Las grandes cadenas de moda recurren a 'promociones especiales' como las de rebajas

Las Rebajas ya no esperan para después de Reyes. Los descuentos de hasta el 50% no son ya exclusivos del mes de enero, como venía siendo tradicional hasta que la crisis empezó a notarse de manera sustancial en los bolsillo de los españoles. El pasado mes de noviembre, muchas de las principales cadenas de la industria textil, uno de los dos sectores más afectados por el descenso del consumo junto al del ocio y del entretenimiento, han recurrido al gancho de las promociones especiales para estimular el consumo.

Propio de la cultura comercial de Estados Unidos, las rebajas de mitad de temporada ha sido un formato habitual en firmas como Cortefiel, que durante el mes de noviembre siempre saca promociones para sus clientes que luego amplia al público, un modelo que instauró Gonzalo Hinojosa. Sin embargo, este año, la histórica cadena de moda ha recurrido a una agresiva campaña comercial. Sus escaparates lucen desde hace varias semanas una cartelería con descuentos de hasta un 50%, el cebo asociado históricamente al fenómeno de las Rebajas.  

El resto de competidores también han recurrido a las promociones especiales para estimular el consumo. La primera resistencia a vencer es conseguir que el cliente entre en la tienda. En el caso de El Corte Inglés, el gigante de la distribución ha utilizado sus campañas de los 8 Días de Oro y la Semana Fantástica, además de realizar eventos especiales, para ocupar todo noviembre con algún tipo de promoción. Lo habitual en estos casos es ofrecer ganchos de 2x1 o descuentos por la compra de la segunda unidad y mantener el margen en el resto.

Incluso un referente como Inditex, reacio y poco proactivo en técnicas comerciales ajenas a los estándares clásicos, ha ido incorporando también este mes de noviembre el recurso de las promos para no perder el paso rápido que marcan sus competidores. Como todos, el gigante gallego, propietario de marcas como Zara, Bershka, Stradivarius o Massimo Dutti, ha notado en los últimos ejercicios la contracción del consumo en España, donde ha conseguido mantener registros a pesar de contar con más metros cuadrados.

Tampoco las firmas de moda más segmentadas se han resistido a esta dinámica comercial, como es el caso de Adolfo Domínguez o Caramelo. Ni siquiera las marcas de gama más alta han dejado de lado estos cebos para mantener activos a los clientes con más poder adquisitivo. El verdadero motor de atracción es el descuento en el precio, como explican desde el departamento de marketing de una multinacional española. “Y cuanto más valor percibido tiene tu marca, más atractivo resulta el descuento”.

Este año, para abundar sobre los efectos de la crisis, el buen tiempo ha retrasado la llegada del verdadero temporada de invierno hasta prácticamente la última semana de noviembre. Este factor, como reconocen desde las principales compañías, ha obligado a tomar medidas comerciales más imaginativas para estimular las ventas. Y en todos los casos, las cadenas de moda han tenido que despertar el apetito consumista de los clientes, que sólo ven estimulante gastar más si hay promociones, como recoge un reciente estudio de Deloitte.

El fenómeno de las Rebajas, tanto en invierno como en verano, es cada vez menos relevante. El formato de descuento de precios se estira cada vez más durante las temporadas regulares. La campaña de Rebajas dura ahora poco más de dos semanas, mientras que antes era todo un mes y le seguía otro periodo de liquidación. “Cada vez llega menos stock a las rebajas, pero no porque las promociones drenen producto, sino porque se ajustan más la fabricación”, explican desde una cadena de ropa masculina. Con la crisis, el descuento es anual.