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Soria incendia a las eléctricas al no tocar a ACS, Acciona y Abengoa
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SUBE EL RECIBO DE LA LUZ UN 7%

Soria incendia a las eléctricas al no tocar a ACS, Acciona y Abengoa

José Manuel Soria salió ayer de su torre de marfil. Tras semanas de hermetismo, el ministro de Industria hacía públicas sus primeras medidas de calado para

Foto: Soria incendia a las eléctricas al no tocar a ACS, Acciona y Abengoa
Soria incendia a las eléctricas al no tocar a ACS, Acciona y Abengoa

José Manuel Soria salió ayer de su torre de marfil. Tras semanas de hermetismo, el ministro de Industria hacía públicas sus primeras medidas de calado para atajar el déficit eléctrico. Claro que en opinión de las compañías, mejor hubiera sido que siguiera en su búnker del Paseo de la Castellana. “El enfado en la casa es mayúsculo. Han escogido la vía más fácil, dar un hachazo a la distribución y no tocar las primas a las energías renovables, que se han ido de rositas”, se asegura desde una de las eléctricas afectadas. Las empresas decidieron ayer morderse la lengua, pero sotto voce lamentaban que el Ejecutivo no se había atrevido con ACS, Acciona o Abengoa, paladines de la primada tecnología termosolar.

“Son una clase de gente que tiene mucha suerte”, se ironizaba desde una firma. El Ministerio aprobaba ayer un Real Decreto Ley para reducir los costes del sistema eléctrico al tiempo que subía el recibo de la luz a los hogares un 7% para incrementar los ingresos. ¿Objetivo? Arañar más de 3.000 millones para cumplir con las resoluciones judiciales que le obligaban a volver a facturar los consumos de más de 20 millones de clientes desde octubre del año pasado para recoger los costes reales del sistema. Pagan los consumidores y pagan las eléctricas. Sobre todo vía distribución, ya que el Gobierno reducirá la retribución por este concepto en 688 millones de euros. Endesa se deja 304,4 millones; Iberdrola un total de 233,8, y Gas Natural no ingresará 107,7. Para enfadarse.

“Hay que tener cuidado con este tipo de medidas –se asegura desde una compañía-. Y es que se está tocando parte del capítulo de inversión intensiva de las empresas, un desembolso anticíclico que las eléctricas acometen año a año, caiga quien ciega. De hecho, incluso con la crisis se ha seguido haciendo. Una menor retribución no sólo afectará a la calidad de la distribución a medio plazo, también a pequeñas y medianas empresas españolas a quienes se subcontratan muchas de estas tareas. Además, no vemos que la Administración asuma su parte. No se toca a las redes, al transporte…”. Toda una andanada al ministro, que había asegurado que consumidores, operadores y la propia Administración se repartirían la carga.

Una rentabilidad privilegiada

La patronal (Unesa) hacía hincapié en que el rasero no había sido el mismo para todos y recordaba que se aumentaban de forma drástica los peajes eléctricos para atajar un déficit tarifario “generado principalmente por las elevadas primas recibidas por las instalaciones renovables menos maduras, en particular las solares, tanto fotovoltaicas como termosolares”. En esta línea, se insistía en que las compañías ven recortada su retribución y el recibo de la luz sube para los consumidores, “para que por ahora las tecnologías menos eficientes sigan disfrutando de una rentabilidad privilegiada”. Pese a que Soria ha anunciado futuras medidas para el sector que podrían tocar a las renovables, desde una eléctrica se zanja: “De momento, lo que hay es lo que hay”.

El recibo de la luz está formado por dos grandes bloques de costes. Por un lado, el de la electricidad, fijado por el mercado a través de subastas. El precio cayó un 7% en la última celebrada el 21 de marzo. Por otra, los llamados peajes eléctricos, un cajón de sastre regulado donde caben desde la distribución o el transporte hasta las primas a las energías renovables. El Gobierno los ha elevado un 21% en esta revisión de tarifas. Los costes por este segundo concepto se elevaron en 2011 hasta los 16.800 millones. De este importe, casi 5.500 se destinaron a retribuir a las compañías por la distribución de la electricidad; en torno a 7.000 millones se fueron en primas a las energías renovables.

El yugo que atenaza al ministro es el llamado déficit de tarifa, la diferencia entre los costes reales de la electricidad y el precio regulado que pagan los consumidores, claramente inferior. Un modelo alumbrado en la anterior etapa del PP en el Gobierno para controlar la luz políticamente. Nadie se ha atrevido a ponerle coto. No obstante, el PSOE aprobó en la anterior legislatura un calendario para su progresiva eliminación. No debería haber déficit en 2013. El desfase máximo en 2012 no debería superar los 1.500 millones de euros. Una obligación legal que contrasta con la realidad. Si no se suben las tarifas de forma drástica o se reducen los peajes de acceso con determinación, el agujero se elevará en este ejercicio hasta los 5.000 millones.

El ministro anunció ayer otras medidas para afrontar el problema. Además de los 668 millones de recortes en distribución, se aprobaron otros ajustes, hasta llegar los 1.700 millones. Destaca la reducción en 84 millones los pagos por capacidad, un 10% de la cuantía que reciben las eléctricas por tener sus centrales disponibles como back-up, aunque no operen. Los otros 1.400 millones hasta los 3.147 millones pretendidos por Industria para cumplir con la justicia se logran con la subida de la luz. “Las empresa de Unesa adaptarán su estructura y sus inversiones al nuevo modelo”, deja caer la patronal. Y recuerda que de la distribución dependen 14.000 puestos de trabajo directos y 68.000 indirectos. A buen entendedor.

José Manuel Soria salió ayer de su torre de marfil. Tras semanas de hermetismo, el ministro de Industria hacía públicas sus primeras medidas de calado para atajar el déficit eléctrico. Claro que en opinión de las compañías, mejor hubiera sido que siguiera en su búnker del Paseo de la Castellana. “El enfado en la casa es mayúsculo. Han escogido la vía más fácil, dar un hachazo a la distribución y no tocar las primas a las energías renovables, que se han ido de rositas”, se asegura desde una de las eléctricas afectadas. Las empresas decidieron ayer morderse la lengua, pero sotto voce lamentaban que el Ejecutivo no se había atrevido con ACS, Acciona o Abengoa, paladines de la primada tecnología termosolar.

José Manuel Soria