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Solchaga alerta: "No sé si el día que salga el autentico déficit de las CCAA vamos a tener otro disgusto en los mercados"
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EL EX MINISTRO DE ECONOMÍA ES ENTREVISTADO POR EL ECONOMISTA LUIS GARICANO

Solchaga alerta: "No sé si el día que salga el autentico déficit de las CCAA vamos a tener otro disgusto en los mercados"

En pleno debate sobre la cuantía del déficit oculto que esconden las cuentas de las Comunidades Autónomas, el economista y ex ministro de Economía, Hacienda e

Foto: Solchaga alerta: "No sé si el día que salga el autentico déficit de las CCAA vamos a tener otro disgusto en los mercados"
Solchaga alerta: "No sé si el día que salga el autentico déficit de las CCAA vamos a tener otro disgusto en los mercados"

En pleno debate sobre la cuantía del déficit oculto que esconden las cuentas de las Comunidades Autónomas, el economista y ex ministro de Economía, Hacienda e Industria entre 1982-93 durante los primeros gobiernos socialistas de la democracia, Carlos Solchaga, recuerda los paralelismos existentes entre la crisis actual y otras pasadas durante su época al frente de la Administración, compartiendo en su análisis el mismo diagnóstico generalizado que se cierne sobre la actual inviabilidad del sistema. De hecho, no duda en afirmar que “no sé si el día que nos salga el auténtico déficit de las comunidades Autónomas vamos a tener otro disgusto en los mercados”.

Esta afirmación de Carlos Solchaga (Tafalla, 1944) se produce en el contexto de una entrevista realizada por el también economista Luis Garicano con motivo del especial “Testigos, 25 años de economía española” realizado por la fundación de estudios económicos FEDEA. El que fuera hombre fuerte para asuntos económicos de Felipe González recuerda cómo las últimas medidas de recortes sociales (decretazos) del año 92 consiguieron reducir considerablemente el déficit de la Administración Central, “pero era imposible contar con las Comunidades Autónomas y las Corporaciones Locales. Y eso es una cosa que se está aprendiendo ahora”.

Interpelado por Garicano, catedrático de Economía en la London School of Economics, sobre la vulnerabilidad de la construcción política y económica del Estado en los últimos 25 años, Solchaga reconoce que “lo hemos resuelto mal. El sistema no funciona bien”. Es más, como abunda el economista navarro, “no conozco ningún Estado descentralizado multinivel que tenga bien resuelto el problema”. Para el ex ministro, en la medida en que la Constitución reconoce soberanía fiscal a los Gobiernos regionales, este es un problema presente, de equilibrios, que queda oculto durante los periodos de crecimiento y que afloran cuando caen las bases tributarias fruto de una recesión.

¿Cuál sería entonces la dirección correcta para salir de este problema? En principio, según Solchaga, ampliando “la corresponsabilidad fiscal de los Gobiernos regionales”. En el análisis de la posible solución, el discípulo del que fuera gobernador del Banco de España, Luis Ángel Rojo, recientemente fallecido, apunta a la necesidad de “un debate que esté basado en el deseo de cooperación en la búsqueda de una resultante útil para todos. Si, por el contrario, el debate está teñido de ideas nacionalistas, ‘lo que España le debe a Cataluña’ o la ‘deuda histórica’ que tenemos con Andalucía, es extremadamente difícil llegar a un acuerdo”.

A la hora de establecer paralelismos con los periodos de crisis que Solchaga gestionó como titular de Industria y luego de Economía y Hacienda, el entrevistado reconoce que es muy complicado, dado que “entonces el gasto público central era del 80%y los transferido a las Comunidades Autónomas era del 20%. Y ahora estamos en una situación contrario si dejamos de lado la caja única de la Seguridad Social”. Con el tiempo, sin embargo, el ex ministro considera que se está venciendo la renuencia de las CCAA a crear ellas mismas tributos o complementos, lo que indica que existe una voluntad política y un sentido de responsabilidad.

Las servidumbres de la política

A lo largo de la entrevista, Carlos Solchaga desgrana otros muchos puntos importantes de su trayectoria como testigo y protagonista de los últimos 25 años de economía española. El ex político navarro, doctorado en Economía, con estudios de postgrado en el MIT y formado en el Servicio de Estudios del Banco de España, explica cómo fue su mudanza del mundo de la economía al de la política, atraído por la posibilidad de participar en la construcción de políticas de Estado, “las que implican una estrategia a medio plazo sobre lo que querías hacer con el país”, sobre todo en aquel momento histórico, en el que trataban de buscarse modelos de desarrollo económico.

Como desgrana a lo largo de la conversación, el propio Solchaga recuerda que su falta de interés por la vida organizada de los partidos, una especia de servidumbre que hay que sufrir para poder participar en la gestión de la vida pública. De hecho, el ex ministro recuerda que durante sus mandatos siempre se encontró “en posiciones muy minoritarias en el partido. Sólo la convicción que tenía “de no estar trabajando en otro sitio me ha hecho mantenerme en este partido. Porque en este partido a mí, lo digo… ¿Verdad?... no se me ha querido mucho. Y sigue sin querérseme mucho”. Aunque como concluye, cuando uno se dedica a la política tal vez no deba aspirar a ser querido, sino respetado.

Gran parte de esos conflictos dentro del partido se debieron a las fricciones generadas entre PSOE y UGT con motivo de las severas políticas de reformas y reconversiones que se llevaron a cabo desde el Gobierno. En el terreno institucional, Solchaga hace memoria sobre la crisis histórica que hubo entre ambas formaciones y con Nicolás Redondo, en lo personal, "que no aceptaba que alguien que él consideraba una especie de subordinado suyo... porque su visión era que el socialismo en general y, por tanto, el partido y la UGT habían ocupado el poder". Y así llegó la famosa huelga general de 1988 que paralizó el país, pero que no evitó que Felipe González renovara su mayoría absoluta un año más tarde.

En ese contexto, los conflictos laborales estuvieron a la orden del día durante los años de ajustes. "Éramos conscientes de que no estaba funcionando". En comparación con Europa, recuerda Solchaga, "resultaba absolutamente disparatado el funcionamiento del mercado de trabajo", por culpa, por ejemplo, del subsidio de desempleo, "excesivamente generoso", hasta el punto de desincentivar la búsqueda de trabajo hasta agotar la prestación. Estas condiciones siguieron inamovibles hasta la crisis del 92-93, cuando se planteo la reforma del mercado laboral. "Ahora llega otra vez una situación de recesión tan profunda y te das cuenta de que ya, más postergaciones, no caben".

En pleno debate sobre la cuantía del déficit oculto que esconden las cuentas de las Comunidades Autónomas, el economista y ex ministro de Economía, Hacienda e Industria entre 1982-93 durante los primeros gobiernos socialistas de la democracia, Carlos Solchaga, recuerda los paralelismos existentes entre la crisis actual y otras pasadas durante su época al frente de la Administración, compartiendo en su análisis el mismo diagnóstico generalizado que se cierne sobre la actual inviabilidad del sistema. De hecho, no duda en afirmar que “no sé si el día que nos salga el auténtico déficit de las comunidades Autónomas vamos a tener otro disgusto en los mercados”.

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