La Caixa desembarca en las sedes de Banca Cívica para estudiar su compra

Setenta y dos horas a destajo. CaixaBank, el banco controlado por La Caixa, ha trabajado contrarreloj desde el pasado jueves hasta el mismo domingo para estudiarse las cuentas de Banca Cívica. Según han confirmado a este diario fuentes financieras conocedoras del proceso, la entidad catalana ha desplazado físicamente a distintos equipos de auditores a cada una de las sedes para evaluar in situ el estado de los balances de las cuatro cajas integrantes del banco cotizado, que no ha informado a la CNMV de ningún proceso de negociación.

El responsable de Banca Cívica en atender las solicitudes informativas de La Caixa durante estos tres días de trabajo intensivo ha sido Víctor Sánchez Noguera, el director general de riesgos (CRO), que ha participado en los grupos de trabajo. La operativa ha estado supervisada por parte de Antonio Pulido (Cajasol) y Enrique Goñi (Caja Navarra), los dos copresidentes del ahora banco cotizado, que informaron ayer lunes al resto de la alta dirección de las negociaciones, una información que sin embargo han negado desde la entidad.

El grupo financiero presidido por Isidro Fainé ha realizado esta inmersión en los números de Caja Navarra, Caja Canarias, Caja Burgos y Cajasol con vistas a una posible operación en los próximos meses. El mismo trabajo también ha sido llevado a cabo con otras entidades bajo interés de CaixaBank, decidida a jugar un papel relevante en la nueva oleada de fusiones del sector bancario que pretende impulsar el Gobierno para reestructurar el sector y conseguir que vuelva a fluir el crédito en el sistema.

Fuentes cercanas a CaixaBank advierten que no hay ninguna decisión tomada respecto a Banca Cívica y reconocen que también está analizando en paralelo otras dos alternativas para una posible integración en su grupo financiero. Una de esas operaciones bien podría ser Novagalicia, la entidad gallega fruto de la fusión entre Caixa Galicia y Novacaixa, que como Banca Cívica necesita cubrir unas exigencia de capital muy importantes, en su caso de algo más de 1.000 millones de euros antes de otoño.

Hasta el momento, La Caixa sólo ha ejecutado dos pequeñas absorciones en el sector financiero. En mayo de 2010 se hizo cargo de Caixa Girona, con activos por valor de 7.800 millones, mientras que la segunda tuvo lugar en septiembre del 2011, fecha en la que se hizo con Bankpyme, con activos sólo por valor de 500 millones. En ambos casos, por su pequeño volumen, las absorciones se realizaron sin ayudas públicas y ocurrieron todavía bajo el anterior gobierno, antes de que Luis de Guindos llegara a la cartera del Ministerio de Economía.

En caso de sustanciarse el interés por Banca Cívica, esta operación sería mucho mayor que las anteriores, dado que el grupo financiero liderado por Cajasol y Caja Navarra representa un balance de 70.000 millones de euros activos, con unos beneficios de 183 millones de euros al cierre de 2011. A pesar de su tamaño, la entidad ha reconocido que podría tener problemas este año para hacer frente a las nuevas exigencias de saneamiento del Gobierno, lo que la convierte en candidato para una operación corporativa.

Kutxa también está interesada

Sin embargo, La Caixa no es la única que ha mostrado interés por Banca Cívica como futura pareja de baile en las fusiones financieras. KutxaBank, fruto de la unión de las tres cajas vascas, también ha trasladado al Ministerio de Economía y al Banco de España su disposición a quedarse con Banca Cívica para una posible integración, dado su excedente de capital. Esta opción, sin embargo, cuenta con la negativa del Gobierno de Navarra, con su presidenta, Yolanda Barcina (UPN), a ser absorbidos por la gran caja vasca.

Por su parte, el interés de La Caixa por hacerse con Banca Cívica o Novagalicia se ha visto reactivado después de que los sondeos preliminares realizados con Rodrigo Rato para participar en una integración con Bankia quedaran aparcados a las primeras de cambio, según explican fuentes financieras. Por este motivo, desde principios de año Banca Cívica se ha convertido en un plan B sobre la mesa de Isidre Fainé. En las filas de Caja Navarra y Cajasol, mientras tanto, algunos consejeros ya dan por cerrado el acuerdo.