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El dueño de medio Manhattan busca revancha ante Amancio Ortega
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TISHMAN SPEYER, PROPIETARIO DEL ROCKEFELLER CENTER, PUJÓ POR TORRE PICASSO

El dueño de medio Manhattan busca revancha ante Amancio Ortega

Lo tuvo en la palma de las manos. Torre Picasso estuvo a punto de ser propiedad de uno de los fondos de inversión inmobiliaria más exclusivos

Foto: El dueño de medio Manhattan busca revancha ante Amancio Ortega
El dueño de medio Manhattan busca revancha ante Amancio Ortega

Lo tuvo en la palma de las manos. Torre Picasso estuvo a punto de ser propiedad de uno de los fondos de inversión inmobiliaria más exclusivos del sector. Ofreció incluso la misma cantidad que Amancio Ortega, la friolera de 400 millones de euros. Sin embargo, la capacidad financiera del empresario gallego, dueño de Inditex, que pagó en efectivo, sin necesidad de financiación, fue inalcanzable para la firma estadounidense Tishman Speyer.

El derrotado no es un inversor cualquiera. Tishman Speyer pasa por ser uno de los principales propietarios de inmuebles de Manhattan, uno de las plazas más cotizadas del mundo. El fondo estadounidense tiene entre sus activos de la Gran Manzana rascacielos como los de Chrysler, CitySpire o Met Life, o complejos comerciales como el Rockefeller Center, su buque insignia y sede de su cuartel general, uno de los edificios más singulares de todo Nueva York.

Al final, después de parecer el candidato ideal, Amancio Ortega frustró la vuelta a España por la puerta grande de la firma estadounidense. Durante bastantes años, Tishman Speyer tuvo oficina abierta en nuestro país. Hablamos de finales de los 90, una vez superada la última gran crisis, cuando el mercado inmobiliario español pasó a convertirse en un destino con grandes expectativas de negocio y había barra libre de financiación para grandes desarrollos.

En esa época, Tishman Speyer probó suerte en España como promotor de un distinguido parque empresarial de 56.000 metros cuadrados en Las Rozas, en la zona noroeste de Madrid. Entonces, la capital era un hervidero de proyectos terciarios en cualquiera de sus puntos cardinales: La Finca, Valdebebas, Las Tablas, Fuencarral, Campo de las Naciones, Sanchinarro… La época de boom que trajo más de 200.000 metros cuadrados de oficinas al mercado.

A pesar de la actual situación del mercado inmobiliario español, deprimido y estrangulado por la falta de financiación, el fondo estadounidense fundado por Robert Tishman consideró la oportunidad de hacerse con Torre Picasso. Habría sido, en cualquier caso, una nota de color dentro de su cartera de activos, que se reparte por los mercados de EEUU, China, Brasil, India y varios países europeos como Reino Unido, Alemania, Italia, Bélgica y Francia.

Las negociaciones para la compra de Torre Picasso arrancaron el pasado verano de 2011. Entonces, la consultora Aguirre Newman realizó un sondeo selectivo entre potenciales inversores después de la pertinente retasación del rascacielos propiedad de FCC. La necesidad de la constructora por rebajar sus niveles de deuda había hecho inevitable que decidiera desprenderse de su activo inmobiliario más significativo. Arrancaba la operación del año.

En principio, los coordinadores de la venta, en la que participó BBVA, banco acreedor de Esther Koplowitz, contemplaron siempre la opción de grandes fondos internacionales como potenciales candidatos. El proceso, sin embargo, fue restringido, con la intención de que no trascendiera al mercado que Torre Picasso estaba en venta, sobre todo para evitar que al conocerse la necesidad del vendedor se desatara una guerra de precios a la baja.

A pesar del secretismo de la operación, algunos intermediarios trataron de acceder a la información del proceso sin ningún éxito. Tanto BBVA como Aguirre Newman habían identificado al potencial comprador, al que concedieron prioridad. Sin embargo, las dificultades de ajustar la financiación a las rentabilidades requeridas para una operación de 400 millones dieron al traste con su oferta. Fue entonces cuando Amancio Ortega llegó, vio y compró.

Lo tuvo en la palma de las manos. Torre Picasso estuvo a punto de ser propiedad de uno de los fondos de inversión inmobiliaria más exclusivos del sector. Ofreció incluso la misma cantidad que Amancio Ortega, la friolera de 400 millones de euros. Sin embargo, la capacidad financiera del empresario gallego, dueño de Inditex, que pagó en efectivo, sin necesidad de financiación, fue inalcanzable para la firma estadounidense Tishman Speyer.

Amancio Ortega