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La cúpula de CEOE no afloja y pide a Rosell que endurezca su discurso
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EN LAS NEGOCIACIONES CON LOS SINDICATOS

La cúpula de CEOE no afloja y pide a Rosell que endurezca su discurso

La cúpula de la patronal no afloja. Ayer volvió a presionar a Juan Rosell, el presidente de CEOE, para que endurezca la posición de los empresarios

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La cúpula de CEOE no afloja y pide a Rosell que endurezca su discurso

La cúpula de la patronal no afloja. Ayer volvió a presionar a Juan Rosell, el presidente de CEOE, para que endurezca la posición de los empresarios sobre la negociación colectiva. El margen de maniobra para el acuerdo es cada vez menor.

El ministro de Trabajo, Valeriano Gómez, sugirió ayer que sin pacto entre sindicatos y patronal, el Gobierno legislará de forma unilateral el próximo día 3 de junio. Nada indica, según fuentes conocedoras del proceso de negociaciones, que vaya a ver acuerdo. Salvo que los sindicatos rebajen sus planteamientos, lo que parece descartado.

Según esas fuentes, la renovada presión de la cúpula de la CEOE sobre su presidente tiene mucho que ver con el resultado de las elecciones municipales y autonómicas. Aunque en el comité ejecutivo de CEOE ya se advirtió a Rosell el pasado 17 de mayo que no firmara el preacuerdo, lo cierto es que el resultado de las elecciones -que parecen anticipar una próxima victoria del Partido Popular en las elecciones generales- ha hecho pensar a muchas patronales que es preferible que no haya acuerdo a que se firme uno ‘light’. Al fin y al cabo, las elecciones están cerca y el nuevo Gobierno tendría las manos libres para legislar en línea con las demandas de CEOE.

Este endurecimiento de la posición de los empresarios se manifiesta con toda claridad en un documento distribuido ayer por la patronal madrileña, Ceim. En el informe se reclama limitar la ultraactividad de los convenios “a un periodo máximo de seis a ocho meses”. A partir de ese plazo, el convenio perdería su vigencia, por lo que los trabajadores pasarían a estar protegidos por la normativa general o, en su caso, por los convenios sectoriales.

En el documento estudiado por el comité ejecutivo de CEOE la semana pasada se recogía que los sindicatos proponían incluir como contenido mínimo del convenio, los plazos máximos para la negociación, y en caso de desacuerdo la incorporación de mecanismos de solución extrajudicial de los conflictos. En caso de no existir la figura del arbitraje pactado, seguiría operando la ultraactividad. Hay que tener en cuenta que este asunto está dentro de las ‘líneas rojas’ que han marcado las dos partes.

Los duros de la patronal

El mandato que tiene Rosell de las junta directiva de CEOE, en cualquier caso, es seguir negociando, pero con menor margen de maniobra. Los límites los han puesto ahora algunas patronales como Ceim, Confemetal o la CNC, donde existe un divorcio real entre quienes se aproximan a las posturas del Gobierno (Seopan) y los constructores que reclaman posiciones más duras. También se han levantado duras críticas dentro del aparato de CEOE contra los negociadores de la patronal, a quienes en privado se los ha llamado el ‘tercer sindicato’.

La dureza de la patronal, según las fuentes consultadas, es todavía mayor entre las pymes, que no se conforman con cualquier acuerdo. Este replanteamiento de las negociaciones no supone, en ningún caso, el cuestionamiento de Rosell al frente de la patronal

Otro de los puntos en discordia se refiere a la llamada flexibilidad ordinaria. Este término tiene que ver con la capacidad del empresario para modificar las condiciones de trabajo –tiempo y funciones, esencialmente-, sin tener que alegar causas o seguir procedimiento alguno. Incluso, sin preaviso. En tiempo de trabajo, esto supondría que el empresario pudiera distribuir irregularmente las horas dentro de una bolsa de libre disposición. Mientras que en el caso de las funciones,  supondría la movilidad dentro del grupo profesional, con la única limitación de las titulaciones.

Según la propuesta de la patronal, sólo en caso de modificaciones sustanciales de las condiciones de trabajo el empresario debería justificar la causa y seguir un procedimiento de consulta con los representantes de los trabajadores, necesitando acuerdo cuando la modificación afectara a un convenio de aplicación general. Los sindicatos quieren que sean las comisiones paritarias quienes decidan la flexibilidad extraordinaria de carácter temporal.

Hoy seguirán discutiendo las dos partes en un contexto político muy distinto al que existía cuando comenzaron las negociaciones.

La cúpula de la patronal no afloja. Ayer volvió a presionar a Juan Rosell, el presidente de CEOE, para que endurezca la posición de los empresarios sobre la negociación colectiva. El margen de maniobra para el acuerdo es cada vez menor.

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