Los futuros anticipan un lunes negro en Wall Street tras la rebaja histórica de S&P

Los principales selectivos de renta variable estadounidenses se preparan para afrontar el temido lunes negro tras la rebaja del 'rating' a la deuda de EEUU anunciada por la agencia de calificación Standard & Poor's el sábado. Todas las miradas están puestas en Nueva York, donde los futuros repiten las caídas que ya vivieron la pasada semana en la que el Dow volvió a niveles de marzo de 2009.

La nueva calificación 'AA+' con perspectiva negativa para la primera economía del mundo se conocía con los mercados cerrados. Y tras las malas previsiones, los futuros del Dow Jones caen en torno al 2%, al igual que los del tecnológico Nasdaq y del S&P 500, que cotizan en los 2.139 y 1.118 puntos respectivamente. El sector bancario lidera los números rojos, con desplomes de más del 7% para Bank of America.

La agencia explicó que el sistema político de EEUU era ahora menos estable y que el acuerdo de reducción del déficit alcanzado por los legisladores la semana pasada no se concretaba con la suficientemente amplitud. Era "la rebaja que se esperaba", según explican los expertos en MarketWacht. 

En Europa, la volatilidad está dirigiendo los movimientos en las bolsas después de que el Banco Central Europeo anunciase ayer nuevas de bonos con el fin de calmar los temores del mercado ante un posible contagio en Italia y España. En cambio, las declaraciones del Grupo de los 20, dispuestos a tomar "todas las iniciativas necesarias" para "asegurar la estabilidad financiera y la liquidez en los mercados financieros," no convencen a los principales selectivos del Viejo Continente.

Los inversores, por su parte, sacudidos por la cotización de la rebaja de S&P, se decantan por los activos refugio como el oro. En concreto, los futuros del metal precioso, para entrega en diciembre, se superan desde los 56.70 a los 1,708.60 dólares la onza. 

En cuanto a los futuros de petróleo, para entrega en septiembre caen 3,14 dólares hasta los 83,71 dólares el barril. Ante la mala perspectiva económica, los mercados prevén descensos también en el consumo.