"El sector privado va más adelantado que el público en el ajuste"

España está en plena transformación. Aunque el país ha dado pasos en la dirección correcta, todavía queda un presente inmediato para los años 2013-14 complicado de resolver. Para el consejero delegado de Ferrovial, Íñigo Meirás, que participó recientemente como invitado en el Foro de la Alta Dirección organizado por El Confidencial, "el sector privado va más adelantado que el sector público en adecuarse a la situación económica", a pesar de que se han tomado medidas para estimular la inversión y lograr mayor competitividad (vía costes laborales) en el conjunto del sector económico.

Aunque la flexibilidad laboral se ha convertido en un factor dinamizador, Meirás es partidario de que España solicite el controvertido rescate a Bruselas si eso contribuye a lograr unas mejores condiciones para cubrir las necesidades de financiación del país. En su opinión, debería ser prioritario para el Gobierno articular un sistema de ayudas para que las pequeñas y medianas empresas no queden estranguladas por falta de acceso al crédito, un problema que los grandes actores empresariales pueden terminar resolviendo por sí mismos de una u otra manera.  

En este contexto, sin embargo, el primer ejecutivo de Ferrovial, que accedió al cargo en 2009 después de haber pasado por distintos puestos de responsabilidad (autopistas, servicios y aeropuertos) dentro de la compañía, reconoce que para el sector de la construcción en España todavía no hay perspectivas de recuperación. La congelación de la obra pública sigue presente y, por tanto, los principales operadores del sector están obligados a seguir mirando fuera, al mercado internacional, para desarrollar su actividad. Más que nunca antes, el futuro pasa por la cartera de obra internacional.

Mientras algunas compañías han identificado los países emergentes como la ventana de oportunidad para su crecimiento en el extranjero, Ferrovial ha identificado como opción prioritaria Estados Unidos, con un ambicioso programa para renovar todas sus infraestructuras, mucho mejor que China, por mucho que el gigante asiático esté más de moda en determinados sectores empresariales. Por este motivo, para Meirás “la diferencia de rentabilidad de inversión es muy pequeña y, teniendo en cuenta el riesgo país, es mucho mejor apostar por Estados Unidos”.

Además de los proyectos fuera de España, incluso fuera de la zona euro, donde se ven "mercados más ágiles", Ferrovial tiene identificado como estratégico el sector concesional. En este sentido, para la constructora España sigue presentando oportunidades de negocio en aeropuertos y autopistas, aunque la la privatización de Aena haya sido aplazada para optimizar su valor y la única privatización en curso, la de Tabasa y el Tunel del Cadí, no haya resultado atractiva con las condiciones ofrecidas por la Generalitat. Otros activos interesantes, como el Canal de Isabel II, tampoco han salido adelante.

Actuaciones del pasado

Al tiempo que aborda el futuro, Meirás es también crítico con muchas de las actuaciones del pasado, como, por ejemplo, las radiales de Madrid, en donde todo el sector de la construcción ha quedado atrapado en vías con menos tráfico del esperado, muy endeudadas y en su mayoría quebradas tras tener que hacer frente a imprevistas indemnizaciones de expropiación. “Hará falta el apoyo del Gobierno", reclama de manera conciliadora, "porque, si no se encuentra una buena solución y los bancos tienen que provisionar, será muy difícil desarrollar un modelo concesional claro en España”.

Con la R-4 y la AP-36 provisionadas en su balance, Meirás mira al menos con alivio su marcha a tiempo del sector inmobiliario. Respecto al negocio del ladrillo, el consejero delegado de Ferrovial no ve factible una reactivación del sector a corto plazo. Ni siquiera la creación del 'banco malo' parece la solución definitiva para digerir el ajuste pendiente y, aunque confía en su capacidad para ayudar a desatascar el problema que los bancos arrastran, no cree que pueda "actuar de motor" para resolver de manera inmediata un problema de carácter casi estructural en la economía española.

Por su parte, Guillermo Massó, socio del área de construcción de la firma PwC, reconoció como Meirás que 2013 será un año difícil, pero que “la estrategia de crecimiento internacional, adelantándose al resto de competidores, les ha permitido avanzarse para afrontar de forma más cómoda la actual coyuntura”. En este sentido, coincidió en subrayar la necesidad de las constructoras españolas de salir más allá de nuestras fronteras para completar su perfil y no depender de la cartera pública de contratación, que todavía no tiene visos de recuperación a corto plazo.