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Marruecos consume ya el doble de cemento que España
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DATOS DE OFICEMEN AL CIERRE DE 2012

Marruecos consume ya el doble de cemento que España

Indicador de la actividad económica de referencia, el cemento sólo trae malas noticias sobre el futuro inmediato de España. Según datos de Oficemen, la patronal del

Foto: Marruecos consume ya el doble de cemento que España
Marruecos consume ya el doble de cemento que España

Indicador de la actividad económica de referencia, el cemento sólo trae malas noticias sobre el futuro inmediato de España. Según datos de Oficemen, la patronal del sector, el consumo de este producto al cierre de 2012 ha alcanzado sólo las 13 millones de toneladas y se espera que la tendencia bajista siga el año que viene hasta llegar a los 10 millones, una cantidad muy inferior a la de países vecinos como Marruecos, que este ejercicio ha consumido 18 millones de toneladas y que el próximo alcanzará sin problemas los 20, justo el doble que nuestro país.

Los datos son demoledores. La demanda sufre caída sobre caída sin solución de continuidad. La producción de este año implica un descenso del 33% respecto a 2011. De acuerdo a estas cifras, "España consume 235 kilos de cemento por habitante, lo que nos lleva a datos de 1962 y nos iguala a países como Marruecos, que tiene la mitad de población", explica Juan Béjar, presidente de Oficemen. Convencido de la irrealidad que supuso los 57 millones de toneladas del año 2007, la aspiración del sector pasa por llegar a los 30 millones de mediados de los 90.

Aunque la caída del consumo tiene un motivo directo en la caída de la actividad económica, sobre todo por obra civil, la patronal lamenta que la estructura de costes del sector impida a sus empresas competir en el exterior, a donde sólo se han podido vender 6 millones de toneladas el último año. El motivo principal de esta pérdida de competitividad tiene que ver con la factura eléctrica del sector, que representa un 18% de los costes totales de producción o un 32% de los variables, "un escollo que merma la competividad de la industria frente a otros países".

Y nada parece indicar que en 2013 la situación vaya a mejorar, más bien al contrario. En caso de que el proyecto de ley para la reforma del sector energético se apruebe en los términos actuales, el sector cementerio tendrá que seguir pasando por caja. A la vista del mercado de futuros, Oficemen estima que el cambio regulatorio supondrá un incremento del 16% en su factura eléctrica, lo que podría suponer un sobrecoste superior a los 50 millones anuales para las cementares, un incremento que empujará a los fabricantes a la deslocalización y a ser un país importador.

Como recuerda el propio Bejar, hubo un momento en el pasado reciente en el que nuestro país llegó a ser el primer exportador de cemento del mundo. Ese hito sectorial pudo alcanzarse, entre otros motivos, cuando los fabricantes tenían costes energéticos más competitivos. Ahora, como ayer expuso Aniceto Zaragoza, director general de la patronal, España grava con 4 euros el megavatio, cuando la Unión Europea marca mínimos de 0,5 euros. "Pedimos una exclusión para ayudar a la industria o la aplicación del mínimo", afirma Zaragoza a modo de queja velada.

Una segunda demanda de las cementares, también vinculada al consumo eléctrico para su actividad, radica en la incentivación de los contratos bilaterales de suministro de energía. "En países de nuestro entorno, el 80% de la energía se vende en contratos bilaterales, una figura prácticamente inexistente en España, lo que está castigando seriamente al sector industrial", argumenta Aniceto Zaragoza. "Si queremos tener energía competitiva para la industria, habrá que cambiar el sistema, y el impacto de la reforma actual no va más allá de subir los impuestos".

En la actualidad, España cuenta con 35 fábricas de cemento, un número similar al de hace años, aunque con una mayor capacidad de producción instalada, que alcanza los 45 millones de toneladas al año. Por su parte, el empleo generado por esta industria ha caído un 35% durante la crisis, pasando de 7.730 personas en 2007 a los actuales 5.091 empleados al cierre de 2012. Datos que evidencia una tendencia negativa para la que el presidente Béjar no se ha atrevido a dar una fecha estimada para la recuperación. Para evitar el hundimiento sólo cabe exportar.

Banco de España