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La bolsa clama contra la nueva 'plusvalía': no genera ingresos, pero sí inseguridad
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LOS EXPERTOS CREEN QUE CAERÁ LA ACTIVIDAD

La bolsa clama contra la nueva 'plusvalía': no genera ingresos, pero sí inseguridad

La decisión del Gobierno de gravar las plusvalías generadas durante el primer año al tipo marginal del IRPF ha sido acogida con escepticismo y estupor entre

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La bolsa clama contra la nueva 'plusvalía': no genera ingresos, pero sí inseguridad

La decisión del Gobierno de gravar las plusvalías generadas durante el primer año al tipo marginal del IRPF ha sido acogida con escepticismo y estupor entre las firmas de bolsa y los asesores fiscales. Los expertos creen que el efecto recaudatorio será mínimo porque el inversor tradicional español está fuera del mercado hace muchos trimestres, que el plazo de doce meses –muy largo en su opinión- provocará una caída de las transacciones en bolsa y que la falta de detalles provoca inseguridad.

Tras los gravámenes adicionales transitorios impuestos por el Gobierno al llegar al poder, los tipos marginales del IRPF van del 24,75% al 52%, que son los que pagarán quienes vendan antes de un año. Después, tributarán en una escala entre el 21% y el 27% según el nivel de renta. “El anuncio genera inseguridad, porque no se sabe la fecha concreta en la que se aplicará la medida. Impide planificar la tributación”, explica Diego de Miguel, experto fiscal de CMS Albiñana & Suárez de Lezo.

Los expertos creen que el anuncio realizado ayer por Mariano Rajoy adolece de detalles en un asunto tan sensible como el ahorro. Como señala Pau Monserrat, de iahorro.com, “hay un efecto de distorsión entre las distintas modalidades de ahorro, y eso siempre es peligroso”.

La medida, que supone echar abajo la legislación sobre plusvalías aprobada en 2006 y volver al régimen que grava las mismas en función de la antigüedad, no tiene aún fecha de entrada en vigor. Sólo se sabe que forma parte de la reforma tributaria que prepara el gobierno y que también incluye los impuestos verdes y que se incluirá en las cuentas de 2013 que se aprobarán el próximo 27 de septiembre. “Por ejemplo, nada se ha dicho de cómo se van a poder compensar las pérdidas”, añade De Miguel.

Además, aunque la medida va dirigida directamente al corazón de la bolsa, Hacienda está estudiando a qué otros productos podría ampliarse.

 “Se quiere diferenciar entre la especulación a corto plazo y un ahorro más tradicional”, aseguran en el Ministerio de Hacienda, que reconoce que la medida está pensada para el mercado bursátil. Pero, ¿qué hay de su efectividad? “Ya no hay tantos inversores con el perfil tradicional  del ahorrador español –que invierte a largo y busca buenos dividendos- con grandes posiciones en bolsa como en 2007 y 2008. En los tres últimos años hay muy poca gente que esté ganando dinero en renta variable. Se trata de una medida cosmética”, asegura Daniel Pingarrón, de IG Markets.

En los cuatro últimos ejercicios completos, el Ibex sólo ha subido en 2009, casi un 30%. En los otros tres ha caído en una horquilla situada entre el 13% y el 39%. Y este año, el selectivo acumula otro descenso del 7%, el mayor entre los grandes índices mundiales.

Los expertos creen que la medida da continuidad a la demonización de la especulación en bolsa que han perseguido otras anteriores como la prohibición de las posiciones cortas o los pasos que se están dando para gravar las operaciones bursátiles.

“Estas medidas sólo contribuyen a una reducción de los volúmenes de contratación en los mercados. Los ahorradores quieren reglas del juego estables y España está atizándoles donde más duele. Con los inversores finales alejados del mercado por la extraordinaria volatilidad de los precios, son los inversores a corto los que mueven las bolsas”, aseguran en una gran firma española.

“Estamos ante una medida demagógica sin utilidad práctica. El objetivo de la norma es señalar a los especuladores como culpables de la caída de los mercados”, asegura Pingarrón.

La decisión del Gobierno de gravar las plusvalías generadas durante el primer año al tipo marginal del IRPF ha sido acogida con escepticismo y estupor entre las firmas de bolsa y los asesores fiscales. Los expertos creen que el efecto recaudatorio será mínimo porque el inversor tradicional español está fuera del mercado hace muchos trimestres, que el plazo de doce meses –muy largo en su opinión- provocará una caída de las transacciones en bolsa y que la falta de detalles provoca inseguridad.