Banco Santander vende ya más pisos de los que “se come” por embargos
Banco Santander puede decir que ha superado, por fin, lo peor de la crisis inmobiliaria. Después de tres años de tener que engullir más de 8.550
Banco Santander puede decir que ha superado, por fin, lo peor de la crisis inmobiliaria. Después de tres años de tener que engullir más de 8.550 millones en inmuebles impagados, la entidad ha conseguido durante el primer semestre del año vender más viviendas de las que le han entrado en morosidad.
Se trata de la primera vez -desde que estalló la crisis inmobiliaria en 2008- que el mayor grupo financiero español consigue que la diferencia entre el ladrillo embargado y las viviendas comercializadas ofrezca un resultado positivo. En concreto, Banco Santander vendió pisos, locales o suelo por importe de 1.300 millones de euros, frente a una entrada de activos tóxicos de unos 1.100 millones.
“Hemos roto la tendencia por primera vez desde que empezó la crisis. Por tanto, es un tema muy importante, es muy buena noticia”, aseguró ayer Alfredo Saénz, vicepresidente y consejero delegado de la entidad financiera en la presentación a analistas de los resultados del primer semestre. La alegría de la mano de derecha de Emilio Botín era tal que definió el dato como “un hito”. “Se han vendido en el primer semestre de 2012 más viviendas que en todo 2011. Estamos teniendo éxito”, dijo Sáenz, que manifestó que le da igual vender los pisos uno a uno o en paquetes. “Es un tema de oportunidad y de precio”, manifestó a los analistas que mostraron su preocupación por la evolución de la morosidad.
¿Pero cómo ha conseguido ese “éxito” Banco Santander? El consejero delegado explicó que el banco ha rebajado entre un 35 y un 45%, el precio de sus inmuebles, más o menos lo que los había provisionado. Una tendencia de precios que, según adelantó Sáenz, continuará “deslizándose hacia abajo por la presión de la oferta”.
Fusión de su inmobiliaria
El número dos de Banco Santander confirmó la fusión de las dos grandes inmobiliarias del grupo, Altamira Real Estate, de la matriz, y Mesena, de Banesto, noticia adelantada por El Confidencial el pasado 23 de abril. Pero Saénz descartó sacarlas de balance, es decir, crear un banco malo con activos tóxicos, tal y como van a hacer otros competidores.
“El banco malo es una posibilidad del Memorandum of Understanding para las entidades que necesitan ayudas de capital, por tanto es algo que a nosotros no nos añade nada. Es en todo caso una decisión interna, organizativa, funcional, de qué es mejor para la gestión de los inmuebles”, argumentó Sáenz.
Con las históricas ventas del primer semestre, el volumen de adjudicados se reduce hasta los 8.388 millones, “confirmando la tendencia de inicio de reducción del stock”. La cobertura de inmuebles adjudicados se sitúa en el 50%, frente al 48% de marzo. En consecuencia, el conjunto de activos inmobiliarios problemáticos totaliza 18.778 millones de euros, con una cobertura del 46% al cierre del trimestre, frente al 36% de marzo
En España, la tasa de mora del Santander es del 5,98%, por debajo de la del sector, que ya ronda el 8%. En cuanto al detalle por segmentos, las hipotecas de los hogares tienen una mora del 2,5%, mientras que en el resto de la cartera (empresas sin finalidad inmobiliaria, administraciones públicas y consumo particulares) el ratio es del 3,5%. El problema del equipo de Botín es el crédito a promotores, cuya tasa es del 39,4%.
La exposición total al sector inmobiliario del Santander (créditos + inmuebles adjudicados) se sitúa en 28.262 millones, con un descenso de 1.835 millones en el trimestre y de 3.732 millones desde el cierre de 2011. Desde diciembre de 2008, inicio de la crisis, la reducción es de 14.189 millones (-33%), según los datos a cierre de junio.
Banco Santander puede decir que ha superado, por fin, lo peor de la crisis inmobiliaria. Después de tres años de tener que engullir más de 8.550 millones en inmuebles impagados, la entidad ha conseguido durante el primer semestre del año vender más viviendas de las que le han entrado en morosidad.