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El número dos de Blesa abandona Bankia ante la desconfianza del presidente
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MATÍAS AMAT SE PREJUBILA A LOS 58 AÑOS

El número dos de Blesa abandona Bankia ante la desconfianza del presidente

La esperada renovación de la cúpula de Bankia, anunciada por El Confidencial en julio, ha comenzado. La primera 'víctima' será Matías Amat, uno de los dos

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El número dos de Blesa abandona Bankia ante la desconfianza del presidente

La esperada renovación de la cúpula de Bankia, anunciada por El Confidencial en julio, ha comenzado. La primera 'víctima' será Matías Amat, uno de los dos directores generales de Caja Madrid en la época de Miguel Blesa, que se sumará a las prejubilaciones del mayor banco de cajas español y abandonará la entidad con 58 años, según fuentes no oficiales de la entidad conocedoras de la situación. Aunque oficialmente se presentará como una salida voluntaria, lo cierto es que Amat había perdido la confianza de Rodrigo Rato, que le había relegado a unas funciones cada vez menos relevantes.

Cuando llegó Rato a la presidencia de Caja Madrid, se esperaba una revolución en los cargos directivos, pero el ex vicepresidente del Gobierno prefirió aplazar estos cambios para centrarse en la fusión con Bancaja y otras cinco cajas, necesaria para salvar a la entidad madrileña de la delicadísima situación en que se encontraba, y después en la segregación del 'banco malo' y en la salida a bolsa para cumplir los requisitos de capital. Una vez conseguidos estos objetivos, llega el momento de meter la tijera en la cúpula y de centrarse en el negocio, muy tocado por el cierre de los mercados, el desplome de márgenes general del sector y la necesidad de seguir provisionando las pérdidas en el ladrillo.

A pesar de este aplazamiento, Rato no tenía ninguna confianza en la vieja guardia de Blesa, que fue relegada a cargos cada vez menos significativos. Su sentencia definitiva fue el fichaje de Francisco Verdú en junio, procedente de Banca March, como consejero delegado. En el caso de Amat, había pasado de ser director general de Caja Madrid a estar bajo las órdenes de José Luis Olivas, presidente de Bancaja, en la dirección de participadas. Con la segregación de los peores activos en BFA, Amat fue excluido de Bankia -salió del comité de dirección- y nombrado director general del 'banco malo', un puesto con nula visibilidad y con un trabajo muy duro y poco agradecido. Así que ha preferido marcharse. Un portavoz de la entidad declinço hacer comentarios.

No obstante, Amat no es el primer defenestrado por Rato en esta 'limpieza'. Ese honor le cabe a Federico Navarro, que fue sustituido como responsable de recursos humanos de Bankia por Juan Chozas, secretario general de Empleo cuando Rato era ministro de Economía. Aunque oficialmente está "apoyando" en recursos humanos, lo cierto es que aún está en espera de destino y se da por descontada su salida del grupo.

Un caso muy llamativo dentro de este proceso es el de Juan José Linares, el número uno de Caja Madrid Bolsa, que tuvo que aguantar que Rato le pusiera por encima a un director general, Ignacio Renart, con lo que decidió abandonar el barco... pero fue rescatado por el presidente con motivo de la salida a bolsa porque necesitaba a alguien experimentado para 'cuidar' el valor. Algo parecido les sucedió al director general de Altae (el banco privado de Caja Madrid), José Manuel Dabrio, y al de Bancaja Fondos, Octavio Sánchez, al que se hebía prometido la dirección de banca privada de Bankia. Ambos se quedaron sin funciones con el nombramiento de Gustavo Rivero para el puesto. Sánchez ha sido rescatado como director de la división de negocio del broker, mientras que el segundo sigue sin funciones actualmente.

Ildefonso Sánchez Barcoj, en el punto de mira

Tras la inminente prejubilación de Amat, la atención se centrará en el otro número dos de Blesa, Ildefonso Sánchez Barcoj, también relegado desde la dirección general de Caja Madrid a las áreas financiera y de riesgos, mientras que el grueso de sus competencias anteriores han pasado al director general de negocio, Aurelio Izquierdo, procedente de Bancaja. Asimismo, ha perdido sus tradicionales funciones de representación (Sánchez Barcoj presentaba los resultados de Caja Madrid a la prensa y representaba a la entidad en foros y congresos del sector) en favor de Verdú.

En este contexto se debe interpretar el ascenso de José Manuel Fernández Norniella, uno de los poquísimos hombres en que confía Rato, junto al secretario general de la entidad, Miguel Crespo. Norniella fue nombrado el viernes adjunto a la presidencia, según informaba ayer Cinco Días, un cargo ad hoc sin funciones ni sueldo, y que sólo sirve para visualizar el poder del amigo del presidente. Además, el expresidente de las Cámaras de Comercio es vicepresidente de Caja Madrid y consejero ejecutivo de Bankia.

La esperada renovación de la cúpula de Bankia, anunciada por El Confidencial en julio, ha comenzado. La primera 'víctima' será Matías Amat, uno de los dos directores generales de Caja Madrid en la época de Miguel Blesa, que se sumará a las prejubilaciones del mayor banco de cajas español y abandonará la entidad con 58 años, según fuentes no oficiales de la entidad conocedoras de la situación. Aunque oficialmente se presentará como una salida voluntaria, lo cierto es que Amat había perdido la confianza de Rodrigo Rato, que le había relegado a unas funciones cada vez menos relevantes.