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El coste de la deuda de Telefónica amenaza con engullir el ahorro del dividendo
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PAGA 1.863 MILLONES HASTA JUNIO, UN 60% MÁS

El coste de la deuda de Telefónica amenaza con engullir el ahorro del dividendo

La supresión del dividendo de Telefónica sigue resonando con una enorme fuerza en los mercados. Su presidente, César Alierta, se esforzó ayer ante los analistas del

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El coste de la deuda de Telefónica amenaza con engullir el ahorro del dividendo

La supresión del dividendo de Telefónica sigue resonando con una enorme fuerza en los mercados. Su presidente, César Alierta, se esforzó ayer ante los analistas del sector en vender las bondades de una decisión que permitirá a la operadora ahorrar unos 2.700 millones de euros -y de otros 4.100 millones de euros en el segundo trimestre de 2013- este mismo año. Sin embargo, la mitad de la cifra total -6.800 millones- puede ser engullida si continúa el imparable aumento de los intereses que la compañía paga por su deuda.

Sólo hasta junio, los pagos de intereses del grupo han alcanzado los 1.863 millones de euros. La cifra representa un 60% más respecto al cierre del primer semestre del año pasado y el 69% del cash que el grupo retendrá sólo este año suprimiendo la retribución al accionista. Pero, más allá de las cifras, es la representación de cómo ni siquiera uno de los grandes transatlánticos de la bolsa española puede frenar el imparable crecimiento de los costes financieros.

Las comparaciones con el pasado más reciente son elocuentes. Los pagos de intereses financieros netos el año pasado fueron de 2.011 millones. Y de 2.018 en el año anterior. Desde la compañía se asegura que los desembolsos son siempre menores en el segundo semestre que en el primero –así ocurrió los dos años anteriores- y que, de los 1.863 millones pagados hasta junio, unos 200 no son recurrentes y responden al pago de intereses en el marco de la reorganización de las sociedades colombianas, en Perú y a las  comisiones iniciales en las operaciones de financiación realizadas. No obstante, si el pago de intereses sigue la línea de los dos últimos años, se situaría alrededor de los 3.000 millones al cierre del ejercicio.

“El coste va subiendo a medida que la compañía va refinanciando deuda. Le va a costar mucho seguir renegociando a tipos razonables en el escenario actual, muy duro en los mercados”, asegura Javier Borrachero, de Kepler. El grupo ya se ha dado de bruces con esta amarga realidad en los seis primeros meses del año.

Hasta junio, el tipo efectivo de la deuda del grupo –la financiera neta alcanza ya los 58.310 millones de euros, un 3,5% más que al cierre del año pasado- alcanza ya el 5,82% sin excluir las diferencias por tipo de cambio. La cifra supera en algo más de 11% el coste de financiación del grupo cuando terminó 2011.

“Ahí está la clave que explica por qué el grupo ha sorprendido al mercado suprimiendo totalmente el dividendo para este año. Está a dos pasos del bono basura y ya no podía permitirse un tropiezo más, sobre todo teniendo en cuenta que a esa misma calificación podría caer el Reino de España en una próxima revisión de Moody’s. Telefónica ya no podía aguantar más, porque las próximas refinanciaciones van a ser muy duras” explica un bróker que prefiere no ser identificado. Fitch ya avisó hace unas semanas de la necesidad de que las operadoras de la periferia europea acometieran agresivos recortes de dividendos para hacer frente a sus necesidades de liquidez a corto plazo.

Efectivamente, la propia compañía reconoce que el empeoramiento de las condiciones en los mercados financieros “podría hacer incluso más complicado y más caro refinanciar la deuda financiera existente (a 30 junio de 2012, los vencimientos netos de 2013 ascienden a unos 6.700 millones de euros y a unos 7.900 millones de euros en 2014) o incurrir en nueva deuda, si fuera necesario”. No obstante, el grupo ha levantado en los últimos seis meses alrededor de 8.000 millones de euros.

“Lo que sí parece claro ahora es que la compañía, sin pagar dividendo este año, podrá gozar de relativa holgura financiera sin perder por ello su ritmo inversor, en un momento en el que es necesario ser de los primeros en desarrollar redes de fibra en sus principales mercados”, asegura Inverseguros.

Para los analistas, la terapia de choque aplicada por Telefónica era absolutamente necesaria para un grupo cuya deuda no ha parado de crecer durante la crisis. "La decisión es razonable. Lo que no podía hacer Telefónica es malvender activos. Ahora ya no tiene tanta presión", asegura Borrachero. En cualquier caso, el grupo aseguró ayer a los analistas que mantiene su política de desinversiones y que espera obtener unos 1.500 millones de euros con la venta de algunos de activos no estratégicos como su participación en Portugal Telecom, la agencia de viajes Rumbo, el operador de 'contact center' Atento y algunas torres de telefonía.

Tras una dura caída en en el arranque de la sesión, Telefónica cerró ayer en bolsa con un avance del 3,3% hasta los 8,90 euros siguiendo la fuerte subida del Ibex 35. No obstante, la caída acumulada por el grupo en lo que va de año alcanza el 25%.

La supresión del dividendo de Telefónica sigue resonando con una enorme fuerza en los mercados. Su presidente, César Alierta, se esforzó ayer ante los analistas del sector en vender las bondades de una decisión que permitirá a la operadora ahorrar unos 2.700 millones de euros -y de otros 4.100 millones de euros en el segundo trimestre de 2013- este mismo año. Sin embargo, la mitad de la cifra total -6.800 millones- puede ser engullida si continúa el imparable aumento de los intereses que la compañía paga por su deuda.

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