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El Gobierno deja sin gastar la tercera parte del presupuesto destinado a I+D
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DEVUELVE A LA TESORERÍA 1.472 MILLONES DE EUROS

El Gobierno deja sin gastar la tercera parte del presupuesto destinado a I+D

El presupuesto del Ministerio de Ciencia e innovación comienza a tener algo de virtual. El último año sólo gastó el 73% del dinero que tenía asignado

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El Gobierno deja sin gastar la tercera parte del presupuesto destinado a I+D

El presupuesto del Ministerio de Ciencia e innovación comienza a tener algo de virtual. El último año sólo gastó el 73% del dinero que tenía asignado en los presupuestos generales del Estado, pero es que sólo ha pagado el 64% de las obligaciones reconocidas. Incluso si se comparan los pagos efectivamente realizados con el crédito inicial, el porcentaje de cumplimiento del mandato presupuestario aprobado por el parlamento baja hasta un increíble 46%. Esto quiere decir que el ministerio destinado a promover un nuevo modelo de crecimiento económico sólo ha pagado menos de la mitad de lo aprobado por el Congreso.

El bajo nivel de realización presupuestaria convierte al departamento de Cristina Garmendia en el segundo con menor nivel de ejecución respecto del crédito disponible. Sólo el Ministerio de Fomento -que ha llevado el peso del ajuste presupuestario- presenta un porcentaje de realización menor.

La información procede de la Intervención General  de la Administración del Estado (IGAE), y pone de relieve que una cosa es el presupuesto y otra bien distinta la realidad. En 2010, Ciencia e Innovación dispuso de un crédito total equivalente a 5.470 millones de euros, pero sólo gastó  3.998 millones. Esto supone que dejó sin emplear (remanente de crédito en el argot presupuestario) nada menos que  1.472 millones de euros, casi la tercera parte de su presupuesto.

No se trata de un fenómeno nuevo. En 2009, según la intervención del Estado, Ciencia e Innovación sólo gasto el 77,6% de su presupuesto, lo que significa que dejó sin gastar otros 1.535 millones de euros.

Lo más llamativo, sin embargo, es que al comenzar el año 2009 la ministra Garmendía disponía de 7.076 millones de euros, pero la realidad es que al finalizar 2010 las obligaciones reconocidas (y por lo tanto a pagar) alcanzaron los 3.990 millones. Es decir que su presupuesto (sin contar la emisión de activos financieros) se ha recortado en casi un 44% en apenas dos años.

Como recuerda la propia Intervención, los datos han sido homogeneizados con arreglo a la nueva estructura ministerial que surgió tras la última crisis de Gobierno, por lo que el recorte no es achacable a razones administrativas.

Veinte puntos menos

Para hacerse una idea de lo que significa ese bajo nivel de ejecución presupuestaria, hay que tener en cuenta que la media de realización del presupuesto en el conjunto del Estado fue del 92,8%. Es decir, casi 20 puntos por encima del nivel registrado en Ciencia e Innovación.

O lo que es lo mismo, el Estado ha reconocido obligaciones de pago por valor de 245.870 millones de euros, algo menos de 20.000 millones menos de lo que inicialmente tenía asignado. El Ministerio de Política Territorial fue el que más se ajustó al crédito inicial, con un grado de realización del 99,6%.  Se gastó, por lo tanto, prácticamente todo su presupuesto.

El drástico ajuste en Ciencia e Innovación ha sido criticado con dureza tanto por la comunidad científica -2.500 científicos acaban de firmar un manifiesto- como por los centros tecnológicos agrupados en la asociación Fedit.

Los científicos recuerdan en el manifiesto que los recortes implican “una pérdida de credibilidad y competitividad de la política científica española, impidiendo alcanzar un cambio del modelo productivo actual a uno basado en el conocimiento”.

El presupuesto del Ministerio de Ciencia e innovación comienza a tener algo de virtual. El último año sólo gastó el 73% del dinero que tenía asignado en los presupuestos generales del Estado, pero es que sólo ha pagado el 64% de las obligaciones reconocidas. Incluso si se comparan los pagos efectivamente realizados con el crédito inicial, el porcentaje de cumplimiento del mandato presupuestario aprobado por el parlamento baja hasta un increíble 46%. Esto quiere decir que el ministerio destinado a promover un nuevo modelo de crecimiento económico sólo ha pagado menos de la mitad de lo aprobado por el Congreso.