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Cajasol contra las cuerdas: tendrá que vender activos o despedir a 900 personas
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PARA EVITAR TENER QUE FUSIONARSE, COMO LE IMPONE EL BANCO DE ESPAÑA

Cajasol contra las cuerdas: tendrá que vender activos o despedir a 900 personas

No le están poniendo la vida fácil a Antonio Pulido, presidente de Cajasol. La inspección efectuada por el director general de Supervisión, Jerónimo Martínez Tello, a

Foto: Cajasol contra las cuerdas: tendrá que vender activos o despedir a 900 personas
Cajasol contra las cuerdas: tendrá que vender activos o despedir a 900 personas

No le están poniendo la vida fácil a Antonio Pulido, presidente de Cajasol. La inspección efectuada por el director general de Supervisión, Jerónimo Martínez Tello, a la sede de la sevillana el pasado viernes 22 de octubre, terminó con la “recomendación” de una fusión con otra caja solvente para ganar tamaño y asegurar su futuro, según informó este diario el martes pasado. Ahora se ha sabido que el Banco de España le ha ofrecido la posibilidad de eludir ese trance a condición de que venda activos en cuantía suficiente o lleve a cabo un drástico recorte de plantilla. Dos requisitos a cual más difíciles de cumplir.

Cajasol es una de las entidades más afectadas por el estallido de la burbuja inmobiliaria, no obstante lo cual, en uno de esos gestos de grandeur imposibles de justificar en la actual coyuntura, la entidad pretende embarcarse en la construcción de un rascacielos en Sevilla -la llamada Torre Pelli- que le serviría de sede, ello con un coste superior a los 200 millones de euros. “Cajasol podría sanear balance con la venta de los activos inmobiliarios; el problema es que ahora mismo es imposible hacerlo, porque no hay nadie dispuesto a comprar tales inmuebles”.

La otra alternativa es acometer un ERE que afectaría a cerca de 900 personas de la plantilla, entre servicios centrales y red de oficinas. Los costes salariales de la caja sevillana son de los más elevados del sector, consecuencia del pacto laboral que permitió la fusión entre El Monte de Sevilla y Caja San Fernando, y que “se han demostrado ruinosos para el futuro de la institución”, en opinión de una fuente conocedora de la situación. Baste decir que, al cierre del primer semestre del año en curso, los gastos de personal superaron en 24 millones de euros a los de Unicaja, con plantillas sensiblemente iguales.

Fue este uno de los aspectos relevantes puestos de manifiesto por los informes de Boston Consulting Group (BCG) y de KPMG, encargados por Unicaja y Cajasol, respectivamente, con vistas a una eventual fusión entre ambas propugnada por la Junta de Andalucía, lo que determinó la superior valoración de la malagueña a la hora de establecer la ecuación de canje. El problema es que pretender un recorte de plantilla, y menos de esa importancia, resulta casi implanteable en Cajasol y en Sevilla en las actuales circunstancias.

En Cajasol manda Comisiones Obreras

Fundamentalmente por la “potencia de fuego” que Comisiones Obreras mantiene en la Caja, donde controla cerca del 90% de la representación sindical. El sindicato no solo está presente en el Consejo de Administración, sino que cuenta con dos sillones más procedentes de la lista de impositores. “El protagonismo de CCOO es tal que se puede afirmar sin faltar a la verdad que la estabilidad de Pulido depende de Comisiones Obreras”, aseguran las fuentes.

La posición del presidente de Cajasol no puede ser, pues, más precaria, sostenido por PP-A y PSOE-A en un equilibrio inestable que cualquiera de ellos podría romper en un momento dado. Conviene aclarar que su nombramiento por el PSOE ya estuvo precedido de seria controversia dentro de las filas socialistas, donde muchos apoyaron la candidatura de Rafael Escuredo, primer presidente socialista de la Junta de Andalucía.

Con todos estos ingredientes, Cajasol se ha convertido hoy en muestrario casi completo de los males, incluidos los políticos, que afectan a las Cajas y que supuestamente iba a venir a resolver la iniciativa de los poderes públicos de reordenar el sector. El resultado es que, sin posibilidad de vender activos por ausencia de mercado y siendo inabordable el recorte de plantilla que exige el Banco de España, a Cajasol y Pulido solo parece quedarle abierta la puerta de una fusión con otra entidad. A Antonio Pulido le llueven ahora las presiones desde todos los frentes.   

No le están poniendo la vida fácil a Antonio Pulido, presidente de Cajasol. La inspección efectuada por el director general de Supervisión, Jerónimo Martínez Tello, a la sede de la sevillana el pasado viernes 22 de octubre, terminó con la “recomendación” de una fusión con otra caja solvente para ganar tamaño y asegurar su futuro, según informó este diario el martes pasado. Ahora se ha sabido que el Banco de España le ha ofrecido la posibilidad de eludir ese trance a condición de que venda activos en cuantía suficiente o lleve a cabo un drástico recorte de plantilla. Dos requisitos a cual más difíciles de cumplir.

Antonio Pulido Activos Caso ERE