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Montoro gana el pulso energético al frente Guindos-Soria con el poder económico en juego
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SÁENZ DE SANTAMARÍA DESATASCA LA PUGNA ENTRE INDUSTRIA Y HACIENDA

Montoro gana el pulso energético al frente Guindos-Soria con el poder económico en juego

Cristóbal Montoro ha ganado la batalla energética. Aunque tuvo que recurrir a la caballería -véase Sáenz de Santamaría-, las tesis del ministro de Hacienda han prevalecido en la

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Montoro gana el pulso energético al frente Guindos-Soria con el poder económico en juego

Cristóbal Montoro ha ganado la batalla energética. Aunque tuvo que recurrir a la caballería -véase Sáenz de Santamaría-, las tesis del ministro de Hacienda han prevalecido en la reforma del sector aprobada ayer por el Gobierno. En la lucha por una futura vicepresidencia económica, el jienense propinaba ayer una sonora bofetada a su amigo Luis de Guindos; eso sí, se la hacía sentir en la cara del ministro de Industria, José Manuel Soria. Más allá de su tono desabrido y de una retranca de dudoso gusto, Montoro gana enteros. “Ha estado ocho años en la oposición mientras otros ganaban dinero. Y es predecible”, aseguran fuentes próximas al Gobierno para defender su candidatura.

Claro que su victoria puede ser amarga a medio plazo. En primer lugar, porque las grandes eléctricas no olvidan. Y han sido las principales perjudicadas por la reforma, que trata con guante de seda a las energías renovables. Ayer mismo, las compañías no dudaban en explicar el desaguisado acudiendo a un reciente artículo de Bloomberg que glosaba las peligrosas relaciones con la industria solar del político andaluz. “Cristóbal Montoro fundó el lobby Equipo Económico S.L. en 2006 y se hizo con el 30% del capital, de acuerdo con las notas registrales. Según el ministro, vendió su participación en 2008, coincidiendo con su regreso a la política nacional. Las compañías solares, Abengoa incluida, son clientes de Equipo Económico”, rezaba el artículo.

Además, señalaba el periodista, “el hermano del ministro, Ricardo Montoro, es socio del lobby con un 15% del capital, y Ricardo Martínez Rico, hermano del jefe de gabinete de Montoro, es el actual presidente de la firma” y consejero independiente de Abengoa. "Huele mal", zanjaba ayer un ejecutivo del sector. Montoro, que hasta ahora ha despachado la cuestión sin despeinarse, tendrá que reinventarse para justificar el presunto conflicto de intereses. “Este conflicto no existe porque no hemos cambiado ninguna norma impositiva que afecte a la energía”, había arreciado hasta ayer, cuando precisamente se cambiaba de plano la fiscalidad energética.

Eso sí, el entorno de Montoro no pone al ministro de Industria en el centro de la diana. La batalla en marcha es otra. José Manuel Canarias –como es conocido en el Ministerio porque pasa más tiempo en las islas que en la península- está llamado a otros retos electorales en su tierra natal. El anatema es Luis de Guindos, con quien el ministro de Hacienda no ha dejado de chocar desde que Rajoy alumbró un Gobierno sin vicepresidente económico. Es precisamente a Guindos a quien intentan descubrir tras la campaña mediática que atisban contra la integridad del tutor del Fisco.

En esta línea, apuntan sotto voce que su principal rival en el envite por llevar las riendas económicas del Gobierno tampoco es un outsider en el mundo energético. Y que tiene intereses. De hecho, en círculos privados no dudan en hacer las pertinentes liasons. Recuerdan la estrecha relación de Luis de Guindos con el presidente de Endesa, Borja Prado, que le hizo consejero de la eléctrica antes de acceder al Gobierno. También que compartieron cónclave en Unidad Editorial. Y añaden que la fallida reforma Soria, menos lesiva para las grandes empresas, se explica a partir de ese frente común con Guindos, economista del Estado como el ministro de Industria.

La mediación de Soraya

La pelea tuvo su punto culminante a mediados de agosto, cuando Soria y Montoro escenificaron públicamente el conflicto. El ministro de Hacienda no dudaba en salir a la palestra para dejar claro que no compartía las líneas maestras de la reforma avanzada por su colega de Industria, que a principios de julio trasladó a las eléctricas un planteamiento con tasas a la generación diferentes para cada tecnología. Montoro aseguró que los cambios legales no saldrían adelante hasta que él lo decidiera. Difícil entender la salida de tono del titular de Hacienda si no obedecía a órdenes de los coroneles. La reforma ha salido –al gusto de Montoro- apenas horas después de que la vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría, se pusiera al frente de las operaciones.

El propio ministro de Industria intentó ayer quitar hierro a las disputas de las últimas semanas. “¿Ha perdido la batalla con Hacienda?”, se le preguntó. “La posición que ha prevalecido es la del Gobierno, que es un órgano colegiado”, se limitó a contestar. Eso sí, admitió que su departamento había estudiado otras alternativas, como reducir el número de horas primadas para las energías renovables o la imposición de un gravamen variable. “Pero el informe que yo he llevado al Consejo es el que ha salido y lo hemos acordado Hacienda e Industria”, quiso rematar, con cara de circunstancias. Como telón de fondo, las presiones del embajador de EEUU, Alan D. Salomont, y la de los fondos internacionales con inversiones en fotovoltaicas para evitar medidas retroactivas a lo Sebastián.

Eso sí, más allá de la pelea partidista, no falta quien en el sector hace una reflexión de más calado. “El espectáculo ha sido bochornoso y ha puesto de manifiesto la absoluta falta de entendimiento en el equipo económico. Eso sin contar con que la reforma es intervencionista al máximo y supone el final del mercado, con tasas discrecionales para que al Gobierno le cuadren las cuentas. Sólo ayuda a generar una incertidumbre perpetua respecto a la volatilidad de los marcos legales. España camina rumbo a Argentina”, reflexiona un directivo con larga experiencia en el sector. Faltaría por definir, añade, quién será el Axel Kicillof español. 

Cristóbal Montoro ha ganado la batalla energética. Aunque tuvo que recurrir a la caballería -véase Sáenz de Santamaría-, las tesis del ministro de Hacienda han prevalecido en la reforma del sector aprobada ayer por el Gobierno. En la lucha por una futura vicepresidencia económica, el jienense propinaba ayer una sonora bofetada a su amigo Luis de Guindos; eso sí, se la hacía sentir en la cara del ministro de Industria, José Manuel Soria. Más allá de su tono desabrido y de una retranca de dudoso gusto, Montoro gana enteros. “Ha estado ocho años en la oposición mientras otros ganaban dinero. Y es predecible”, aseguran fuentes próximas al Gobierno para defender su candidatura.

José Manuel Soria Luis de Guindos Cristóbal Montoro