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Toxo y Méndez hablan de "éxito social indiscutible" de la huelga y cifran la participación en el 77%
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FÁTIMA BÁÑEZ: "NEGOCIAREMOS HASTA LA SACIEDAD, PERO LA AGENDA REFORMISTA ES IMPARABLE"

Toxo y Méndez hablan de "éxito social indiscutible" de la huelga y cifran la participación en el 77%

Los secretarios generales de CC.OO. y UGT, Ignacio Fernández Toxo y Cándido Méndez, respectivamente, han asegurado que ayer, día 28, "tenían razón y un gran respaldo"

Los secretarios generales de CC.OO. y UGT, Ignacio Fernández Toxo y Cándido Méndez, respectivamente, han asegurado que ayer, día 28, "tenían razón y un gran respaldo" al exigir que la reforma laboral sea modificada "en profundidad", algo que, según han dicho, se ha demostrado durante la jornada de huelga de hoy y que incluso se ha acrecentado con la participación "masiva y mayoritaria" de los trabajadores en el paro general. "Esta huelga general ha sido un éxito democrático y social indiscutible", ha apuntado Méndez.

"Venía escuchando a la vicepresidenta del Gobierno decir que la huelga no ha tenido incidencia. Igual a la señora vicepresidenta le pasa como al señor Cabanillas y tiene que reconocer después que las cosas son distintas", ha manifestado Toxo en referencia a la 'guerra de cifras' que se desató en la huelga general del 20 de junio de 2002 y tras la que el Gobierno de José María Aznar acabó rectificando. Eso sí, los datos facilitados a última hora por los sindicatos rebajan la participación que habían dado por la mañana, cuando hablaban de un 85% de participación. Méndez y Toxo hablan ahora de entre el 97% de seguimiento en industria y construcción y el 57% en las administraciones públicas, con lo que el dato medio de participación alcanza el 77%.

La ministra de Empleo, Fátima Báñez, ha señalado este jueves que la jornada de huelga se está desarrollando con "absoluta normalidad" y ha destacado que se están "cumpliendo los servicios mínimos". En una comparecencia en el Congreso de los Diputados, Báñez ha indicado que "las partes troncales" de la reforma "no se van a cambiar" porque, según ha dicho, son necesarias para volver al crecimiento económico y la creación de empleo. "La agenda reformista del Gobierno es imparable", ha recalcado. Sin embargo, Empleo está dispuesto a negociar hasta la saciedad".

Respecto al seguimiento, el Ministerio del Interior asegura que el impacto del 29-M es "claramente inferior" al del paro que sufrió en 2010 el anterior Gobierno de Rodríguez Zapatero. Lo cierto es que la huelga se ha dejado sentir en la industria y grandes fábricas, en los accesos a las capitales (porque la hora punta se ha multiplicado) y ha fracasado en los servicios y los funcionarios.

La ‘hora punta’ de la huelga general ha transcurrido entre la ‘normalidad’ total para el Gobierno y las quejas de los sindicatos por la ‘excesiva’ presencia policial en las calles: “Parece el desembarco de Normandía”, se ha quejado el responsable de organización de UGT. El primer balance hecho por los sindicatos ya muestra la tradicional guerra de valoraciones: lo que para Cándido Méndez, de UGT, era una “alta participación” en la huelga este 29-M, para el Gobierno era “normalidad y ausencia de incidentes”.

Los sindicatos, en su primera comperecencia ante los medios, habían cifrado en un 85% el seguimiento entre los trabajadores asalariados, lo que ha calificado de dato "positivo". "Por mucho que el PP y el Gobierno se tapen los ojos, la huelga general ha sido un éxito", han declarado. han indicado que faltan por incluir en estos datos, que aún están concretándose, los sectores de comercio, sanidad y enseñanza, que podrían rebajar estas cifras hasta el 75% ó el 76%, como al final ha sucedido. Toxo y Méndez han reconocido que a su llamamiento han acudido más gente que a las convocatorias de 2010, con el Gobierno de Zapatero, y 2002, durante la legislatura de José María Aznar.

Lo cierto es que el paro se ha dejado sentir en la industria y los accesos a las grandes ciudades, donde la hora punta y los atascos se han prolongado por la multiplicación del uso del vehículo privado por temor a un mal funcionamiento del transporte, mientras que en el interior de la mayoría de capitales la vida ha transcurrido con relativa normalidad. A las diez de la mañana, los detenidos superaban por poco el medio centenar.

Para el Gobierno, en su segunda comparecencia del día para hacer balance provisional de la jornada, la ‘normalidad’ era la nota dominante, con incidentes menores. En Madrid, Interior aseguraba que la situación en los transportes era “prácticamente la misma” que en un día normal y a las 9 de la mañana se abrían colegios y centros comerciales. Los últimos datos del sector del taxi aseguran que el seguimiento ha sido mínimo: un 3%.

En la capital, la presencia policial se ha multiplicado a la hora de la apertura de los centros de El Corte Inglés, sobre todo en la zona comercial de Preciados, para evitar la acción de los piquetes. El despliegue de medios de Interior ha sido una de las quejas de los sindicatos. El secretario de Organización y Comunicación de UGT, José Javier Cubillo, ha llegado a afirmar que “parece el desembarco de Normandía", en declaraciones a la SER, para asegurar que el despliegue realizado por el Gobierno es desproporcionado "porque no hay una situación de violencia, precisamente".

No sabemos hasta dónde quiere llegar el Gobierno y por qué razón hay esta presencia tan desproporcionada de Policía", ha manifestado, al tiempo que ha destacado que de momento no se han producido incidentes serios más allá de los que ha informado el Ejecutivo.

