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Tim Cook, o la misión imposible de sustituir a Steve Jobs
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EL JEFE DE OPERACIONES TOMA EL MANDO DE APPLE

Tim Cook, o la misión imposible de sustituir a Steve Jobs

Los periodos de transición nunca son sencillos. Sustituir al pez más gordo del sector es un trabajo complicado, pero si resulta que el pez gordo no solo es

Foto: Tim Cook, o la misión imposible de sustituir a Steve Jobs
Tim Cook, o la misión imposible de sustituir a Steve Jobs

Los periodos de transición nunca son sencillos. Sustituir al pez más gordo del sector es un trabajo complicado, pero si resulta que el pez gordo no solo es influyente, sino que creó y modeló lo que actualmente todo lo que conocemos como informática doméstica, entonces la tarea toma dimensiones titánicas.

En esta encrucijada se encuentra Tim Cook, el directivo escogido por Steve Jobs para sucederle al frente de Apple. “¿Reemplazar a Steve? Imposible. Lo veo con el pelo cano, con 70 años, mucho después de que yo me haya jubilado”, relataba Cook en 2008. Lamentablemente la enfermedad del genio, un cáncer de páncreas, ha precipitado los acontecimientos.

Desde hoy, y con la unanimidad de toda la cúpula directiva, Tim Cook es el consejero delegado de Apple. Un ejecutivo de perfil bajo, demócrata y amante de Bob Dylan que, no obstante, ha controlado la compañía durante la baja del jefe, eso sí, haciendo valer las constantes consignas que Jobs le hacía llegar por vía telefónica. Ahora que el fundador de Apple ha dado un paso atrás y ha salido del foco, surge la gran cuestión: ¿Está Cook a la altura del genio de Silicon Valley?

El consenso de los analistas y expertos lo tiene claro: solo hay un Steve Jobs. Sus características únicas le sitúan como irremplazable, aunque Cook muestra algunas de sus mejores cualidades. Como Jobs, el jefe de operaciones de Apple es una persona meticulosa, obsesionada por los detalles, un auténtico ‘workaholic’ de los que empiezan a enviar mails a las 4 de la mañana, al que solo se le conocen dos aficiones fuera del ‘bussiness’: el ciclismo y la naturaleza. Cook también se ha destacado por poner una gran inteligencia al servicio del más puro pragmatismo empresarial. Detecta el problema y lo subsana lo más rápido posible.

Cuentan ejecutivos de la compañía que, en una ocasión, Cook se preocupó por la situación de Apple en China: “Esto está realmente mal. Alguien debería ir allí a poner orden”. Minutos después Sabih Khan, un alto directivo, quiso tomar la palabra, pero fue interrumpido bruscamente por Cook: “¿Qué haces todavía aquí?”. Khan se levantó inmediatamente y, sin siquiera cambiarse de ropa, condujo hasta el aeropuerto internacional de San Francisco, donde compró un billete de solo ida para China.

Directo y eficaz

Pocos dudan de que el perfil de Tim Cook, ingeniero y MBA por Duke, no sea suficiente para gestionar el éxito de Apple. En los trece años que lleva en la empresa, contratado por el propio Jobs, ha tomado decisiones de gran calado. En 2006 consiguió que Apple comenzase a usar procesadores Intel y su público no solo no enfureció, sino que terminó por convencerlos de la ventaja de la compatibilidad, algo de lo que siempre había renegado la compañía.

Dos años después, en 2008, adoptó una medida que fue considerada una temeridad en el sector. Cook se desprendió de la fabricación de sus ordenadores, delegándolos en contratas alrededor del mundo. “El inventario informático es esencialmente maligno. Pierde entre un 1% y un 2% de su valor cada semana. Es comparable al negocio lácteo; si pierdes frescura, tienes un problema”, explicó en aquel momento. El tiempo demostró que la decisión fue acertada y hoy todas las grandes compañías del sector delegan en terceras empresas la fabricación de sus equipos.

Lo lógico sería que Cook siguiese haciendo crecer a Apple en el corto plazo, gracias al impulso de la nueva gama de dispositivos. La duda surge cuando se mira al horizonte: ¿qué pasará cuando las pujantes 'tablets' y los omnipresentes 'smartphones' sean una reminiscencia del pasado? Entonces Apple precisará un vidente, alguien con la capacidad de adelantarse al tiempo y la audacia para hacer rascarse los bolsillos a los inversores. Y Steve Jobs solo hay uno.

Los periodos de transición nunca son sencillos. Sustituir al pez más gordo del sector es un trabajo complicado, pero si resulta que el pez gordo no solo es influyente, sino que creó y modeló lo que actualmente todo lo que conocemos como informática doméstica, entonces la tarea toma dimensiones titánicas.

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