BBVA aplica otro tarifazo a las comisiones de sus clientes particulares

A la banca española le cuesta cada vez más ganar dinero en su operativa tradicional por la caída en picado de la actividad crediticia. Por ese motivo, buscan alternativas para compensar el descenso de los márgenes. El camino más fácil es la subida de las comisiones que aplican a sus clientes, medida que acaba de adoptar BBVA apenas un año después de anunciar otro tarifazo.

 

La entidad ha comunicado a sus siete millones de clientes en España el incremento de alguna de las tarifas más comunes, de servicios esenciales, como el mantenimiento de cuentas corrientes. BBVA cobra ahora 30 euros por año por este servicio, que desde el 15 de diciembre costará 36 para los importes inferiores a 1.000 euros. A partir de esa cantidad y hasta un millón, la comisión será de 30 euros.

 

BBVA explica que “estas tarifas serán de aplicación general”, pero que siempre se respetarán aquellas condiciones más beneficiosas para los clientes. En especial para aquellos que tengan una vinculación muy activa con la entidad financiera. Es decir, que tengan contratados numerosos productos bancarios. En ese caso, el banco les puede llegar a aplicar su plan “Adiós comisiones” por el que no cobra por los servicios de mantenimiento y administración de cuentas, por transferencias y cheques y por el uso de tarjetas de crédito o débito.

 

Si no es así, los usuarios de BBVA deben prepararse para pagar bastante más por operaciones tan habituales como las transferencias. Desde mediados de diciembre, el banco cobrará entre un 0,25 y un 0,50% del importe del traspaso de dinero. Hasta el momento, el grupo presidido por Francisco González cargaba al cliente un 0,15%, con un mínimo de 1 euros por transacción. Con la nueva normativa, el mínimo es de 1,75 euros, un 75% más, y el máximo 6 euros, para las transferencias urgentes.

 

Por si no fuera poco, si el traspaso de dinero se hace con datos insuficientes o incorrectos, el banco aplicará una tarifa adicional para el emisor y para el receptor de 15 euros. Además, repercutirá en concepto de gastos totales de transmisión (telex, fax, Swift) otros 10 euros. Por último, por cada petición y en concepto de gastos de emisión y envío de copia del mensaje (Swift o telex) remitido por la entidad de origen como soporte a la ejecución de la orden, cobrará 3 euros.

 

Subidas anteriores

 

En noviembre del pasado año, BBVA también avisó a su clientela que el uso de la tarjeta de crédito sería mucho más caro. En concreto, extraer dinero de cajeros del Grupo Servired no pertenecientes al banco tenía un cargo del 1,20%, con un mínimo de 1 euros, frente a los 0,60 anteriores. Asimismo, sacar dinero en efectivo contra la tarjeta de crédito pasó del 3 al 3,50%, con una tarifa mínima que se elevó desde los 2,50 a los 3 euros. Si el usuario tenía además una posición vencida o descubierto, la comisión que el banco le apuntaba pasaba de los 30 a los 35 euros.

 

Una situación de impago cada vez más común debido a la extensión de la crisis económica y la caída del ahorro de los particulares. Para intentar echar una mano a los clientes, BBVA ofrece ahora la posibilidad de retrasar el pago del importe de la tarjeta de crédito entre tres y seis meses. Si el minorista o la empresa se acoge a esta modalidad, debe tener en cuenta que en la primera cuota se le recargará una comisión de 7 euros si opta por el aplazamiento trimestral o de 25 euros si elige el semestral.

 

Con estas iniciativas, BBVA quiere reconducir la cuenta de resultados de su negocio en España, que hasta junio registró pérdidas de 221 millones de euros y un beneficio de 567 millones –un 40% menos- si se tienen en cuenta determinados ajustes contables. Las comisiones se mantuvieron estables en 797 millones pese a la caída de la actividad bancaria y gracias, claro, a los aumentos de tarifas de años anteriores.