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Las pérdidas afloradas en CAM cuestionan la fiabilidad de las cuentas del sector financiero
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PIERDE 1.100 MILLONES HASTA JUNIO TRAS GANAR 39,8 EN MARZO

Las pérdidas afloradas en CAM cuestionan la fiabilidad de las cuentas del sector financiero

Los interventores de Caja de Ahorros del Mediterráneo afloraron ayer unas pérdidas de 1.136 millones en el primer semestre, cuando la entidad aseguraba que tenía un beneficio

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Las pérdidas afloradas en CAM cuestionan la fiabilidad de las cuentas del sector financiero

Los interventores de Caja de Ahorros del Mediterráneo afloraron ayer unas pérdidas de 1.136 millones en el primer semestre, cuando la entidad aseguraba que tenía un beneficio de 39,8 millones hasta marzo. Lo mismo ocurre con la morosidad, que alcanza el 19% frente al 8,5% publicado en el primer trimestre. Esta enorme discrepancia cuestiona la fiabilidad de las cuentas del resto de la banca española ante los inversores, puesto que da pie a todo tipo de sospechas sobre posibles pérdidas ocultas en otras entidades. Justo lo contrario de lo que necesita un sector en pleno derrumbe en los mercados.

"Si esta caja tenía 1.000 millones de pérdidas ocultas y por eso hubo que intervenirla, ¿por qué se le permitió que diera beneficios hasta que la intervinieron? ¿Y cuántas más no habrá con unas pérdidas ocultas similares a las que se les permite dar beneficios artificiales, empezando por las que están peor y necesitan más dinero del FROB", plantea un gestor especializado en el sector financiero.

Y lo peor es que esos mil millones no son más que el principio, puesto que las entidades que examinaron la CAM en la subasta organizada por Nomura estiman que la pérdida no provisionada supera los 3.000 millones, lo que elevará el coste del rescate para el erario público a cerca de 6.000 millones.

Las pérdidas semestrales se deben a que el Banco de España le ha obligado ahora a asumir pérdidas por morosidad por importe de 1.147 millones, más otros 112 millones en provisiones y 424 millones más en deterioro del valor de las participadas y los ladrillos adjudicados. Una vez restados los ingresos, que sufren un fuerte desplome no concretado por la entidad, y un crédito fiscal de 543 millones, la pérdida final se queda en los 1.136 citados.

La gran pregunta, por tanto, es por qué no se le exigió antes asumir estas pérdidas. Como ha desvelado El Confidencial, el Banco de España inspeccionó la CAM en diciembre, con lo que se supone que estaba al tanto de su situación, pero no hizo nada al respecto. Por ello, cabe cuestionar si fue una actuación excepcional o si ha aplicado el mismo criterio en otras entidades. De hecho, ninguna de las tres entidades intervenidas en lo que llevamos de crisis -CCM, CajaSur y CAM- registró pérdidas antes de su intervención, aunque después sí reconocieron enormes quebrantos.

Si volvemos la oración por pasiva, la cuestión sería, si todas las entidades (cajas pero también bancos) tuvieran que provisionar su morosidad y sus adjudicados con el mismo rigor que ha aplicado ahora la CAM, cuántas de ellas estarían en pérdidas y, en consecuencia, con insuficiencia de capital.

Estos temores y dudas se agravan con la cifra de morosidad de la entidad, que se dispara al 19% frente al 8,5% reconocido en marzo. Es decir, que más de 10 puntos de mora habían sido silenciados con la aquiescencia del supervisor que gobierna Miguel Ángel Fernández Ordóñez. Y si la morosidad general es de ese calibre, da miedo pensar cuál será la morosidad de los promotores. De nuevo, la cuestión es si es la única entidad en la que ocurre esto y, por elevación, cuál es la morosidad real del sistema en su conjunto. Recuerden que las agencias de rating y numerosos analistas consideran que la morosidad real es muy superior a la declarada, una teoría que abonan las cuentas de la CAM.

El capital se desploma y depende de los créditos fiscales

Aunque quizá lo más preocupante sea la situación de solvencia de la entidad intervenida. En marzo, su ex directora general, Dolores Amorós, declaraba una ratio de solvencia total (que incluye todo el capital, no sólo el core) del 8,54%; al cierre de junio, una vez asumidas estas pérdidas, la cifra se desploma al 4,8%. Dentro de esos fondos propios se incluyen activos fiscales diferidos -créditos fiscales con Hacienda- por valor de 2.206 millones (los test de estrés los cifraban en 1.070 millones al cierre de 2010).

Pero el auditor de la caja, KPMG, que considera que estas cuentas no diferirán sustancialmente de las definitivas, ha anunciado que "su informe contendrá previsiblemente una limitación al alcance en relación con la recuperabilidad de los activos fiscales de la CAM". Sin esos créditos, el capital de la entidad se reduce a 540 millones, y la inyección de dinero público tendrá que ser mucho mayor que los 2.800 millones calculados inicialmente por el Banco de España.

Los interventores de Caja de Ahorros del Mediterráneo afloraron ayer unas pérdidas de 1.136 millones en el primer semestre, cuando la entidad aseguraba que tenía un beneficio de 39,8 millones hasta marzo. Lo mismo ocurre con la morosidad, que alcanza el 19% frente al 8,5% publicado en el primer trimestre. Esta enorme discrepancia cuestiona la fiabilidad de las cuentas del resto de la banca española ante los inversores, puesto que da pie a todo tipo de sospechas sobre posibles pérdidas ocultas en otras entidades. Justo lo contrario de lo que necesita un sector en pleno derrumbe en los mercados.