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Del Rivero se alía con Pemex para arrebatar a Brufau el poder en Repsol
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SACYR Y LA PETROLERA MEXICANA SINDICAN EL 29,8% DEL CAPITAL

Del Rivero se alía con Pemex para arrebatar a Brufau el poder en Repsol

Sacyr ha estado trabajando en verano. La compañía presidida por Luis del Rivero ha cerrado un acuerdo con la petrolera mexicana Pemex, propietaria del 4,8% de

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Del Rivero se alía con Pemex para arrebatar a Brufau el poder en Repsol

Sacyr ha estado trabajando en verano. La compañía presidida por Luis del Rivero ha cerrado un acuerdo con la petrolera mexicana Pemex, propietaria del 4,8% de Repsol, para sindicar sus acciones y conformar un nuevo núcleo duro accionarial. De esta manera, la constructora española, primer accionista con un 20% del capital, refuerza su posición gracias a la multinacional mexicana, que además de aportar su porcentaje ha anunciado su intención de adquirir otro 5% de la petrolera española, de la que es el más antiguo socio industrial.

El golpe de efecto ha sido total. Según fuentes financieras informadas de la operación, el pacto entre accionistas se ha cerrado a espaldas del consejo de administración y de la propia dirección de Repsol, que no conocían las intenciones de Sacyr. Ahora, tras el acuerdo de sindicación del 30%, los dos accionistas pretenden hacerse con el poder ejecutivo y colocar un consejero delegado por debajo del presidente Antonio Brufau.

Con esta maniobra, Sacyr pretende llevar a cabo una de sus viejas aspiraciones desde que entró en el capital de Repsol. Luis del Rivero, que ocupa una de las vicepresidencias, ha mantenido serias discrepancias en el reparto del poder con Antonio Brufau, avalado a su vez por La Caixa, que posee un 13%. Ahora, la constructora aspira a revertir esta situación con el nombramiento de un CEO, potestad que se atribuye de acuerdo al peso accionarial que le confiere su alianza con Pemex.

La creación de la figura del consejero delegado podría incidir de manera determinante en las relaciones de poder dentro de Repsol. Sobre todo en lo que afecta a Antonio Brufau, que vería seriamente recortadas sus competencias como presidente ejecutivo en detrimento del nuevo número dos, cargo que el directivo catalán eliminó en 2005 tras acabar con la anterior estructura de mando que formaron Alfonso Cortina y Ramón Blanco durante los años que estuvieron al frente de la petrolera, cuando gobernaba el PP.

Refinanciación del préstamo de 5.000 millones

La alianza de Luis del Rivero con Pemex se produce a las puertas de la negociación que tiene que afrontar con los bancos para renovar el crédito de 5.000 millones con el que financió la compra del 20% en Repsol allá por 2006. Cinco años después, con el sistema financiero en plena transformación y con el mercado del crédito prácticamente cerrado, el empresario murciano tiene el reto de lograr una prórroga de al menos un año para hacer frente al principal, ya que el cobro de dividendos sólo cubre el coste financiero del préstamo.

Durante la primera parte del año, la buena marcha bursátil de la petrolera, que llegó a superar los 24 euros por acción, facilitaba las condiciones para la negociación con los bancos, ya que Sacyr compró a un precio medio de 26,7 euros y la garantía de la pignoración de las acciones está a un precio aproximado de 20 euros por acción. Sin embargo, el desplome que ha sufrido el precio de los títulos de Repsol durante agosto, de casi cinco euros por acción, había vuelto a tensionar la posición de la constructora.

En este contexto, el sindicato de bancos, liderado por Citi, RBS, Bankia y Santander, cada uno con distintos intereses, podría exigir a Sacyr un incremento en el margen del préstamo y nuevas garantías para extender el crédito. Hasta que llegue ese momento, Sacyr ya ha comunicado su intención de fomentar la adopción de medidas necesarias para que el mercado reconozca el verdadero potencial de Repsol, que ya vendió, por ejemplo, el 40% de su negocio en Brasil a la china Sinopec por 7.000 millones de dólares.

2009 y el dividendo

El arreón de Luis del Rivero no es nuevo. Su primer gran órdago tuvo lugar a finales de 2009, después de que Repsol confirmara la reducción del importe del dividendo un 30% a causa de la crisis. Entonces, el empresario murciano puso la proa sobre Brufau, que pudo salvar el puesto gracias a la indefinición de La Caixa respecto a la pretensión de Sacyr. En aquel momento, llegó a sonar como presidente de consenso el nombre de Demetrio Carceller, accionista de la constructora y también vinculado a la petrolera a través de Gas Natural.

Aquellos devaneos no terminaron de cuajar. Más aún, el propio Brufau asestó todo un golpe de efecto a comienzos de 2010 al someter a votación en un consejo extraordinario su gestión al frente de la petrolera y su continuidad como presidente ejecutivo. El responsable de Repsol salió airoso del envite, favorecido por las discrepancias existentes en el seno de la propia Sacyr entre Del Rivero y sus socios Juan Abelló y Demetrio Carceller, cuyas diferencias ha ido adquiriendo notoriedad desde entonces, hasta el punto de haber impugnado la última junta de accionistas. 

Sacyr ha estado trabajando en verano. La compañía presidida por Luis del Rivero ha cerrado un acuerdo con la petrolera mexicana Pemex, propietaria del 4,8% de Repsol, para sindicar sus acciones y conformar un nuevo núcleo duro accionarial. De esta manera, la constructora española, primer accionista con un 20% del capital, refuerza su posición gracias a la multinacional mexicana, que además de aportar su porcentaje ha anunciado su intención de adquirir otro 5% de la petrolera española, de la que es el más antiguo socio industrial.

El golpe de efecto ha sido total. Según fuentes financieras informadas de la operación, el pacto entre accionistas se ha cerrado a espaldas del consejo de administración y de la propia dirección de Repsol, que no conocían las intenciones de Sacyr. Ahora, tras el acuerdo de sindicación del 30%, los dos accionistas pretenden hacerse con el poder ejecutivo y colocar un consejero delegado por debajo del presidente Antonio Brufau.

Con esta maniobra, Sacyr pretende llevar a cabo una de sus viejas aspiraciones desde que entró en el capital de Repsol. Luis del Rivero, que ocupa una de las vicepresidencias, ha mantenido serias discrepancias en el reparto del poder con Antonio Brufau, avalado a su vez por La Caixa, que posee un 13%. Ahora, la constructora aspira a revertir esta situación con el nombramiento de un CEO, potestad que se atribuye de acuerdo al peso accionarial que le confiere su alianza con Pemex.

La creación de la figura del consejero delegado podría incidir de manera determinante en las relaciones de poder dentro de Repsol. Sobre todo en lo que afecta a Antonio Brufau, que vería seriamente recortadas sus competencias como presidente ejecutivo en detrimento del nuevo número dos, cargo que el directivo catalán eliminó en 2005 tras acabar con la anterior estructura de mando que formaron Alfonso Cortina y Ramón Blanco durante los años que estuvieron al frente de la petrolera, cuando gobernaba el PP.

Luis del Rivero