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Los Lladó desembarcan en el eje inmobiliario más caro de Madrid
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COMPRAN EL EDIFICIO RECOLETOS 33

Los Lladó desembarcan en el eje inmobiliario más caro de Madrid

La familia Lladó por fin ha pescado su particular lote de ladrillos en 2010. Después de participar en varios de los últimos procesos de venta de

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Los Lladó desembarcan en el eje inmobiliario más caro de Madrid

La familia Lladó por fin ha pescado su particular lote de ladrillos en 2010. Después de participar en varios de los últimos procesos de venta de activos inmobiliarios celebrados en Madrid, los propietarios de la ingeniería Técnicas Reunidas acaban de cerrar la compra de un inmueble de oficinas en pleno corazón de Madrid, en uno de los ejes más cotizados de la capital, entre la Plaza de Colón y la Glorieta de Cibeles.

 

El inmueble en cuestión está ubicado en Recoletos 33 y era propiedad de la gestora de fondos de real estate IVG, que ha vendido, asesorada por Savills, por un importe próximo a los 30 millones de euros, según fuentes del mercado. El edificio adquirido por la familia Lladó consta de unos 4.000 metros cuadrados, distribuidos en planta baja más cinco alturas, y se encuentra alquilado en su totalidad, con una rentabilidad próxima al 5,25%.

 

Durante los últimos meses, la familia propietaria de Técnicas Reunidas había pujado en el mercado inmobiliario por algunas de las operaciones más jugosas que se han realizado, aunque sin mucho éxito. Ninguna de sus ofertas por los activos subastados recientemente en Madrid, las sedes de Uralita (Paseo de Recoletos 3) y FFC (Las Tablas), por ejemplo, había resultado vencedora.

 

En el caso de los LLadó, la rama inmobiliaria de la familia nació en 2006, tras la salida a bolsa de su ingeniería. Entonces, crearon la sociedad Castellana 60 Propiedad, a la que colgaron el primer edificio de su cartera de activos. El nombre de la sociedad responde al emplazamiento de este edificio, alquilado al Instituto de Empresa, la escuela de negocios de Diego de Alcázar, que a su vez es consejero independiente de Técnicas Reunidas.

 

Desde esa fecha, la división inmobiliaria de los Lladó ha adquirido otro edificio más, en el complejo empresarial de La Moraleja, que tiene como inquilino a la constructora Acciona. Pero su cartera no ha ido más allá. La apuesta de José Lladó por el ladrillo se congeló durante los años de la burbuja inmobiliaria. Es ahora, cuando los precios comienzan a ofrecer descuentos relevantes, el momento elegido para volver a intentar diversificar su patrimonio.

 

Al contrario de lo que pudiera parecer, Técnicas Reunidas no es inquilina de ningún edificio propiedad de la familia. Ni las dependencias de la popular Calle Arapiles de Madrid, lugar de las oficinas centrales, ni el nuevo emplazamiento de la Avenida de Burgos, son de los Lladó. De hecho, la ingeniería estrena oficinas en el edificio Gorbea 5, casualmente propiedad de la familia Beitia Larrouy, que les ha arrebatado una de las últimas inversiones.

 

El apetito de los Lladó por el sector inmobiliario se reactivó a finales de 2009. En esa época, la familia vendió un 7% de Técnicas Reunidas, por el que obtuvo más de 140 millones de euros. Con esa desinversión, la familia, representada por José Lladó (padre) y Juan Lladó (hijo), redujo su participación en la compañía hasta un 37%. Tres años antes, la salida a bolsa de su compañía les reportó cerca de 200 millones. Tienen liquidez, buscan oportunidades.

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