Es noticia
Bruselas impuso al Gobierno el fin de la revalorización automática de las pensiones
  1. Economía
DE GUINDOS GANA EL PULSO A BÁÑEZ CON EL APOYO DE RAJOY

Bruselas impuso al Gobierno el fin de la revalorización automática de las pensiones

Mariano Rajoy ha cruzado la última frontera que se había trazado en la política de recortes (las pensiones) obligado por Bruselas, según reconocen fuentes del PP.

Foto: Bruselas impuso al Gobierno el fin de la revalorización automática de las pensiones
Bruselas impuso al Gobierno el fin de la revalorización automática de las pensiones

Mariano Rajoy ha cruzado la última frontera que se había trazado en la política de recortes (las pensiones) obligado por Bruselas, según reconocen fuentes del PP. “Es lo último que tocaría”, había dicho el presidente del Gobierno hace dos meses. En las últimas semanas, desde el Ejecutivo y desde la dirección del partido daban a entender que se mantendría la revalorización automática de las pensiones, como establece el Pacto de Toledo, pero el último dato de inflación, el 2,9%, ha precipitado la renuncia. No habrá actualización en 2012, y eso que desde el Ministerio de Empleo se intentó llegar a alguna fórmula de compromiso que, al menos, pudiera compensar en parte el hecho de que la inflación haya acabado en noviembre 1,9 puntos por encima de lo abonado a cuenta a comienzos de año.

Desde Bruselas y Berlín han insistido al Gobierno español, vía Ministerio de Economía, en que tenía que poner fin al principio de elevar cada año las pensiones con arreglo a la inflación, principio que consideran absurdo en una economía en recesión. Además, en medios gubernamentales reconocen que si al final del ejercicio no cumplen con el compromiso de dejar el déficit público en el 6,3% prometido, “no es lo mismo sobrepasarlo en 3 o 4 décimas que llegar al 7% y sin haber hecho caso a las recomendaciones”. Es decir, que en la UE pueden ser comprensivos, pero siempre que la desviación fuera mínima y se sigan todas las consideraciones, pero no en caso de desobediencia flagrante como las pensiones.

Hay que decir, sin embargo, que en las últimas recomendaciones que hizo la Comisión Europea a España -del mes de mayo, aunque matizadas en julio- no se hace ninguna referencia a no revalorizar las pensiones de acuerdo al IPC, ni directa ni indirectamente.

Rajoy se ha decantado al final por una salida de compromiso: no congela las pensiones de 2013, como sugerían desde Bruselas y ya hizo Zapatero en 2010, pero tampoco aprueba la revalorización automática. Sube sólo un punto a las pensiones medias y altas, y dos a las más bajas. En el PP consideran que el jefe del Ejecutivo salva así su palabra porque “algo suben”, aunque al final sea con pérdida de poder adquisitivo. En los mismos medios aducen que todos los sectores sociales y económicos han hecho y están sufriendo los efectos de la crisis y que, “es razonable” que las clases pasivas también tengan que contribuir al esfuerzo nacional para superarla.

De Guindos gana, Báñez pierde

De Guindos, gana; Báñez, pierde. Así puede resumirse la batalla por la revalorización de las pensiones vivida en el Gobierno. La batalla ha sido intensa y al final De Guindos pudo contar con el respaldo del presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, que tenía que optar entre apoyar a su ministro de Economía -avalado por Bruselas- o hacer caso al Ministerio de Empleo, donde había el convencimiento de que existía algún margen para revalorizar las pensiones. En particular, por parte del secretario de Estado de Seguridad Social, Tomás Burgos, para quien el Fondo de Reserva está diseñado, precisamente, para hacer frente a situaciones como la actual. La ministra Fátima Báñez estaba en esa línea.

El presidente del Gobierno había dado instrucciones a Hacienda para que hiciera todo lo posible en materia de recortes con el objetivo de que hubiera margen para la revalorización.  Cristóbal Montoro defendía la posibilidad de acometer la revalorización, pero más porque era la instrucción de Rajoy que porque existiera ese margen.

En el debate interno, el titular de Hacienda sostenía que en España las pensiones medias son bajas y que en Bruselas tenían que entender que la congelación de esos pagos no era posible para la mayoría de los perceptores con una inflación al alza, por encima entonces del 3%.

En ese mismo debate, según reconocen en fuentes gubernamentales, Luis de Guindos advirtió desde septiembre que en la UE no iban a admitir la revalorización de las pensiones a finales de año. Rajoy volvió a optar por la decisión salomónica. En los Presupuestos incluyó una subida de un punto y ayer de dos para la mayoría de los afectados. Tres cuartas partes de los pensionistas no llegan a los 1.000 euros al mes, el límite fijado para la mejora adicional.

