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Eurohypo pone a la venta las joyas inmobiliarias del clan Monteverde
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EL BANCO ALEMÁN DESBLOQUEA LA LIQUIDACIÓN DE ACTIVOS

Eurohypo pone a la venta las joyas inmobiliarias del clan Monteverde

Fue una de las promotoras chic de la capital y llegó a colarse entre los elegidos del ladrillo poco antes de que pinchara la burbuja. A

Foto: Eurohypo pone a la venta las joyas inmobiliarias del clan Monteverde
Eurohypo pone a la venta las joyas inmobiliarias del clan Monteverde

Fue una de las promotoras chic de la capital y llegó a colarse entre los elegidos del ladrillo poco antes de que pinchara la burbuja. A partir de 2008, sin embargo, la suerte de Inmobiliaria Monteverde cambió de signo hasta acabar en concurso de acreedores en 2010. Varios años después, algunos de sus restos siguen aún coleando por culpa de discrepancias entre acreedores y deudor, un bloqueo que parece haber llegado a su fin tras la decisión del banco alemán Eurohypo de liquidar a cualquier precio algunos de los activos patrimoniales que amasó la familia Monteverde antes de hundirse.

Según distintas fuentes del mercado, la entidad alemana ha accedido a que se proceda a la venta un lote de cinco inmuebles de Monteverde repartidos entre Madrid y Barcelona. En todos los casos, se trata de edificios en renta pendientes de una rehabilitaición integral o una reforma parcial, hasta el punto de necesitar una inversión global que puede alcanzar los 150 millones de euros, requerimiento que complica aún más el éxito de la venta, bautizada como ‘Operación Copérnico’, que la propia familia Monteverde está llevando a cabo tras el acuerdo alcanzado con el propio Eurohypo.

Para su desarrollo en el sector terciario, especializado en oficinas de alto nivel y edificios emblemáticos para su transformación, Monteverde contó con el apoyo decidido de algunas entidades financieras, como el banco alemán o la división de banca privada de Kutxa a través de Banco Madrid. Además, Carlos Monteverde se rodeó de algunos destacados accionistas minoritarios, como el abogado Ramón Hermosilla (5%) o el inversor Manuel García Álvarez (5%), además de otros apellidos ilustres, como el consejero Fernando Fernández-Tapias, hijo del naviero y vicepresidente del Real Madrid.

El timing elegido por Carlos Monteverde, presidente de la promotora familiar, para desembarcar en el sector terciario no pudo ser peor. En el transcurso de nueve meses, entre finales de 2006 (fecha de la venta de Fadesa a Fernando Martín) y mediados de 2007 (época en la que Luis Portillo -Colonial- jugaba a consolidarse como accionista de BBVA), la promotora madrileña llegó a invertir cerca de 350 millones de euros en sólo cuatro inversiones. Y a punto estuvo de ir a Nueva York, la capital financiera de EEUU, la misma plaza donde el fulgurante Enrique Bañuelos había decidido llevar la marca de Astroc.

Esas inversiones pasadas son para las que buscan ahora comprador con urgencia. En septiembre de 2006, Monteverde adquirió por 64 millones un edificio ubicado en el Paseo de la Castellana 157, un activo de 12.000 metros cuadrados sujeto a reforma integral para construir luego apartamentos de lujo y locales comerciales. A esta adquisición le siguieron otra de tres inmuebles en Madrid (en plena Plaza de España) comprados a Renta Corporación por 110 millones, otra de un bloque de oficinas en Londres por el que pagó 100 millones y otros dos inmuebles ubicados en Barcelona por cerca de 80.

Como ocurre con otros muchos activos inmobiliarios, los compradores interesados en valorar la oportunidad de comprar con importantes descuentos han estudiado ya el lote de inmuebles pertenecientes a Monteverde. El problema, más allá de los propios que arrastra la ‘Operación Copérnico’, es la abundancia de oferta de edificios singulares que empieza a haber en los mercados de Madrid, sobre todo, y en Barcelona. Así mientras los bancos nacionales pisan el acelerador para eliminar de sus balances todo el ladrillo posible, los inversores institucionales sólo esperan a que los precios sigan bajando.

Fue una de las promotoras chic de la capital y llegó a colarse entre los elegidos del ladrillo poco antes de que pinchara la burbuja. A partir de 2008, sin embargo, la suerte de Inmobiliaria Monteverde cambió de signo hasta acabar en concurso de acreedores en 2010. Varios años después, algunos de sus restos siguen aún coleando por culpa de discrepancias entre acreedores y deudor, un bloqueo que parece haber llegado a su fin tras la decisión del banco alemán Eurohypo de liquidar a cualquier precio algunos de los activos patrimoniales que amasó la familia Monteverde antes de hundirse.