Novagalicia inicia la demolición de EVO Bank con el cierre del 30% de las oficinas
José María Castellano ha decidido acatar la orden de la Comisión Europea de reestructurar a toda velocidad Novagalicia. Para cumplir con el mandato de Bruselas, el
José María Castellano ha decidido acatar la orden de la Comisión Europea de reestructurar a toda velocidad Novagalicia. Para cumplir con el mandato de Bruselas, el presidente del grupo financiero gallego ha optado incluso por ir más lejos. El profesor ha tomado la decisión de cerrar el 30% de las oficinas de EVO Bank, la filial creada hace apenas diez meses, pese a que tenía hasta 2014 para vender toda la red de sucursales.
Así se lo ha comunicado Novagalicia a las fuerzas sindicales en una reunión reciente para comenzar las negociaciones del ajuste de plantilla impuesto por la Comisión Europea. La entidad surgida de la fusión fallida de Caixanova y Caixa Galicia recibirá 5.425 millones de euros para cumplir con los ratios mínimos de solvencia, cantidad que se suma a los más de 3.844 millones que ya le inyectó el Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria entre 2010 y 2011.
Pero para percibir ese dinero público con el que evitar la liquidación, NCG Banco tiene que despedir a 2.500 empleados y cerrar 213 oficinas. De este modo, las sucursales pasarán de las 667 que hay actualmente a 454 y los trabajadores pasarán de 3.983 a 2.960. Además, la entidad tendrá que vender EVO Banco -la marca con la que opera fuera de Galicia y que tiene actualmente 120 puntos de venta- antes de que finalice 2014.
Por este motivo, ha sorprendido que Castellano haya tomado ya la decisión de bajar la persiana a 38 de las 120 oficinas de la filial constituida en marzo del pasado año para competir con productos de alta rentabilidad. La idea fue lanzada por el consejero delegado, César González-Bueno, que con esta iniciativa quería emular parcialmente el proyecto que él lideró en ING Direct España.
Con EVO Bank, Novagalicia quiso poner en marcha un nuevo concepto de banca más orientada a la captación de depósitos y a los medios electrónicos. Pero Bruselas ha abortado esta idea que en ya en su día generó mucha incertidumbre y costó una elevada suma de dinero al grupo por el lanzamiento de la marca y el cambio de la rotulación y la papelería en las oficinas.
Con la imposición de volver al territorio de origen ordenada por la Comisión Europea en verano, Castellanó colgó el cartel de "en venta" a esta filial con el objetivo de encontrar un comprador. Pero las negociaciones fueron infructuosas. Por esta razón, el presidente de Novagalicia ha optado por ir cerrando de golpe una parte sustancial de la red de sucursales, que afecta a cerca de 200 empleados.
Mientras se produce este adelgazamiento forzoso de EVO Bank, Castellano quiere plantear en los próximos días a los sindicatos las condiciones que se aplicará para el nuevo Expediente de Regulación de Empleo (ERE), el tercero que se pone en marcha desde que las cajas de Vigo y La Coruña se fusionaron a finales de 2010. En la primera ronda de ajustes salieron 1.200 personas con indemnizaciones de 45 días por año trabajado y prejubilaciones con el 95% del sueldo. Ahora, las condiciones se presumen más cerca de las propuestas por Bankia.
José María Castellano ha decidido acatar la orden de la Comisión Europea de reestructurar a toda velocidad Novagalicia. Para cumplir con el mandato de Bruselas, el presidente del grupo financiero gallego ha optado incluso por ir más lejos. El profesor ha tomado la decisión de cerrar el 30% de las oficinas de EVO Bank, la filial creada hace apenas diez meses, pese a que tenía hasta 2014 para vender toda la red de sucursales.