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El ‘virus español’ quiebra los mercados y rompe a Europa en dos
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EL NORTE Y EL SUR SE ENZARZAN SOBRE CÓMO SALIR DE LA CRISIS

El ‘virus español’ quiebra los mercados y rompe a Europa en dos

El fantasma de las dos europas comienza a ser algo más que una amenaza. El último rifirrafe se produjo ayer entre Italia y Austria, después de

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El ‘virus español’ quiebra los mercados y rompe a Europa en dos

El fantasma de las dos europas comienza a ser algo más que una amenaza. El último rifirrafe se produjo ayer entre Italia y Austria, después de que la ministra de Finanzas austríaca, María Fektersugiriera que Italia también podría necesitar un rescate como el español. La reacción del presidente transalpino fue inmediata. Monti aseguró que era incomprensible que un país miembro de la UE dijera eso de un socio, y la prensa italiana habló de “irritación” en el Gobierno italiano.

La vicepresidenta del Bundesbank, Sabine Lautenschläger, abrió, por su parte, otro melón. En este caso sobre un asunto que afecta particularmente a España. Lo prioritario, dijo la número dos del banco central alemán, es la unión fiscal, y no la unión bancaria. Precisamente, el punto en el que se apoya Mariano Rajoy para justificar el rescate de la banca española.

Alemania y Austria forman parte del núcleo duro del euro –junto a Holanda y Finlandia- que insisten con la receta de la austeridad y defienden la no implicación del BCE en la solución de los problemas más allá de las medidas adoptadas hasta ahora.

Las declaraciones públicas podrían ser consideradas simples anécdotas en un contexto económico endiablado como el actual. Pero lo cierto es que nunca como ahora cualquier comentario -por intrascendente que sea- ha tenido la virtud de mover los mercados, que se agarran a un ‘clavo ardiendo’ para justificar movimientos erráticos. Ya sea procedente de Soros, que da tres meses a la UE  para salvar el euro, o de Christine Lagarde, que ni siquiera da esos tres meses. O de los incombustibles Krugman y Stiglitz. Aunque parezca mentira, ese tipo de comentarios o análisis a vuelapluma, que hace poco hubieran pasado inadvertidos, hoy se consideran un material clave para entender lo que está pasando. Se imponen los rumores.

Mientras, en medio de las turbulencias, salen a la luz multitud de informes que ponen cifras cada vez más inverosímiles a las necesidades reales de la banca española. Ya hay quien habla, incluso, de 350.000 millones de euros. Y por si faltara poco, la amenaza del corralito en Grecia. Sobre todo después de que ayer el portavoz de la Comisión Europea aclarara que las normas comunitarias permiten en determinadas circunstancias poner controles en las fronteras. O lo que es lo mismo, impedir la fuga de euros.

Condiciones de rescate

La causa de que se esté dando tanto valor a cualquier comentario o informe tiene que ver, sin duda, con la ausencia de información veraz sobre la naturaleza y las condiciones del rescate a España, sobre el que se ha tejido un manto de silencio. Un rescate que, al mismo tiempo, ha despertado la desconfianza en países como Irlanda y Portugal, que pagan intereses muchos más altos de los que previsiblemente abonará España (entre un 3% y un 4%). Y eso ha llevado a que se pida ya una renegociación de los memorándum firmados, aunque se desconozcan todavía los detalles del acuerdo. Chipre está a las puertas de pedir también dinero para su banca y es probable que lo haga hoy mismo, según la prensa local.

Lo único que está claro es que las condiciones del préstamo serán severas para España. Y en un informe realizado por la unidad de regulación financiera de pwc se detallan cuatro consecuencias. Por un lado, se reducirá la capacidad de las entidades que reciban soporte o ayuda, en particular en cuanto a plantillas y red de sucursales. Igualmente, se prevén desinversiones o adelgazamiento de las entidades, tal y como se dio en países como Reino Unido, identificando ramas de negocio, geografías., etc.

En tercer lugar, el Memorando que firme España, que es quien suscribe la línea de crédito, incluirá una reducción de los dividendos distribuidos a los accionistas. Y, por último, sostiene pwc, “es posible que se dé continuidad a las medidas ya adoptadas en el sector financiero español en cuanto a la transparencia y control de las políticas de remuneraciones de los directivos, alineándolas con las fijadas recientemente a nivel europeo”.

Lo que sí parece claro es que el repunte de las primas de riesgo -España ya paga el 6,8% por las obligaciones a 10 años- ha demostrado un fracaso de las inyecciones extraordinarias de liquidez denominadas LTRO –acrónimo de long-term refinancing operation-. Básicamente porque se ha creado un madeja difícil de desenredar entre los balances de las entidades financieras y la deuda pública. Se pensaba que prestando dinero para que los bancos comprasen deuda, se matarían dos pájaros de un tiro; pero al final lo que ha ocurrido es una cesión del riesgo soberano a los balances bancarios y viceversa.   


Nota de la Redacción.- Por una errónea interpretación de las cifras, ayer se publicó una información en este diario en la que se decía que la exposición al riesgo de España por parte de la banca extranjera era de 1,2 billones de euros, según el FMI. Sin embargo, es justamente al revés. Esa es la exposición de la banca española al extranjero. La cifra correcta reflejada por el Banco de Pagos Internacional (BIS) asciende a 1,08 billones.

El fantasma de las dos europas comienza a ser algo más que una amenaza. El último rifirrafe se produjo ayer entre Italia y Austria, después de que la ministra de Finanzas austríaca, María Fektersugiriera que Italia también podría necesitar un rescate como el español. La reacción del presidente transalpino fue inmediata. Monti aseguró que era incomprensible que un país miembro de la UE dijera eso de un socio, y la prensa italiana habló de “irritación” en el Gobierno italiano.