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Los bancos centrales no siempre ganan: Soros derrotó a Inglaterra hace veinte años
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EL BCE SÍ TIENE EN ESTA OCASIÓN CAPACIDAD ILIMITADA DE COMPRA DE DEUDA

Los bancos centrales no siempre ganan: Soros derrotó a Inglaterra hace veinte años

El domingo se cumplen veinte años del ataque especulativo de George Soros sobre la libra esterlina contra el que el Banco de Inglaterra no pudo hacer

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Los bancos centrales no siempre ganan: Soros derrotó a Inglaterra hace veinte años

El domingo se cumplen veinte años del ataque especulativo de George Soros sobre la libra esterlina contra el que el Banco de Inglaterra no pudo hacer nada. Este aniversario coincide con un momento clave para el euro, en el que el Banco Central Europeo dispuesto a hacer “lo que sea necesario” para garantizar su futuro. Como quedó de manifiesto entonces, los bancos centrales no siempre ganan. La diferencia fundamental entre ambas crisis es que el BCE sí tiene un potencial ilimitado de compra de deuda.  

El 16 de septiembre de 1992 tuvo lugar el famoso ataque del inversor de origen húngaro George Soros a la libra. El gestor forzó la devaluación de la divisa británica con la venta de más de 10.000 millones de libras en los mercados. El movimiento de Soros, que con la operación se embolsó 1.000 millones de dólares, fue seguido por otros gestores y la defensa que hizo el Banco de Inglaterra no sirvió para nada.

La autoridad británica llegó a gastar 50.000 millones de dólares en su intento de frenar el desplome del valor de su moneda. Pero las reservas de divisas del organismo tenían un límite y el mercado pudo más. El entonces ministro español de Economía, Carlos Solchaga, dijo tras devaluar la peseta como consecuencia de este movimiento en los mercados, que “cuando la especulación arrecia, no hay banco central que aguante la sangría de divisas”.  

El Banco Central Europeo anunció el pasado 6 de septiembre compras ilimitadas de deuda para salvar al euro. La intervención en los mercados del BCE por sí sola puede no ser suficiente. Es un gran paso en la resolución de la crisis, pero queda pendiente una batalla política y económica, según el propio Soros.

El BCE tiene un margen ilimitado

“La situación ahora es distinta”, subraya el profesor del IE Business School, Rafael Pampillón, que comenta que “ahora nadie especula contra el euro o contra el dólar. Lo que sucede es que la política de la Reserva Federal es muy expansiva y la emisión de billetes que está haciendo provoca la depreciación de la divisa estadounidense”.

Y la diferencia es que lo que el BCE va a hacer es comprar bonos con su propia moneda y “ahí no tiene límites”, al contrario de lo que le sucedió al Banco de Inglaterra, que agotó las divisas que podía usar para comprar libras en el mercado y evitar su depreciación, explica Pampillón.

Manuel Conthe, que era en 1992 director del Tesoro, ha dicho que la crisis de hace veinte años “fue de tipo cambiario y se solucionó con devaluaciones, pero ésta es de desconfianza y va a requerir medidas drásticas”.

Llamada a la voracidad del especulador

El paralelismo se puede establecer en la voracidad de los mercados, tal y como explica Antonio España en su columna. Con el apoyo ilimitado del BCE, lo que está haciendo el organismo es “una apelación a los instintos más bajos de los ‘especuladores’ más contumaces que, como tiburones al olor de la sangre, acuden a la llamada siempre que alguien promete sostener como sea el valor de cualquier activo”.

Para el columnista aunque las circunstancias no son idénticas, en el caso de una moneda única, como es el euro, los desajustes se manifiestan en la pérdida generalizada de competitividad.

Antonio España cita en su artículo al profesor Huerta de Soto, que señala en su defensa austriaca del euro, que la caída de ingresos por la pérdida de competitividad termina trasladándose al sector público, de tal modo que “la cotización en los mercados financieros de la deuda pública soberana de cada país ha pasado a recoger las tensiones que típicamente se reflejaban en las crisis de los tipos de cambio, cuando estos eran más o menos fijos en un entorno de nacionalismo monetario”.

El domingo se cumplen veinte años del ataque especulativo de George Soros sobre la libra esterlina contra el que el Banco de Inglaterra no pudo hacer nada. Este aniversario coincide con un momento clave para el euro, en el que el Banco Central Europeo dispuesto a hacer “lo que sea necesario” para garantizar su futuro. Como quedó de manifiesto entonces, los bancos centrales no siempre ganan. La diferencia fundamental entre ambas crisis es que el BCE sí tiene un potencial ilimitado de compra de deuda.  

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