Es noticia
La confianza empresarial alemana se resiente por la subida del precio del petróleo
  1. Economía

La confianza empresarial alemana se resiente por la subida del precio del petróleo

El índice IFO sobre la confianza empresarial alemana cayó en abril por segundo mes consecutivo debido a la subida del precio del petróleo, que mantiene un

Foto: La confianza empresarial alemana se resiente por la subida del precio del petróleo
La confianza empresarial alemana se resiente por la subida del precio del petróleo

El índice IFO sobre la confianza empresarial alemana cayó en abril por segundo mes consecutivo debido a la subida del precio del petróleo, que mantiene un rally imparable en los últimos meses que lo han llevado a máximos de dos años y medio, lo que perjudica las perspectivas de crecimiento global y supone una amenaza para la recuperación del consumo interno.

En concreto, el índice ha caído desde los 111,1 puntos de marzo hasta los 110,4 puntos en abril, ligeramente por debajo de los 110,5 puntos que había previsto el consenso de analistas de Bloomberg. En febrero el indicador que elabora el instituto alemán con sede en Munich alcanzó su máximo nivel desde 1991, al alcanzar los 11,3 puntos.

Los datos del índice IFO y del GFK alemán -que mostraron una erosión de la confianza de los consumidores alemanes- contrastan con las cifras de crecimiento de la primera economía europea y las perspectivas del Bundesbank (banco central), que ha destacado recientemente que las empresas germanas han incrementado su gasto y están empezando a contratar para cubrir el crecimiento de las exportaciones.

"Las perspectivas son todavía bastante brillantes", asegura un enconomista alemán en declaraciones a Bloomberg, y explica que aunque se está produciendo cierta ralentización, no hay razones para el pesimismo".

El índice IFO sobre la confianza empresarial alemana cayó en abril por segundo mes consecutivo debido a la subida del precio del petróleo, que mantiene un rally imparable en los últimos meses que lo han llevado a máximos de dos años y medio, lo que perjudica las perspectivas de crecimiento global y supone una amenaza para la recuperación del consumo interno.