La normalidad era también la nota dominante entre los funcionarios, cuyo sindicato mayoritario, CSIF, anunció que no se sumaba a la huelga general. En Madrid, los ministerios registraban una baja incidencia del paro y se trabajaba “a un ritmo normal”.

Triunfo en la industria a primera hora

Si el éxito o el fracaso de una huelga se mide por la capacidad de los convocantes para paralizar la actividad de un país, es evidente que durante las primeras horas de la noche, hasta el amanecer, su efecto ha sido muy limitado. Incluso irrelevante. No podía ser de otra manera. Sobre todo cuando previamente se habían pactado buena parte de los servicios mínimos en casi todas las comunidades autónomas.

Hoy se han cancelado 488 vuelos, mientras que 600 trenes no han salido de los andenes. Las basuras, en muchas grandes ciudades, se han quedado sin recoger. Y el transporte público -incluidos los trenes de cercanías- circulará hoy a medio gas.

Pero si se mide la huelga por su impacto sobre la vida cotidiana, habría que señalar que únicamente los vistosos piquetes -banderas rojas, octavillas, pegatinas y toda suerte de silbatos y carracas que acompañan a las huelgas generales- han alterado la paz de la noche en las grandes ciudades. La vida siguió igual, salvo en las zonas céntricas. Sólo se produjeron incidentes (incluidas algunas detenciones por desórdenes públicos) provocados por piquetes que querían imponer una especie de ley seca de 24 horas. No lo consiguieron. En muchos casos, los propietarios echaron el cierre y una vez que pasó la marabunta, todo volvió a su cauce. Los clientes siguieron ingiriendo con toda normalidad.

También la nutrida presencia policial, colocada con efectos disuasorios en lugares estratégicos, alteraba un tanto la monotonía y hasta la rutina de la noche. Y, por supuesto, la alteraba lo inusual que es comprobar el apagón en algunas televisiones públicas autonómicas: Telemadrid, Canal Nou o Canal Sur, donde se ha recuperado por un día la vieja carta de ajuste. Pero sin el impacto del célebre fundido en negro de TVE en el 14-D.

Si el seguimiento de la huelga se mide, por el contrario, por lo que ha sucedido en los grandes tajos -donde la sindicalización es más elevada-, es evidente que el paro ha tenido mayor relevancia. En particular, en la gran industria con tres turnos de trabajo, principalmente el automóvil.

La prueba del nueve

La activa presencia de piquetes ha ayudado, sin duda, de manera importante. Sobre todo en los mercados mayoristas que abastecen a la población y que, como ya es tradicional, se convierten durante cada huelga general en la prueba del nueve del pulso sindical. Sindicatos y policías ya saben a dónde tienen que ir nada más empezar la huelga. En especial a las centrales de abastos de Madrid, Barcelona y Sevilla, donde se produjeron algunos pequeños incidentes a la entrada de camiones. También las cocheras de autobuses pararon, como las instalaciones de mantenimiento del metro, aunque no en su totalidad.

Pero si hay una medición objetiva sobre el seguimiento de la huelga, hay que mirar al consumo de energía eléctrica, que refleja el grado de utilización de la capacidad productiva. Y lo que dice Red Eléctrica –la compañía de transporte del sistema- es que a las 0:50 minutos de la madrugada de hoy, la demanda real de electricidad se situaba en 23.274 megavatios. Esto supone un descenso del 9,2% respecto de la curva de demanda prevista para esa hora por los técnicos de Red Eléctrica.

Mucho menos consumo de energía

¿Mucho o poco? Los últimos datos con los que comparar son los de la huelga del 29 de septiembre de 2010, también convocada contra una reforma laboral. Y, por entonces, y a la misma hora, el descenso del consumo eléctrico respecto del previsto era del 5%, casi la mitad que ahora, lo que indicaría, en principio, un mayor seguimiento en los grandes centros industriales consumidores de energía eléctrica.

Minutos más tarde, a la 1:40 horas, el consumo había bajado ya hasta los 21.438 megavatios, lo que supone un 10,8% menos que la demanda que se hubiera producido de no haber mediado la huelga. A las 2:40 horas de la madrugada, la diferencia entre lo estimado y lo real era ya del 12,6%. A las 04.50 horas, la demanda había descendido un 18,5% respecto a los niveles registrados el pasado jueves a la misma hora. A primera hora de la mañana, el consumo eléctrico ya era un 25% menor.

Los datos son inapelables. Pero esto no significa, en ningún caso, que puedan extrapolarse al resto de actividades productivas. Sólo hay que tener en cuenta que el número de ocupados en la industria se situaba al finalizar el año pasado en 2,5 millones, lo que representa apenas la sexta parte de los 14,82 millones de asalariados -sector público y privado- que estaban llamados a la huelga por UGT y CCOO. Aunque con matices. Del conjunto de trabajadores por cuenta ajena, nada menos que 3,70 millones de empleados tienen contrato temporal, cuyas condiciones de trabajo son más complicadas para hacer huelga en un contexto como el actual: 5,2 millones de parados.

Los secretarios generales de CC.OO. y UGT, Ignacio Fernández Toxo y Cándido Méndez, respectivamente, han asegurado que ayer, día 28, "tenían razón y un gran respaldo" al exigir que la reforma laboral sea modificada "en profundidad", algo que, según han dicho, se ha demostrado durante la jornada de huelga de hoy y que incluso se ha acrecentado con la participación "masiva y mayoritaria" de los trabajadores en el paro general. "Esta huelga general ha sido un éxito democrático y social indiscutible", ha apuntado Méndez.