Es noticia
Merkel recula para que los países con problemas coloquen 20.000 millones esta semana
  1. Economía
LOS MERCADOS REACCIONAN CON FUERTES SUBIDAS

Merkel recula para que los países con problemas coloquen 20.000 millones esta semana

No va más. La ruleta de la Eurozona no da mucho más de sí y las subastas de deuda por valor de 20.000 millones que se

No va más. La ruleta de la Eurozona no da mucho más de sí y las subastas de deuda por valor de 20.000 millones que se celebran esta semana amenazan con llevarse por delante la escasa credibilidad que le queda al Viejo Continente. En un mar de rumores, Merkel y Sarkozy han lanzado el mensaje de que el Banco Central Europeo (BCE) podría comprar deuda a gran escala a cambio de una gran integración fiscal de los 27 que supondría la cesión de una gran parte de la soberanía de los más débiles.

Europa es un hervidero. El Fondo Monetario Internacional (FMI) ha tenido que desmentir esta mañana que esté en marcha una ayuda de 600.000 millones de euros a Italia y fuentes del Gobierno alemán han negado la información de un diario germano que asegura que hay planes para emitir un bono conjunto de los países de la Eurozona con triple A. Es decir, para crear una Europa de dos velocidades.

En este escenario, los inversores han decidido agarrarse a los globos sonda que Alemania y Francia lanzaron este domingo para tranquilizar a unos mercados en una situación de absoluta debilidad. Berlín y París han anunciado que negocian un gran pacto para la integración fiscal de Europa cuya consecución abriría de par en par la espita de las compras del BCE para adquirir bonos de los países en peligro.

El mensaje intenta allanar el camino de los países periféricos tras el fracaso, la semana pasada, de la emisión de bonos a 10 años en Alemania y la subida hasta niveles insostenibles de los tipos de la deuda pública en Italia. Esta semana será aún más dura. La Vieja Europa tiene que colocar deuda por valor de 20.000 millones de euros.

Italia, Bélgica, España y Francia volverán a apelar a los inversores mientras se juega el futuro de Europa. A pesar del gesto de Merkel y Sarkozy, no hay una sola decisión firme. Sólo se conocen las líneas maestras de un plan que pasa por reformar el Pacto de Estabilidad de forma bilateral. Es decir, activando los mecanismos que evitan que los cambios legislativos en los Tratados de la UE deban ser aprobados por cada país.

El objetivo es ganar tiempo y que las claves del nuevo escenario puedan ser presentadas en la cumbre del 9 de diciembre. Si las reformas salen adelante, el BCE podría comprar bonos de forma masiva para salvar la desesperada situación de los países periféricos.

Aviso de Moody's

No obstante, las incertidumbres siguen siendo enormes. El acuerdo entre Alemania y Francia podría suponer que países como Italia o España, la tercera y cuarta economías de la zona euro, respectivamente, fueran relegadas a una segunda división europea, lo que podría provocar una nueva brecha en la UE.  Es exactamente lo que la agencia de calificación Moody’s ha expuesto esta misma mañana de forma contundente: “La zona euro se acerca a una encrucijada: liderar una nueva integración o fragmentarse más”.

De momento, los mercados están a la expectativa. Las primas de riesgo de España e Italia bajan con claridad en las primeras horas de la semana y las bolsas reaccionan con fuertes subidas que en el caso del Ibex alcanzan el 3% desde niveles muy cercanos a los mínimos del año. De momento, toca esperar a la espera de la prueba de fuego de hoy: Italia, Bélgica –a la que S&P rebajó el viernes su rating a largo plazo- y Francia colocan hoy bonos y letras.

No va más. La ruleta de la Eurozona no da mucho más de sí y las subastas de deuda por valor de 20.000 millones que se celebran esta semana amenazan con llevarse por delante la escasa credibilidad que le queda al Viejo Continente. En un mar de rumores, Merkel y Sarkozy han lanzado el mensaje de que el Banco Central Europeo (BCE) podría comprar deuda a gran escala a cambio de una gran integración fiscal de los 27 que supondría la cesión de una gran parte de la soberanía de los más débiles.