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Las grandes fortunas alzan la voz contra los reyes del private equity español
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VARIOS ACCIONISTAS SE REBELAN CONTRA DINAMIA Y N+1

Las grandes fortunas alzan la voz contra los reyes del private equity español

El vino necesita su tiempo para alcanzar su madurez exacta. Pero cuando pasa demasiado tiempo en barrica suele picarse, se oxida. Es lo que le ha

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Las grandes fortunas alzan la voz contra los reyes del private equity español

El vino necesita su tiempo para alcanzar su madurez exacta. Pero cuando pasa demasiado tiempo en barrica suele picarse, se oxida. Es lo que le ha pasado a Dinamia, una de las dos firmas de capital riesgo más veteranas de España, con su inversión en Bodegas Arco, su apuesta más antigua en su cartera de participadas. Entró en el capital de la empresa, dueña de marcas tan conocidas como Berberana y Marqués de Griñón, en 1999 y ahí sigue. No por gusto, sino por sus desavenencias con el principal accionista de Corporación Financiera Arco, Victor Redondo.

Tras años de conflictos y demandas judiciales, ahora Redondo ha pasado al ataque. El pasado lunes le montó una junta general extraordinaria al equipo gestor de Dinamia, entre los que se encuentran personas de gran influencia como Santiago Bergareche, presidente de Cepsa y consejero de Ferrovial. y Vocento, y Luis de Carlos, uno de los grandes abogados del país en el bufete Uría y Menéndez.
 
El justificante oficial de la junta extraordinaria era la propuesta de pagar un dividendo mucho mayor (1,78 euros por acción) del que pretendía la empresa (0,1 euros que después elevó a 1 euro tras la venta de una compañía en julio). Pero la razón de fondo era mostrar el profundo desacuerdo entre los grandes accionistas de Dinamia y los gestores, liderados por el consejero delegado, Jorge Mataix.

Así lo describió el propio Mataix, con más de quince años en la industria del capital riesgo. “Su propuesta es de liquidación de la sociedad”, aseveró el directivo, que criticó con contundencia las intenciones de los accionistas rebeldes de querer esquilmar la caja. “Nos obligaría a una venta forzosa de la cartera en condiciones no favorables”, añadió Mataix, quien aseguró que la firma siempre había pagado un dividendo razonable salvo los dos últimos años “porque se agotaron las reservas”.

El consejero delegado defendió la gestión de los ahorros de sus accionistas, al asegurar que la rentabilidad del fondo ha sido del 22% en las cuarenta inversiones realizadas con cerca de 196 millones en plusvalías. Además, añadió que en los quince años de historia como única firma de capital riesgo cotizada en España ha repartido 100 millones en dividendos. Pero los requirentes le respondieron con el argumento de que, de los apenas 107 millones de capitalización bursátil actual, cerca de 70 son la caja, por lo que el valor de las inversiones es residual. Varias están valoradas a cero.

Bergareche, con tono enfadado, defendió la transparencia de Dinamia, puesta en duda por la comisión de administración que cobran los gestores, y atacó a los beligerantes. Unos accionistas entre los que se encuentran el propio Victor Redondo, la familia Carvajal, dueña de empresas como Canon España, y Gonzalo Hinojosa, expresidente de Cortefiel. Todos ellos grandes fortunas que se han sumado a la ola de protestas contra la forma de gestionar los ahorros de los ricos de N+1, el alma mater de Dinamia,

Otras guerras

Para N+1, Dinamia es un vehículo más de su compleja estructura, que en 2007 sufrió la estampida de su equipo gestor por desacuerdos en el pago de las comisiones. A través de él invierte de forma conjunta en numerosas sociedades, como Bodybell, con escasa suerte, y otras como la tecnológica ZIV, vendida con gran éxito.

Tiene otros, como Eolia, una empresa de energías renovables con grandes fortunas y numerosas bancos y cajas de ahorros en su accionariado (Bankinter, Sabadell, Kutxa, Telefónica, etc…)  Muchos de ellos les han pedido en numerosas ocasiones que les devuelven el dinero aportado ante la imposibilidad de salir a bolsa, de obtener liquidez,  pero en N+1 se oponen. “No es el momento”, sostienen mientras los family office airean sus desaires.

Tampoco han sacado mucho rédito los que prestaron su dinero para crear el QMC, un fondo que invertía en empresas de media capitalización en España y Portugal. Una de las compañías elegidas fue GAM, que previamente la había comprado Dinamia. La sociedad de capital riesgo hizo un inmenso negocio con esta firma de maquinaria para la construcción. Pero cuando la sacó a bolsa se la vendió a algunos de sus clientes, que entraron a precio de oro y que han perdido los 200 millones que invirtieron. Salvo excepciones, las minusvalías son mayúsculas.

Ahora, N+1 ha anunciado su fusión con Mercapital, el otro gran fundador del private equity en España. Entre los dos quieren hacer el mayor fondo del sector para invertir en Latinoamérica. Un área donde, además de buscar inversiones, tendrán que encontrar ahorradores menos enfadados. El dividendo extraordinario no se aprobó, pero el daño ya está hecho.

El vino necesita su tiempo para alcanzar su madurez exacta. Pero cuando pasa demasiado tiempo en barrica suele picarse, se oxida. Es lo que le ha pasado a Dinamia, una de las dos firmas de capital riesgo más veteranas de España, con su inversión en Bodegas Arco, su apuesta más antigua en su cartera de participadas. Entró en el capital de la empresa, dueña de marcas tan conocidas como Berberana y Marqués de Griñón, en 1999 y ahí sigue. No por gusto, sino por sus desavenencias con el principal accionista de Corporación Financiera Arco, Victor Redondo.