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Más ajustes: Salgado aprobará otro recorte del gasto para cumplir el déficit
  1. Economía
EL PETRÓLEO Y LOS TIPOS DE INTERÉS HACEN SALTAR EL CUADRO MACRO DEL GOBIERNO

Más ajustes: Salgado aprobará otro recorte del gasto para cumplir el déficit

El objetivo de situar el déficit de las administraciones públicas en el 6% del PIB este año, tal y como prevé el Gobierno, exigirá recortes adicionales.

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Más ajustes: Salgado aprobará otro recorte del gasto para cumplir el déficit

El objetivo de situar el déficit de las administraciones públicas en el 6% del PIB este año, tal y como prevé el Gobierno, exigirá recortes adicionales. Al menos, eso es lo que opinan hoy los analistas de coyuntura a la vista de la marcha de la actividad económica. Aunque los datos son todavía parciales y, en algunos casos, escasamente representativos, lo cierto es que el fundamento económico en el que se basa ese objetivo de déficit -un crecimiento de la actividad del 1,3%-, se considera hoy irrealizable.

El servicio de estudios de Banco de España ha sido el último en incorporarse a las lista (estima un crecimiento del pib del 0,8% con un déficit equivalente al 6,2% del producto interior bruto), pero anteriormente lo hizo el consenso de los 17 institutos de coyuntura que participan en el panel de Funcas, que han estimado un desequilibrio entre pagos e ingresos del 6,4%,

La diferencia entre la previsión oficial y la del mercado no es elevada; pero según las fuentes consultadas lo peor es que el riesgo de la economía es a la baja, no al alza, lo que puede suponer incluso que el crecimiento del pib sea algo menor de lo estimado hace pocas semanas. Básicamente porque cuando se hicieron las anteriores previsiones se subestimó la subida del petróleo. El barril tipo Brent cotiza hoy en el entorno de los 115 dólares, muy lejos de los 80,5 dólares como media que se preveían en el Programa de Estabilidad enviado la vicepresidenta Salgado a Bruselas, y sobre la cual se hicieron todas las envolventes macroeconómicas.

 

La otra variable que ha hecho saltar por los aires las previsiones tiene que ver con los tipos de interés. El Euribor ha cerrado el mes de marzo en el 1,92% y ya ha absorbido una subida del precio oficial del dinero que se materializará muy probablemente este mismo mes de abril. O, a más tardar, en mayo, como ha descontado de hecho el principal indicador sobre el que se referencias las hipotecas.

Objetivo irrenunciable

Petróleo y tipos de interés socavan, como no puede ser de otra manera, la renta disponible de las familias, y por lo tanto su capacidad de consumo, y eso explica que se vea como inevitable un recorte adicional del gasto público para cumplir el objetivo de déficit. Una cuestión de principios e irrenunciable para el Ministerio de Economía en un contexto como el actual. Aunque las presiones sobre la deuda pública española han amainado (el diferencial con Alemania se sitúa en el entorno de los 185-190 puntos básicos) hay coincidencia en que si los mercados sospechan de que no se cumplirá el objetivo de déficit, volverán con toda seguridad las tensiones.

Y el Gobierno considera el objetivo de déficit como innegociable, aunque ello suponga dar una nueva vuelta de tuerca al gasto público en un contexto muy difícil para los hogares. La renta disponible real de las familias caerá este año, según el servicio de estudios del BBVA, un 1,7%.

El mal comportamiento del empleo en lo que va de año y la pobre evolución del comercio al por menor (un indicador clave para entender la evolución del consumo) van, igualmente, en la dirección contraria a las previsiones del Gobierno. Las ventas en el pequeño comercio están cayendo nada menos que un 4,8% en términos interanuales a precios constantes, es decir, descontada la influencia de los precios. Mientras que se siguen destruyendo empleos en un  país con caso cinco millones de parados, como reflejará dentro de algunas semanas la Encuesta de Población Activa (EPA).

Este mal comportamiento de la ocupación justifica que este año 2,8 puntos del pib (más de 27.000 millones de euros) se vayan a destinar a pagar la cobertura del paro. Para pagar el servicio de la deuda se destinará, igualmente, otros 2,1 puntos del PIB), lo que significa que casi 50.000 millones de euros están ya comprometidos y no hay margen de maniobra para recortar. El recorte, por lo tanto, tendrá que venir de nuevo de la inversión, que es la partida más cuantiosa. El gasto corriente es poco relevante, aunque muy llamativo en términos de opinión pública.

En lo que va de año, los datos sobre ejecución presupuestaria son pocos representativos, aunque apuntan en una dirección adversa. El superávit del Estado se redujo hasta febrero un 43,6% interanual debido a la caída de los ingresos (-10,9%),  motivada, a su vez, por la aplicación plena del nuevo sistema de financiación autonómica.

En cualquier caso, como sostiene el servicio de estudios de Caja Madrid, los ingresos antes de descontar la participación de las CC.AA. muestran un comportamiento “muy débil” (-0,7% en términos de caja): los impuestos directos caen un 5,7%  arrastrados por sociedades (-71,4%) y los indirectos crecen un 4,5%, debido al dinamismo del IVA (+6,6%).  Por su parte, los gastos siguen contenidos (-6,4%), si bien hay que tener en cuenta, recuerda Caja Madrid, que muchos capítulos de gasto aún no han empezado a ejecutarse.

El objetivo de situar el déficit de las administraciones públicas en el 6% del PIB este año, tal y como prevé el Gobierno, exigirá recortes adicionales. Al menos, eso es lo que opinan hoy los analistas de coyuntura a la vista de la marcha de la actividad económica. Aunque los datos son todavía parciales y, en algunos casos, escasamente representativos, lo cierto es que el fundamento económico en el que se basa ese objetivo de déficit -un crecimiento de la actividad del 1,3%-, se considera hoy irrealizable.