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La banca desdeña al FROB y hará ofertas de derribo por las cajas nacionalizadas
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LAS PÉRDIDAS DEL ESTADO INCREMENTARÁN EL DÉFICIT PÚBLICO

La banca desdeña al FROB y hará ofertas de derribo por las cajas nacionalizadas

El Estado va a tener muy difícil recuperar el dinero del rescate europeo que va a inyectar en las entidades financieras nacionalizadas. Según distintas fuentes de

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La banca desdeña al FROB y hará ofertas de derribo por las cajas nacionalizadas

El Estado va a tener muy difícil recuperar el dinero del rescate europeo que va a inyectar en las entidades financieras nacionalizadas. Según distintas fuentes de los bancos sanos, nadie está dispuesto a pagar una cifra remotamente cercana a esas inyecciones, lo que significa que el Estado tendrá que asumir como déficit público las pérdidas que sufra por este motivo. Los grandes bancos saben que el FROB tiene que quitarse de encima estas entidades cuanto antes, y que van a ser muchas, lo que les concede el poder negociador. Y pretenden utilizar esta arma en su favor.

"El FROB querrá recuperar todo el dinero público que pueda, pero nadie está dispuesto a pagar esos precios. Tendrán que aceptarlo porque es lo que ofrece el mercado, así que o lo toman o lo dejan", explica un alto directivo de uno de los principales bancos españoles. En otra entidad añaden que "ningún banco va a pagar al FROB el dinero que inyecte a estas entidades, porque nadie tiene capacidad para levantar el capital necesario para absorberlas".

Hay una gran diferencia entre las subastas que van a comenzar en cuanto se ponga en marcha el 'banco malo' y las que hemos visto hasta ahora (CajaSur, CAM y Unnim). En las ya celebradas, se trataba de una subasta inversa en la que ganaba el que menos garantías contra pérdidas (EPA, esquema de protección de activos) y menos capital adicional pedía. Ahora, las entidades que el FROB pondrá a la venta habrán recibido fuertes inyecciones de capital público y habrán traspasado sus activos tóxicos al 'banco malo', con lo que estarán completamente saneadas. Por tanto, serán subastas normales, en las que ganará el que más pague por las entidades.

En estas subastas, el FROB intentará que el precio se acerque lo más posible al dinero público que tenga que inyectar a las entidades nacionalizadas, que en todo caso será menor que el déficit de capital detectado por Oliver Wyman. La razón es que el traspaso de sus activos problemáticos al 'banco malo' tendrá un efecto neto que reducirá sus necesidades de capital (el subgobernador del Banco de España, Fernando Restoy, cifró entre 5.000 y 6.000 millones este impacto). Asimismo, el cierre de oficinas fuera de su territorio natural, el de los negocios que no sean el básico de banca minorista, la venta de participadas y la asunción de pérdidas por los accionistas y tenedores de preferentes reducirán esa factura.

Una de las fuentes consultadas explica que, "como las entidades con problemas ya estarán saneadas tras el paso por el banco malo y recapitalizadas tras la inyección del rescate, el FROB pedirá algo por ellas". Pero los bancos sanos tendrán que hacerse cargo de costes muy importantes y, sobre todo, ampliar capital para absorber estas entidades.

Para empezar, el comprador tendrá que asumir la pérdida esperada de las carteras que no se traspasen al banco malo, como las hipotecas, el crédito a pymes, el crédito al consumo, etc. Luego, hay que asumir los costes de reestructuración. Pero lo más importante es que el comprador tendrá que ampliar capital para que la entidad resultante de la fusión cumpla los nuevos requisitos de fondos propios por encima del 9%; y encima, con las reglas de Basilea III, que imponen recortes sobre los niveles de solvencia actuales. Todo eso aminora el precio que están dispuestos a pagar en las subastas.

Es posible que el FROB opte por otra estrategia, que consistiría en esperar para acometer estas ventas en vez de sacar las entidades al mercado cuanto antes, es decir, primar el precio sobre la rapidez, como aseguró hace dos semanas el consejero delegado de NovaGalicia, César González-Bueno. El Estado tiene hasta cinco años de plazo para venderlas -y la entidad gallega presiona para que se apuren y evitar su subasta-, pero la troika quiere que las entidades nacionalizadas se vendan cuanto antes, así que parece poco probable que el FROB espere mucho para hacerlo.

La consecuencia de esta "diferencia abismal" entre lo que el Estado pretende cobrar y lo que los bancos están dispuestos a pagar es que el Estado tendrá que apuntarse como déficit público esa diferencia, algo que el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, pretende minimizar como sea. Ante esta tesitura, desde los bancos replican que "este déficit por el rescate bancario no se tiene en cuenta en el procedimiento del déficit excesivo porque se considera excepcional, así que no cuenta para cumplir los objetivos impuestos por Bruselas". 

Una larga lista de entidades a la venta

Lo cierto es que hay muchas entidades que tendrán que venderse. Aparte de CatalunyaCaixa y NovaGalicia, está Banco de Valencia (aunque ésta es clara candidata a ser liquidada y que se vendan sus depósitos y sucursales), que puede ser la primera en salir al mercado, según algunas fuentes. Y, por supuesto, BFA-Bankia, para la que la opción más probable es el troceo y la venta por partes. Una operación en la que tendrán que participar forzosamente los grandes.

Pero no se trata sólo de ellas. Las entidades que han suspendido los test y que pasarán a engrosar el Grupo 2 también tienen muy difícil captar el capital que necesitan para cumplir las exigencias de Oliver Wyman y, en consecuencia, su supervivencia en solitario. Hablamos básicamente de BMN (Mare Nostrum), de Liberbank y de Caja3, así como de Caja España-Duero, si, finalmente, Unicaja se desentiende de ella (de momento, no se va a fusionar hasta que no pase por el banco malo y sea recapitalizada). Aunque todos ellos han presentado planes para seguir en solitario, el sector duda de que puedan devolver los CoCos que van a recibir. Por tanto, puede haber prácticamente tantos compradores como entidades que deben ser vendidas.

En el lado comprador, los cuatro grandes (Santander, BBVA, La Caixa y Sabadell) han asumido que tendrán que participar en un nuevo movimiento de concentración, y probablemente entrarán KutxaBank (si Bildu se lo permite) y Unicaja -e incluso podría verse forzado  a participar Bankinter-. Popular, de momento, se ha caído de la carrera por su necesidad de captar 3.223 millones antes de junio, aunque tanto él como Ibercaja pueden verse obligados a participar en la nueva oleada de fusiones una vez que resuelvan sus necesidades de capital.

El Estado va a tener muy difícil recuperar el dinero del rescate europeo que va a inyectar en las entidades financieras nacionalizadas. Según distintas fuentes de los bancos sanos, nadie está dispuesto a pagar una cifra remotamente cercana a esas inyecciones, lo que significa que el Estado tendrá que asumir como déficit público las pérdidas que sufra por este motivo. Los grandes bancos saben que el FROB tiene que quitarse de encima estas entidades cuanto antes, y que van a ser muchas, lo que les concede el poder negociador. Y pretenden utilizar esta arma en su favor.

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