciones a EEUU, China e India y el fiscal cliff podría poner fin a esta vía de crecimiento de la locomotora europea.  

Y si a Europa le va mal, la recesión española se agrava por la misma razón: la demanda interna está paralizada y las previsiones de que aumente el paro por encima del 26% en 2013 indican que los ciudadanos gastarán aún menos. Con este panorama, la supervivencia de las empresas y la economía españolas depende del exterior, de la internacionalización y las exportaciones. Pero si quienes le pueden comprar los productos y servicios, como Alemania o Francia, frenan su crecimiento o entran en recesión, la economía española perdería su flotador y se hundiría aún más. En este caso, las previsiones que calculan una caída del PIB español de entre el 1,4% y el 1,6% -según quién las haga- el año que viene se quedarían cortas. 

Por otra parte, la falta de acuerdo sería la peor noticia para los mercados de deuda. “La situación para la deuda pública estadounidense se complicaría enormemente e incluso podría perder la calificación de triple A. La Administración tendría problemas de pago y todo esto provocaría un efecto contagio en los mercados, ya muy tocados por la crisis europea”. 

En Europa parece que lo peor de la crisis de deuda ha pasado. La prima de riesgo española se ha relajado desde los máximos de este verano y el Tesoro ha conseguido colocar la deuda en las subastas del último trimestre sin problemas. Pero una reacción en cadena en los mercados internacionales de deuda podrían volver a tensar la situación sobre los bonos de los países periféricos, comentan los expertos.

Acuerdos de mínimos para ganar tiempo

Jim Leaviss, director de renta fija minorista de M&G Investments, adelantaba recientemente en sus perspectivas para 2013 que se espera que republicanos –en contra de eliminar las exenciones fiscales y a favor del recorte del gasto público- y demócratas “lleguen finalmente a un acuerdo a corto plazo, aplazando de esta forma por unos pocos años la fecha en la que tienen que acordar una situación creíble para sus deudas a largo plazo”.

Por su parte, Daniel Lacalle, gestor de fondos de Ecofin espera que, "para empezar, los estadounidenses suban el límite de deuda actual, no será un problema dado que ya lo han hecho cuarenta y tantas veces”.  Por otra parte, considera que “Obama claudicará y aceptará parte del plan republicano de recortar más de lo que él propone”. Según Lacalle en este acuerdo de mínimos "con el que se podrá ganar tiempo, se pondrá más énfasis en los recortes del gasto público que en las subidas de impuestos". 

Estados Unidos alcanzó el techo de deuda en 2011, una crisis que se cerró en falso elevando este límite máximo de la cantidad de dinero que puede pedir prestado el Estado. El problema es que el presidente Obama, demócrata, no ha conseguido en ningún momento el apoyo del Congreso, con mayoría republicana, para sacar adelante un proyecto de reducción de la deuda y del déficit.

El pacto de última hora alcanzado hace un año contemplaba la entrada en vigor de una serie de medidas automáticas para conseguir los objetivos fiscales, entre las que se encuentran el aumento de los impuestos y el recorte del gasto público en 600.000 millones para conseguir una reducción del déficit en 2013 del 5%.

Faltan 48 horas para que se desencadene el abismo fiscal en Estados Unidos, si las negociaciones de Barack Obama con los republicanos no lo impiden. Los expertos confían en una solución parcial de última hora al problema que evite el parón de la primera economía del mundo y el efecto en cadena en el resto del globo, en especial, en Europa, donde el crecimiento es mucho más débil que en otras regiones. La puesta en marcha de las medidas automáticas el 1 de enero supondrían un recorte del 4% en el PIB de Estados Unidos y provocaría un efecto contagio en los mercados de deuda.