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Iberdrola purga la cúpula de su filial de ingeniería por un caso de corrupción
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POR UN CONTRATO DE 300 MILLONES DE EUROS EN LETONIA

Iberdrola purga la cúpula de su filial de ingeniería por un caso de corrupción

Iberdrola ha purgado la cúpula directiva de su filial de ingeniería y construcción, Iberinco. Ignacio Sánchez Galán ha suspendido de empleo y sueldo a un grupo

Foto: Iberdrola purga la cúpula de su filial de ingeniería por un caso de corrupción
Iberdrola purga la cúpula de su filial de ingeniería por un caso de corrupción

Iberdrola ha purgado la cúpula directiva de su filial de ingeniería y construcción, Iberinco. Ignacio Sánchez Galán ha suspendido de empleo y sueldo a un grupo de ejecutivos que se ha visto salpicado por un caso de corrupción en Letonia, donde el grupo eléctrico consiguió un contrato de 300 millones de euros en 2006 con la empresa energética nacional, Latvenergo.

Así lo han confirmado fuentes próximas a la multinacional española, dueña del 100% de Iberinco. Esta filial se adjudicó hace seis años la construcción, operación y mantenimiento de una central de ciclo combinado de 420 megavatios de potencia en Riga por 300 millones. En su momento, fue el contrato más importante de estas características logrado por una compañía española en Europa del Este.

Sin embargo, ese logro en Letonia se ha convertido ahora en un asunto espinoso para la reputación de Iberdrola, que ha decidido apartar a cinco directivos de Iberinco, los cuales han sido llamados a declarar como testigos con motivo de la investigación que está llevando a cabo desde junio de 2010 el ministerio de Justicia de la república báltica. Es lo que se conoce como 'poner en cuarentena' a los sospechosos hasta que se conozcan realmente sus implicaciones.

Lo cierto es que uno de ellos ha sido imputado en este caso, que explotó a mediados de 2010 con la detención de cinco ejecutivos de Latvenergo, entre otros al presidente, Karlis Mikelsons. La justicia local les acusó de cobro de sobornos y recibir dinero negro a cambio de contratos en el país exsoviético, un comportamiento delictivo que al parecer también salpica a otra empresa europea, la francesa Alstom, y a la turca Gamma.

El caso ha coincicido con el despido de Carlos Serrano, hasta el pasado mes de abril secretario del consejo de Iberinco y responsable de asuntos jurídicos de la filial. La eléctrica admite la marcha de Serrano, pero lo vincula con una reestructuración general en el área legal del grupo, dirigido por Julián Martínez Simancas. No obstante, este directivo ha sido uno de los llamados para testificar en Riga. Serrano había declinado hacer declaraciones sobre este asunto a El Confidencial. Sin embargo, tras leer la información, Serrano ha querido aclarar que "mi salida de Iberdrola obedece exclusivamente a una decisión personal derivada de la reestructuración de los servicios jurídicos del Grupo. Por tanto, no tiene ninguna relación con contratos del grupo en el país que ustedes citan". Además, añade que la citación judicial en Letonía, que ha confirmado, le llegó después de abandonar la compañía.

Las drásticas medidas adoptadas por Iberdrola están siendo comunicadas estos días a los implicados en el presunto caso de corrupción. Según fuentes internas, Galán ha sido totalmente inflexible a la hora de aplicar el código interno de conducta de Iberdrola a los responsables de Iberinco, una de las filiales más rentable de la multinacional y la primera empresa española de ingeniería. Esta compañía es la que ha aprobado recientemente el nombramiento como consejero de Ignacio López del Hierro, el marido de María Dolores de Cospedal, que compartirá asiento con Juan María Atutxa, expresidente del Parlamento del País Vasco.

Tolerancia cero

 “Tolerancia cero”, aseguran fuentes próximas a Iberdrola, que se considera víctima indirecta por el comportamiento irregular de una serie de personas. Por ese motivo, la empresa ha decidido que Iberinco se persone en la causa como perjudicada, según fuentes judiciales. No obstante, mientras se resuelve la investigación, la empresa ha decidido aplicar las sanciones disciplinarias a sus directivos por el impacto que estos sucesos pueden tener sobre su reputación internacional.

Las consecuencias pueden venir desde dos frentes. El primero está relacionado con las negociaciones con otros países a la hora de ganar nuevos contratos en el exterior. El segundo es que muchos fondos de inversión tienen prohibido tomar posiciones en compañías cuyo nombre se ve envuelto en asuntos delictivos. Por ese motivo, Iberdrola quiere cortar de raíz el tumor para que no se extienda al resto de la organización.

La piedra de Galán

El contrato de Letonia, conseguido en febrero de 2006, fue bendecido en su día por el propio presidente de Iberdrola. Tan satisfechos estaban el grupo por tal encargo que Ignacio Sánchez Galán se desplazó expresamente a Riga en septiembre para poner la primera piedra de la obra, acto al que acudió junto al ministro de Economía del país, Aigars Stokenbergs, el ministro de Medio Ambiente, Raimonds Vejonis, y el presidente de Latvenergo, el ahora acusado Karlis Mikelsons.

Iberdrola ha purgado la cúpula directiva de su filial de ingeniería y construcción, Iberinco. Ignacio Sánchez Galán ha suspendido de empleo y sueldo a un grupo de ejecutivos que se ha visto salpicado por un caso de corrupción en Letonia, donde el grupo eléctrico consiguió un contrato de 300 millones de euros en 2006 con la empresa energética nacional, Latvenergo.