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Trichet da un giro de timón a su política monetaria para evitar una segunda recesión
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BAJARÁ TIPOS DE INTERÉS EN OCTUBRE

Trichet da un giro de timón a su política monetaria para evitar una segunda recesión

Arranca una complicada semana para el presidente del Banco Central Europeo, Jean Claude Trichet. Y no solo porque el tufo de las turbulencias de agosto se mantenga,

Foto: Trichet da un giro de timón a su política monetaria para evitar una segunda recesión
Trichet da un giro de timón a su política monetaria para evitar una segunda recesión

Arranca una complicada semana para el presidente del Banco Central Europeo, Jean Claude Trichet. Y no solo porque el tufo de las turbulencias de agosto se mantenga, los mercados continúen con la manida crisis de deuda o ni siquiera porque los tambores de una segunda recesión en la zona euro suenen cada vez más fuerte al compás de los indicadores publicados la semana pasada.

Lo que verdaderamente va a quitar el sueño al banquero central estos días y las próximas semanas es cómo hacer para dar un giro a su política monetaria sin que se note que se equivocó al subir los tipos de interés antes del verano. La campaña para justificarse ya ha comenzado: contenida la presión inflacionista gracias a la caída del petróleo, el organismo puede soltar cuerda.

Sea como fuere, una vez descartada cualquier subida de tipos en el corto y medio plazo, ahora el asunto que revoluciona los departamentos de estudios es saber cuándo rectificará el BCE su política monetaria y comenzará a bajarlos, en tanto que aumentan las probabilidades del volver a entrar en recesión. Algunos como Morgan Stanley son prudentes y no apuntan movimientos hasta 2012, mientras que otros, como Pimco adelantan bajadas en octubre.

En este sentido, el director ejecutivo del mayor fondo de inversión en renta fija del mundo, Mohamed El Erian, defendía el pasado viernes en una entrevista que recogía Bloomberg.com que las posibilidades de una recesión en Europa han aumentado en un 50%. El gurú Nouriel Roubini iba más allá y las situaba en el 60% teniendo en cuenta del estancamiento de Francia y Alemania.

Por otro lado, la teoría de una bajada de tipos cercana en el tiempo cobra fuerza si se echa un vistazo, aunque sea por encima, a la gráfica del euríbor. El pasado mes de agosto corrigió tras siete meses de fuertes subidas y el arranque de septiembre ha mantenido la tendencia. Y es que los mercados descuentan ya la marcha atrás del BCE.

Cuesta reconocer los errores y, si bien en abril el encarecimiento del precio del dinero se adecuaba al escenario económico del momento, en junio subir tipos hasta el 1,5% fue un experimento arriesgado teniendo en cuenta que se atisbada el enfriamiento de la recuperación económica y olía a una nueva oleada de pánico soberano. Otra vez más el mandatario tomó la dirección opuesta a su homólogo estadounidense, Ben Bernanke.

“Trichet se equivocó y más teniendo en cuenta que Estados Unidos no había movido ficha”, asegura a El Confidencial Rafael Pampillón, economista del IE Business School. “Si baja tipos bienvenido sea porque eso facilitará la reducción de los costes de financiación de la banca, pero no dirá que lo hace por Alemania sino por relajar las presiones inflacionistas”.

Y es que se supone, o al menos esa es la versión oficial, que las decisiones del regulador europeo vienen marcadas solo por cumplir con el objetivo de mantener la inflación en el 2% en la zona y eso es lo que primó la primavera pasada. “Los tipos de interés estaban demasiado bajos y las amenazas sobre la inflación eran muy reales”, asegura a El Confidencial José Luis Martínez Campuzano, jefe de estrategia de Citi en España.

“Pero ahora nos enfrentamos a un nuevo deterioro de las condiciones macro en la zona, explicado en su mayor parte por el círculo vicioso entre la deuda soberana, restricción financiera, deterioro económico y más crisis”, asegura el estratega.

Arranca una complicada semana para el presidente del Banco Central Europeo, Jean Claude Trichet. Y no solo porque el tufo de las turbulencias de agosto se mantenga, los mercados continúen con la manida crisis de deuda o ni siquiera porque los tambores de una segunda recesión en la zona euro suenen cada vez más fuerte al compás de los indicadores publicados la semana pasada.