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Rajoy estudia pedir un crédito en solitario al FMI como alternativa al rescate europeo
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CON EL RESPALDO DE OBAMA LA CLAVE ES CONVENCER AL BCE

Rajoy estudia pedir un crédito en solitario al FMI como alternativa al rescate europeo

El Gobierno no está dispuesto a improvisar soluciones de emergencia ante una eventual tormenta financiera en los mercados de capitales. Con la prima de riesgo en

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Rajoy estudia pedir un crédito en solitario al FMI como alternativa al rescate europeo

El Gobierno no está dispuesto a improvisar soluciones de emergencia ante una eventual tormenta financiera en los mercados de capitales. Con la prima de riesgo en el límite de los 450 puntos básicos, Mariano Rajoy ha dado instrucciones a los responsables de la política económica para que anticipen soluciones ante la negativa de Alemania a un rescate de la deuda soberana. La alternativa preparada por el ministro Luis de Guindos pasa por dirigir la mirada de manera exclusiva al FMI aprovechando las líneas preventivas de crédito del organismo con sede en Washington para resolver la situación de impasse que vive la economía española.

Las últimas declaraciones de Barack Obama asegurando que “no se puede dejar caer a España” han representado un soplo de aire fresco para España permitiendo que el Gobierno abra los ojos con una perspectiva bastante más amplia de la que impone Angela Merkel, sus socios de coalición y sus circunstancias electorales. El respaldo explícito del presidente electo de los Estados Unidos se combina con el apoyo manifestado por los dirigentes del FMI para que Europa se quite la venda alemana que impide buscar opciones de recuperación más allá de la germánica política de austeridad a ultranza.

Dentro del Gobierno existe la convicción de que los nubarrones de la crisis internacional de deuda pronto arreciarán sobre el mapa de Francia, ahogando las expectativas de financiación del país vecino. A François Hollande la camisa no le llega al cuello, pero a su compatriota del FMI, Christine Lagarde, le aprieta cada vez más el zapato y, aunque no es bueno apelar al mal ajeno, lo cierto es que España se erige como el mejor cortafuegos para que las llamas del incendio financiero que padece Europa no salten al otro lado de los Pirineos.

Rajoy está desplegando la estrategia del rescate con una planificación muy concienzuda para no levantar ampollas entre los diferentes socios comunitarios, tanto los que reclaman desde Bruselas que España se acoja a la asistencia europea como los que rechazan, de entrada, cualquier nuevo programa de ayuda financiera. El Gobierno se encuentra entre la espada y la pared, pero no podrá seguir emulando a don Tancredo si las tensiones en los mercados de capitales disparan en un momento dado los spreads en la financiación de la deuda pública.

Ante esa eventualidad, y sobre todo después de que Mario Draghi haya advertido que el Banco Central Europeo (BCE) no garantiza un suelo a la prima de riesgo de España, la idea del Ministerio de Economía consiste en pulsar la voluntad del FMI como garante del rescate y partícipe también de la troika que vigila desde hace tiempo la economía española y supervisa directamente en los últimos meses el sistema bancario en nuestro país. 

La actitud de Draghi es fundamental para que España pueda dar el paso decisivo. En el Gobierno creen que existen razones para persuadir a las autoridades monetarias de Frankfürt desde el momento en que una línea preventiva de crédito procedente del otro lado del Atlántico sería un complemento ideal que reactivaría la eficacia del mecanismo de compra de bonos anunciado por el BCE a principios de septiembre.

Desde el punto de vista de la reputación política, la opción de acudir al FMI tampoco supondría un estigma adicional para la economía española y sus dirigentes gubernamentales. En medios institucionales recuerdan que el Reino Unido ya hizo lo propio en 1976 cuando el entonces primer ministro, el laborista James Callagham, se vio obligado a pedir 4.000 millones de dólares al organismo de Washington. 

En aquel momento, el viejo imperio británico fue asimilado a la altura de otros países en problemas como Bolivia y México. Por suerte para el Gobierno en España, hace ya mucho tiempo que se superó el síndrome de la descolonización y, además, la referencia actual es mucho peor por cuanto que equipara nuestro país con los casos más sangrantes de Grecia, Portugal e Irlanda. Todas las comparaciones son odiosas, pero un rescate potencial a manos del FMI puede ser mucho más efectivo que otro imposible a cargo de Alemania y los hombres de negro de la troika.  

El Gobierno no está dispuesto a improvisar soluciones de emergencia ante una eventual tormenta financiera en los mercados de capitales. Con la prima de riesgo en el límite de los 450 puntos básicos, Mariano Rajoy ha dado instrucciones a los responsables de la política económica para que anticipen soluciones ante la negativa de Alemania a un rescate de la deuda soberana. La alternativa preparada por el ministro Luis de Guindos pasa por dirigir la mirada de manera exclusiva al FMI aprovechando las líneas preventivas de crédito del organismo con sede en Washington para resolver la situación de impasse que vive la economía española.

Mariano Rajoy Tarjetas de crédito