“Al menos no es una congelación como lo que aprobó Zapatero”, apuntaban en medios del Partido Popular, donde se preparan para una nueva ofensiva del PSOE para ‘denunciar’ una medida parecida a la que tomaron los socialistas a mitad de la pasada legislatura.

Al final, como aseguran fuentes de absoluta solvencia, se ha tomado una decisión política y no solamente económica, y eso explica que el Gobierno ni siquiera haya querido esperar a conocer el IPC definitivo del mes de noviembre (que se publicará el próximo día 13) para revelar que no piensa aplicar la Ley de Seguridad Social, que es la que obliga a subir las pensiones en la misma cuantía que evolucione el IPC.

Se rompe el consenso

Este automatismo a la hora de revisar las pensiones fue respaldado en su día por todos los grupos parlamentarios y las centrales sindicales, y es uno de los puntos cruciales del Pacto de Toledo, que ahora se incumple. Y aunque ayer, como deferencia, los secretarios generales de COO y UGT fueron informados minutos antes de comenzara la conferencia de prensa posterior al Consejo de Ministros, lo cierto es que se trata de una decisión unilateral que rompe el clima de consenso con el que nació el Pacto de Toledo. El Grupo Socialista, de hecho, ya ha pedido la urgente comparecencia del presidente Rajoy en el Congreso.

La victoria de De Guindos ha sido total. Y ni siquiera el Gobierno ha tenido que recurrir a subir las pensiones en función del IPC a impuestos constantes, una idea que en algún momento se barajó para rebajar la factura de la revalorización. Con esta referencia, el Ejecutivo hubiera tenido que revalorizar las pensiones tan sólo cuatro décimas, toda vez que en septiembre el IPC -sin subida de impuestos-creció un 1,4%. Utilizar esta vía hubiera sido, en realidad, un fraude de ley, y de ahí que al final Moncloa haya decidido ir a por todas y permitir que más de 8,8 millones de pensiones vuelvan a perder poder adquisitivo en 2012.

La no revalorización de las pensiones en 2012 para evitar que pierdan poder adquisitivo, en todo caso, sólo soluciona un problema. Pero la Seguridad Social continúa seriamente debilitada por la destrucción de empleo. De hecho, la ministra Báñez anunció ayer que el sistema público de protección social sacará otros 3.530 millones del Fondo de Reserva para abonar las pensiones del mes de diciembre, cuya nómina alcanzará los 15.000 millones de euros incluyendo la paga extraordinaria. Anteriormente, en septiembre, ya sacó 3.063 millones más, y dos meses antes, en julio, dispuso de 4.680 millones procedentes de los excedentes de las mutuas de trabajo. En total, algo más de 11.000 millones de euros que refleja la apurada situación de tesorería de la Seguridad Social.

Lo aprobado ayer por el Consejo de Ministros no es sólo una salida puntual a un problema de tesorería. El decreto ley establece que durante los ejercicios 2012, 2013 y 2014 no resultará de aplicación el límite del 3% fijado con carácter general y que faculta al Gobierno a sacar ese porcentaje del Fondo de Reserva sin cambiar la normativa.

Durante los citados ejercicios, dice el decreto, el límite de disposición será el “equivalente al importe del déficit que pongan de manifiesto las previsiones de liquidación de los presupuestos de las entidades gestoras y servicios comunes de la Seguridad Social”. Es decir, que sacará todo lo que necesite para evitar que se generen déficits presupuestarios.

Los últimos datos oficiales (mes de octubre) muestran que el Sistema de la Seguridad Social presentaba un superávit de caja por operaciones no financieras que ascendía a apenas a 234 millones de euros, inferior en un 90% al del ejercicio anterior. Este resultado es consecuencia de la disminución interanual del 0,2% registrado en los cobros de operaciones no financieras, mientras que los pagos no financieros presentan un incremento del 2,1%.

Mariano Rajoy ha cruzado la última frontera que se había trazado en la política de recortes (las pensiones) obligado por Bruselas, según reconocen fuentes del PP. “Es lo último que tocaría”, había dicho el presidente del Gobierno hace dos meses. En las últimas semanas, desde el Ejecutivo y desde la dirección del partido daban a entender que se mantendría la revalorización automática de las pensiones, como establece el Pacto de Toledo, pero el último dato de inflación, el 2,9%, ha precipitado la renuncia. No habrá actualización en 2012, y eso que desde el Ministerio de Empleo se intentó llegar a alguna fórmula de compromiso que, al menos, pudiera compensar en parte el hecho de que la inflación haya acabado en noviembre 1,9 puntos por encima de lo abonado a cuenta a comienzos de año.

Planes de pensiones Revalorización pensiones Bruselas