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Dermoestética, zombie en bolsa: la sicav de su dueño ya ‘vale’ el doble
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CAE UN 93% DESDE LA SALIDA A BOLSA

Dermoestética, zombie en bolsa: la sicav de su dueño ya ‘vale’ el doble

El Súver y el Centium tienen 40 y 42 metros de eslora, respectivamente, y son el cuarto  y el sexto yate de recreo más grandes del

Foto: Dermoestética, zombie en bolsa: la sicav de su dueño ya ‘vale’ el doble
Dermoestética, zombie en bolsa: la sicav de su dueño ya ‘vale’ el doble

El Súver y el Centium tienen 40 y 42 metros de eslora, respectivamente, y son el cuarto  y el sexto yate de recreo más grandes del país. Directa o indirectamente son propiedad de José María Suescun, una de las mayores fortunas de la Comunidad Valenciana y a la sazón presidente y accionista mayoritario de Corporación Dermoestética. Pero a diferencia de los imponentes barcos atracados en el Club Náutico de Valencia, el mayor grupo español de cirugía estética de España navega a la deriva en bolsa.

La foto fija de la compañía es desoladora: ayer cerró en bolsa en los 0,58 euros, un 93,6% por debajo del precio al que debutó en el parqué en julio de 2005 valorada en 363 millones de euros. El resultado es que el valor de mercado del grupo se ha desplomado hasta los 11,7 millones de euros tras completar seis ejercicios consecutivos de números rojos en bolsa. Un pleno bajista con muy pocos precedentes.

Aunque Dermoestética vendió en 2008 su joya de la corona -la británica Ultralase- y repartió una jugosa paga entre los accionistas, la trayectoria bursátil del valor no puede ser más decepcionante. A  la caída en bolsa -que en el recién estrenado año alcanza ya el 5% que se suma al 53% que ya se dejó el ejercicio pasado- se une la pérdida de accionistas de referencia. El año pasado dejaron el capital los que por entonces eran el segundo y el tercer accionista: Banco de Valencia y el fondo QMC.

Su salida ha reforzado más aún el control accionarial de Suescun, cuyo poder omnímodo –ejerce también como consejero delegado- en la compañía acaba de provocar una nueva crisis en la cúpula del grupo en un momento muy delicado, durante la negociación de un expediente de regulación de empleo (ERE) que intenta paliar el azote de la crisis y la caída del consumo que se traducen en que  Dermoestética perdió 4,8 millones al cierre del tercer trimestre del año.

A finales del mes de diciembre, dejó el cargo de director general David Jiménez. Es el cuarto en los siete años de andadura bursátil de Dermoestética en bolsa. Sólo un año después del debut, dejaban el grupo los dos hombres que prepararon el grupo para su salto al parqué, Jorge Aracil y el consejero delegado Jorge Merladet. Desde entonces el trasiego de directivos ha sido constante.

Mientras Dermoestética se hunde sin remedio en bolsa, la sicav de José María Suescun sortea mucho mejor los vaivenes del mercado. Según el informe del tercer trimestre de 2011, su vehículo Inversiones Siena cuenta con un patrimonio de 21,7 millones de euros, casi el doble del valor bursátil de Dermoestética. Mientras esta se ha desplomado un 83% desde que terminó 2008, desde esta misma fecha el patrimonio de su sicav ha crecido ligeramente después de obtener rentabilidades positivas en 2009 y 2010.

La cartera de Inversiones Siena –que esta gestionada por Nordkapp, cuyo dueño es el Banco de Valencia- está muy diversificada y muy equilibrada entre los distintos activos. Algo más de un 20% está invertido en depósitos de entidades financieras españolas, otra quinta parte se reparte entre renta fija nacional y extranjera y otro  tanto es renta variable dentro y fuera de España. La aportación más importante es la de los fondos de inversión extranjeros, donde están colocados 6,5 millones de euros.

Mundos paralelos y al mismo tiempo absolutamente divergentes son los de la empresa y la sicav de un Suescun incapaz de detener la hemorragia de Dermoestética en bolsa. Su gran barco hace aguas en bolsa convertido en un chicharro y, hasta la fecha, con una nula capacidad de reacción.                     

El Súver y el Centium tienen 40 y 42 metros de eslora, respectivamente, y son el cuarto  y el sexto yate de recreo más grandes del país. Directa o indirectamente son propiedad de José María Suescun, una de las mayores fortunas de la Comunidad Valenciana y a la sazón presidente y accionista mayoritario de Corporación Dermoestética. Pero a diferencia de los imponentes barcos atracados en el Club Náutico de Valencia, el mayor grupo español de cirugía estética de España navega a la deriva en bolsa.