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La revista alemana Der Spiegel y sus acusaciones “poco elegantes” a Draghi
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EL ROTATIVO GERMANO TRATA DE DESMONTAR CADA ACCIÓN TOMADA POR EL BCE

La revista alemana Der Spiegel y sus acusaciones “poco elegantes” a Draghi

Si el presidente del Banco Central Europeo, Mario Draghi, hubiera sabido la deriva que iba a tomar el encuentro con Der Spiegel, probablemente se lo habría

Foto: La revista alemana Der Spiegel y sus acusaciones “poco elegantes” a Draghi
La revista alemana Der Spiegel y sus acusaciones “poco elegantes” a Draghi

Si el presidente del Banco Central Europeo, Mario Draghi, hubiera sabido la deriva que iba a tomar el encuentro con Der Spiegel, probablemente se lo habría pensado dos veces. La reciente entrevista con la revista pone de manifiesto el rechazo absoluto del pueblo germano respecto a la estructura de Europa, los países periféricos y la gestión del BCE.

Los dos periodistas de Der Spiegel entran directamente a matar:

-¿Tiene usted una cuenta de ahorros? ¿Cuánto interés recibe?

–Alrededor de un 1,75% -contesta Draghi

-Pues los tipos en Alemania son incluso menores. Los retornos no se acercan, ni de lejos, a cubrir el aumento de los precios. ¿Están los ahorradores pagando la factura de la crisis del euro?

Pregunta a pregunta, acusación tras acusación, el rotativo germano trata de desmontar cada acción tomada por el BCE en su liderazgo para solucionar la crisis del euro, anteponiendo los intereses de los alemanes por encima de cualquier otra circunstancia. Cuatro folios en entrevista de los que se puede extraer una primera conclusión: el gobierno alemán, con elecciones el año que viene, no va a contravenir el sentir del electorado hasta entonces ni a ceder un ápice en asuntos tan sensibles como el rescate, la unión fiscal o bancaria o políticas de austeridad.

Se retratan cuando aseguran que “se prometió a los alemanes que el BCE iba a ser como un segundo Bundesbank” y ahora “mucha gente habla de una nueva Banca de Italia, que toleró una inflación de doble dígito en los años 70”. La tensión del debate se demuestra en la respuesta de un Draghi acorralado, que afirma que “esas acusaciones, por decirlo suavemente, son poco elegantes”, asegurando que “por la inflación, mi familia perdió parte de sus ahorros entonces”.

El eje central de la entrevista es el ataque sistemático del apoyo del BCE a Roma y Madrid. Cuestionan el hecho de que el regulador monetario intente salvar la diferencia que hay entre los tipos que pagan los bancos alemanes y los españoles, ya que “no es raro que los intereses sobre el crédito varíen de un país a otro”; que dudan de los tipos en “España e Italia estén realmente en niveles alarmantes”; pero lo más importante, pone en solfa que estos países vayan a cumplir con las reformas requeridas como está haciendo Grecia.

Así, echan en cara a Draghi que “haya asustado a la gente al decir que está preparando compras ilimitadas”. El italiano se defiende: “Ilimitadas no significan descontroladas. Nosotros sólo compraremos bonos de aquellos países que acepten unas condiciones estrictas”. Los periodistas contestan “tenemos nuestras dudas al respecto”; Draghi: “Por supuesto, si un país no hace lo que se ha acordado, cortaremos el programa”; Der Spiegel: “Solo hace falta ver el ejemplo de Grecia para ver lo creíbles que son estas declaraciones” y así continúa el cruce de declaraciones.

Además, aseguran que la gente está preocupada por el aumento del riesgo periféricos que está sufriendo la hoja de balance del BCE o, lo que es lo mismo, que el banco central “depende de los desarrollos políticos de Madrid, Roma y Lisboa” y le preguntan a Draghi si esto es deseable.

Así, avanza la entrevista, los unos atacando sin una sola tregua y el otro defendiendo la legalidad de las actuaciones del BCE y, sobre todo, la independencia de la institución con  el mismo discurso que ha venido repitiendo desde su llegada a la presidencia del banco central hace exactamente un año.

Para concluir, los periodistas alemanes ponen la guinda preguntando a Draghi por la periodicidad de sus viajes a Italia, llamando la atención sobre su nacionalidad y cuestionando su imparcialidad en las políticas monetarias que están beneficiando precisamente a su país de origen.

Si el presidente del Banco Central Europeo, Mario Draghi, hubiera sabido la deriva que iba a tomar el encuentro con Der Spiegel, probablemente se lo habría pensado dos veces. La reciente entrevista con la revista pone de manifiesto el rechazo absoluto del pueblo germano respecto a la estructura de Europa, los países periféricos y la gestión del BCE.

Mario Draghi